El turismo deportivo, en auge

Correr y pedalear con agencia de viajes

Publicada 13/11/14 -Actualizada 21/08/18 14:53h
Correr y pedalear con agencia de viajes

Los miles de cicloturistas y corredores que circulan semanalmente en carreteras, parques y parajes naturales no dejan su actividad preferida por vacaciones, al contrario. Cada vez son más los que organizan sus vacaciones alrededor de su pasión deportiva, tal como explica el tema de portada de la revista HOSTELTUR del mes de noviembre.

Ante el auge del turismo deportivo, con el ciclismo y la carrera a pie como destacadas estrellas, agencias de viajes y turoperadores se especializan o diseñan productos a la medida de las necesidades de este pujante nicho de mercado.

Cicloturismo

El cicloturismo es un deporte individual que habitualmente se practica en grupo. Unos grupos que, en la mayoría de los casos se forman, más que por las afinidades y gustos personales, por un estado de forma física parecido que garantiza un ritmo similar en ruta. Aunque, dicho esto, tampoco faltan los lobos solitarios que prefieren diseñarse las rutas o expediciones a su aire.

En Europa, según la Federación Europea de Ciclistas, se registran unos 2.300 millones de viajes cicloturistas al año, de los que más de 20 millones incluyen al menos una noche de estancia en alojamiento. Esto supone un impacto económico de 44.000 millones de euros al año. Y entre los países con más actividad destaca Alemania, donde el impacto económico supone 11.000 millones de euros, seguida por Francia, Reino Unido, Suecia, Holanda, Finlandia, Italia, Polonia, Hungría y, en décimo lugar, España donde el impacto económico es de unos 1.600 millones de euros.

Se trata de una actividad deportiva que, además de practicarla varias veces a la semana en el entorno local, saliendo en bici desde casa en la mayoría de los casos, también permite disfrutarla dándole categoría de viajes vacacional. Unos viajes en los que la bicicleta forma parte del equipaje (salvo que se alquile en destino) y que se planifica en función de las rutas que se pretendan hacer.

La organización de estos viajes depende del origen del ciclista. En Alemania, primer mercado europeo de cicloturismo, la opción mayoritaria es la contratación a través de agencias de viajes y operadores especializados, dado que en la mayoría de los casos el destino es internacional. Como ejemplo, cabe citar a la agencia mayorista y minorista Easy-Tours, que tiene a Mallorca como destino estrella, si bien también organiza viajes cicloturistas a Austria, Alpes e, incluso, Tanzania. En el caso de esta agencia, los paquetes incluyen el transporte, alojamiento, alimentación especializada, alquiler de bicicleta y organización de las rutas, en lo que supone el paquete típico cicloturista.

En España las cosas cambian, dado que los ciclistas que se plantean unas vacaciones en compañía de la ‘flaca’ sólo tienen que echarla al coche y hacer unos cientos de kilómetros para poder acceder a los míticos puertos de los Pirineos, u otras rutas de gran tradición ciclista. Si bien también, y en menor medida, los hay que contratan los servicios de agencias especializadas cuando quieren ir a los Alpes u otras opciones lejanas. Agencias como S-cape, Viajes Mammoth (que también tiene tienda de bicicletas) o Bike Spain ofrecen todo lo que necesita el cicloturista.

Un cicloturista, cuya pasión por la bici le hace condicionar parte de sus vacaciones anuales en base a su afición, que le lleva a invertir, en el caso del ciclismo de carretera, entre 2.000 y 10.000 euros en una bicicleta comparable con las que se ven en el Tour.

Maratones

La carrera a pie (o running) tiene un perfil de deportista mayoritariamente urbano, que practica sus afición solo o en pequeños grupos y que, llegados a cierto nivel de forma física, se plantean retos mayores, con la maratón como mítico objetivo, la medias maratones como paso intermedio, y las carreras populares de en torno a 10 kilómetros, como escenario donde probarse varias veces al año.

Sin duda, para aquellos corredores aficionados que son capaces de cubrir los 42,195 kilómetros, ya sea en tres o en cinco horas, la maratón es un sueño que intentan hacer realidad y a cuya consecución dedican todo un año de entrenamiento. En primer lugar realizan el de su ciudad o el más cercano. Pero una vez probado, y si la experiencia no ha sido desastrosa, muchos corredores se plantean correr las más míticas maratones: Tokio (febrero), Boston (abril), Londres (abril), Berlín (septiembre), Chicago (octubre) y Nueva York (noviembre).

Aunque no es fácil tener acceso a un dorsal, dado la sobredemanda que hay. De hecho, en algunas carreras se sortean algunos dorsales, aunque otro filtro eficaz es hacer que el corredor acredite una marca, estableciendo un corte de acceso. Y otros organizadores de maratones, simplemente venden por internet los dorsales de participación a precios que van de los 70 a los 200 euros por sufrir y disfrutar varias horas sobre el asfalto. El problema, en estos últimos casos, es que los dorsales se venden muy rápido, en cuestión de horas y un año antes de la carrera. Unas carreras que llegan a concentrar a cerca de 50.000 corredores.

Aunque existe un modo de tener garantía de dorsal, si bien más caro. La opción es comprar un paquete completo en una agencia de viajes especializada que, además del transporte y alojamiento, incluye el dorsal.

En el caso de España hay agencia especializadas como Marathinez, Fernando Pineda y Sprtravel. Ofertan viajes diseñados para el corredor y sus acompañantes, e incluyen también oferta turística de la ciudad de destino. Por poner un ejemplo, Marathinez oferta el viaje a la marathon de Tokio por 1.750 euros, con una duración de cinco días, incluyendo avión, hotel y dorsal.

El reportaje completo sobre turismo deportivo, publicado en la revista HOSTELTUR de noviembre, puede descargarse como documento pdf a través del siguiente enlace: REPORTAJE Viajar para correr.

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