Los cocineros Adriá y Arzak reciben "Oscar" culinario en EEUU

Los chefs españoles Ferran Adriá y Juan Mari Arzak fueron este fin de semana invitados de honor de los grandes especialistas en gastronomía de Estados Unidos, donde recibieron la "cuchara de plata", el equivalente de los Oscar culinarios. El premio, que concede "Food Arts", una publicación especializada de gran prestigio en el mundo culinario, lo consideró Arzak "un reconocimiento mundial hacia el exterior de todo un esfuerzo de un país". Para Adriá, el cocinero que ha elevado la cocina a la categoría de ciencia, objeto de investigación, se trata de un premio muy importante, que llega en "un momento histórico" para la cocina española, "que hay que aprovechar". Además del premio, que será entregado el sábado en una cena organizada en un hotel de Nueva York, ambos cocineros serán invitados de honor en una gala benéfica de la Fundación James Beard, una entidad privada no lucrativa que promociona la cultura gastronómica en Estados Unidos. La cena de gala benéfica, también en Nueva York, estará totalmente consagrada al arte culinario español, ya que será preparada por José Ramón Andrés, Teresa Barrenechea, Bruno Oteiza, Enrique Sánchez y Julián Serrano, además del repostero Jordi Butrón. En víspera de los actos, Arzak y Adriá se mostraron satisfechos del lugar al que ha llegado la cocina española, pero sin mostrar gran sorpresa por el "boom" que experimenta a nivel internacional. Ambos cocineros, cuyos restaurantes están considerados como entre los mejores del mundo por la guía Michelin, estimaron que es el resultado de tres generaciones de cocineros que, según palabras de Arzak, han sabido evolucionar a partir de una raíz tradicional. Para ambos, el éxito ha llegado en el momento adecuado y en el país adecuado, pero es el resultado de años de esfuerzos en todo el sector. Reflejo de ese éxito fue la aparición de Adriá en la portada de un diario tan prestigioso como The New York Times hace algunas semanas, que él mismo califica como "la guinda de un pastel que se ha cocinado durante varios años". "Es bastante lógico lo que ha pasado", aseguró Adriá quien subrayó que, detrás de ellos, hay un conjunto de buenos profesionales que también deberían estar allí. Para Arzak, la clave de todo es "la humildad", saber escuchar a los demás, incluso a los más jóvenes, tener una mente abierta e innovar, mientras que para su colega catalán, lo fundamental es "tener una filosofía", en la que comer sea también una manera de entender la vida. En su opinión, lo que marca la cocina española actual es la pasión que sienten muchos jóvenes por la gastronomía, una cualidad rara que hay que "procurar que no muera". Según explica, la buena cocina no necesita obligatoriamente productos caros, porque son preferibles "unas buenas sardinas a una mala langosta", opinión que comparte Arzak. Adriá destacó la buena relación existente entre los grandes jefes de la cocina española y la "competencia sana" que hay en un sector que, si ha llegado a donde está, es también por tener unas fuertes raíces y unos productos de primera calidad. Al mismo tiempo, reconoce que parte del éxito ha sido posible gracias a la labor divulgadora de los medios de comunicación y dice que, "si no fuera por ellos, no estaríamos aquí". Su deseo es que "cualquier persona que quiera hacer vanguardia (en cocina) tenga que pasar por España" y que la cocina española consolide su posición en el exterior. Después de este "boom", Arzak recomendó tranquilidad, hacerlo despacio y bien, no precipitarse porque "se puede perder lo que se ha ganado". No tienen aún la receta para evitar la confusión que tiene el consumidor estadounidense en general entre cocina española y latinoamericana - al margen de la sugerencia de Arzak de que aprendan geografía - pero confían en que, con el tiempo, todo se andará.