¿Utilizo o no utilizo esta herramienta?

Hablábamos el otro día de los libros que era conveniente leer para conocer más todo esto de la Web colaborativa o Web 2.0 y su impacto en la sociedad y la empresa. De entre ellos uno de los más interesantes en El Mundo Groundswell por la cantidad de información que ofrece y por su capacidad para exponer lecciones prácticas del tema. Una de esas lecciones es una especie de test tecnológico para saber si una aplicación va a triunfar en la Red. Para Charlene Li y Josh Bernoff , autores del libro, hay una serie de preguntas que conviene hacerse en este sentido.
 
¿Permite esa herramienta, tecnología o aplicación conectarse a la gente entre sí de forma novedosa? Cuando hablamos de novedad también tenemos que tener en cuenta la utilidad. De nada sirve que una herramienta capte la atención por su tecnología, imagen, diseño o capacidad de integración si no es útil para el usuario. Es lo que pasó con Twitter. Su novedad no estaba tanto en que fuera innovadora como en que fuera útil, sencillo de usar y pudiera integrarse sin dificultad en el teléfono móvil.
 
¿Es sencillo registrarse en ella? Y lo que es más importante, ¿es gratuito? En muchas ocasiones una aplicación o herramienta tira para atrás, como se suele decir, a las primeras de cambio. Entrar en una página y encontrar dificultades de inscripción o fallos en el proceso o incluso, lo que es peor, que exijan un pago por el mismo, es tener todas las papeletas para que una herramienta fracase. Si en muchos casos las páginas de los organismos públicos no tienen éxito es por sus constantes fallos o dificultad de entrada. Evitar esto es un primer paso ineludible.
 
¿Cede poder a los usuarios? El usuario no quiere ser controlado en la Red. Si una herramienta trata de direccionar y poner trabas a la presencia de ese usuario lo más normal es que éste no acuda a esa página. Tradicionalmente se ha asociado la Red a la libertad. Cualquier intento de limitarla ha sido discutido y fuertemente contestado. Si el usuario no tiene parte del control difícilmente tendrá éxito la herramienta. Siempre digo que quien en última instancia define qué y cómo es una comunidad son sus usuarios, si no se entiende esto lo más normal es que esa comunidad fracase.
 
Autosuficientes y socializantes
 
¿Genera suficientes conocimientos para mantenerse por sí misma? Las herramientas han de ser autosuficientes y ser capaces de generar contenidos interesantes. Eso no quiere decir que siempre lo hagan, pero ha de existir la opción. Los blogs, las redes sociales, las comunidades e incluso Twitter viven en última instancia de sus contenidos, y son éstos los que hacen que estas aplicaciones sean valiosas en Internet y que se integren en una red de conocimiento. Observe la herramienta, ¿genera enlaces fuera de sí misma que circulan por la Web? Si es así va bien encaminada.
 
¿Es una plataforma abierta a la asociación? La comunicación y la asociación son fundamentales en la red. De forma natural, sin ningún esfuerzo estrategia extraña comunicación y asociación aparecen por Internet. Si la herramienta en cuestión facilita la creación de grupos, los debates, las reuniones ya sean éstas formales o informales, esté atenta a ella. Puede ser un buen lugar de encuentro.
 
Y alguna más, como por ejemplo ¿es distribuible e integrable, es atractiva y útil para las herramientas ya existentes? Sin embargo las nombradas pueden generar una buena estrategia de análisis de herramientas de la Red. ¿Necesitan cumplir completamente todas las características? No necesariamente, pero sí ha de al menos participar de todas y al menos estar muy presente en un par de ellas.
 
Lo verdaderamente interesante de este listado es comprender las características de los medios sociales y su naturaleza. Es el primer paso para gestionarlos.
 
Juan Sobejano  (juan.sobejano@hosteltur.com)