Tendencias de innovación

Ante esto no cabe sólo pensar en ser más competitivos para aprovechar las posibilidades que el mercado actual ofrece, sino que no es mala estrategia sentar las bases para posicionarse adecuadamente para cuando la crisis pase. Cómo, cuándo y qué dejará la crisis es hoy por hoy una incógnita, pero parece clara la necesidad de desarrollar estrategias y modelos de gestión que nos permita flexibilizar acciones, modelos y respuestas a los retos que puedan surgir.

La integración de procesos innovadores en la estructura empresarial puede permitir desarrollar esas acciones de un modo natural, introduciendo el espíritu de cambio y mejora en el ADN de la organización y poniendo a todos sus miembros en predisposición de respuesta a los retos que aparecen. Es interesante, por eso, conocer las tendencias, herramientas y nuevas estrategias y conceptos que en materia de innovación se están aplicando actualmente. Sin ánimo de ser exhaustivos vamos a mencionar algunas de ellas.

La primera mención no es a una tendencia que favorece la innovación, sino todo lo contrario. Las empresas, sobre todo conforme van ganando en tamaño tienden a la departamentalización excesiva. El proceso de dividir la unidad de negocio, la empresa, en unidades de gestión más pequeñas aporta flexibilidad, capacidad de respuesta y especialización, sin embargo una excesiva división puede generar el efecto contrario burocratizando el funcionamiento y dificultando la comunicación interna. La innovación necesita de una comunicación dinámica y flexible, de generar capacidad de respuesta y de adaptación. La solución está en crear unidades de gestión y grupos de trabajo pequeños pero adaptados a las necesidades de la empresa, con iniciativa y comunicación transversal intergrupos y la posibilidad de tomar la iniciativa desde una visión abierta y colaborativa.

Esta visión abierta entronca con otra tendencia en la gestión e impulso de la innovación que trata de integrar el entorno de la empresa en procesos de gestión. Los seres humanos tendemos a asimilar la cultura, políticas y modos de hacer de las organizaciones a las que pertenecemos. Desde este punto de vista es evidente que solemos integrarnos en la corriente que rige la empresa pudiendo obviar iniciativas y acciones que pudieran dar un impulso innovador a la empresa. Parece por tanto necesario fomentar la capacidad de desarrollar una visión ?exterior?, con la que enfoquemos las acciones y problemas con los que se encuentra la organización desde una nueva perspectiva.

Otros sectores pueden aportar soluciones

Es interesante en este sentido seleccionar, estudiar e integrar las enseñanzas de empresas de otros sectores e industrias ajenas al turismo. La asimilación de perspectivas no propias amplía la visión, elimina prejuicios y aumenta el rango de posibles soluciones y acciones a acometer. La innovación puede venir entonces de esos conocimientos y enseñanzas que adquirimos, de ese a modo de benchmarking lateral que mejora las posibilidades de respuesta.

Nos encontramos sin embargo con dos resistencias a este tipo de acciones que tratan de aportar una visión exterior y nueva a la empresa. Por un lado una resistencia llamémosle temporal que impide la introducción de nuevos modos y procesos pues se ha gestionado tradicionalmente de otro modo. Aquí el principio de autoridad lo da el tiempo durante el que un tipo de gestión se ha llevado a cabo, independientemente de que las circunstancias y la realidad hayan cambiado. Pero por otro lado nos encontramos una resistencia espacial o territorial que trata de evitar la influencia de ideas provenientes de empresas ?ajenas?, de fuera del sector, con la excusa de que es imposible que ellas comprendan las necesidades del mismo.

Captando ideas en la red

Por supuesto una tendencia muy asentada es la de utilizar las redes sociales para captar ideas y acciones innovadoras. La libertad con la que los usuarios hablan y opinan convierte esas redes o comunidades sociales en entornos de brainstorming permanente. Si somos capaces de asimilar las ideas que se van generando y transformarlas en productos o servicios conseguiremos no sólo desarrollar acciones innovadoras, sino que esta innovación nacerá del propio cliente, lo que da una cierta seguridad de éxito y aceptación.

Por último es interesante estudiar el funcionamiento de las startups. El valor que suelen ofrecer este tipo de empresas es el de redefinir y reinterpretar lo tradicional aportando nuevas respuestas en una marcada espiral de innovación que constituye su razón de ser. De este modo cambian las reglas de juego situándose a la cabeza de la industria en innovación y focalizando en ellas toda la atención. Por eso es fundamental imitar su knowhow o al menos algunos aspectos del mismo para ser capaces de impulsar el pensamiento creativo permanente y constante.

Por tanto debemos crear equipos transversales que sean capaces de desarrollar un pensamiento lateral y recibir influencias de fuera de la empresa y de la industria para generar un modelo de innovación permanente que nos posicione en las mejores condiciones para aprovechar las oportunidades que ofrece la crisis y ser capaces de salir reforzados de ella.

Juan Sobejano (juan.sobejano@hosteltur.com)