El turismo residencial crece en España a pesar del aumento precios

El turismo residencial crece en España y lo seguirá haciendo en los próximos dos o tres años a pesar del incremento significativo de los precios de las construcciones turísticas con respecto a la media de la Unión Europea. Así lo aseguró el secretario de Estado de Turismo y Comercio, Pedro Mejía. Mejía matizó que hay una contradicción en los términos "turista o residente", ya que la concepción de residente se aplica a quienes viven en España más de 180 días al año, mientras que un turista es quien pernocta al menos una noche en el país. "Por tanto, los residentes no son turistas extranjeros y los turistas extranjeros no pueden ser nunca residentes", dijo. Partiendo de ese principio, añadió, existe un número de personas extranjeras que están en España durante un tiempo que no supera esos 180 días por lo que no se consideran residentes, pero gozan o disponen de algún tipo de vivienda dentro de nuestro país. En ese sentido aseguró que este alojamiento extra hotelero ha crecido en el orden del 8% en los 9 primeros meses de 2005, una tasa de crecimiento superior a la del turismo que opta por alojarse en establecimientos hoteleros. Mejía hizo referencia a diferentes estudios realizados al respecto del turismo residencial en España, algunos de los cuales destacan las posibilidades de generación de riqueza, así como el incremento de la "fidelización", el aumento de estancias o la "desestacionalización", que este tipo de turismo supone para un país. Sin embargo, otros perciben que el turismo residencial genera menos ingresos que el producido por los turistas que acuden a hoteles y que también genera un tipo de oferta "ilegal o alegal" ya que se realiza algún tipo de actividad turística sin someterse a los controles y requisitos que normalmente tiene cualquier empresa de turismo legalmente constituida. Recordó que, de acuerdo con las cifras Frontur, y a pesar de que también crece este tipo de turismo en el exterior, el turismo residencial continúa creciendo en España, donde entre un 40 y un 50% de las construcciones para esta actividad son adquiridas por extranjeros.