UN FIN QUE ES UN PRINCIPIO

Cada adiós abre la puerta a muchos holas. Lo primero inicia el pasado, y lo segundo comienza el futuro.Con está trabajadísima reflexión me levantó pensando que la única razón por la que hoy termina algo es porque nos hemos organizado así, porque a todo hay que ponerle un principio y un final; porque hacienda tiene que ponerte unos plazos, porque hay que organizar los pagos, porque hemos de tener unos datos que nos identifiquen, como la edad; y en definitiva porque es una buena forma de marcar ciclos que nos renueven, aunque sea ficticiamente.

A todos nos gusta esa vieja sensación de que nos innovamos y renovamos cada 365 días. Un placebo más que nos ayuda a seguir, sobre todo en los tiempos duros.

Hay quien inicia esa renovación anual con algo rojo, o con algo nuevo, o con algo que marque cualquiera de las ancestrales supersticiones; como forma de marcar ese adiós y hola. Una forma tan válida como cualquier otra de animarse a actualizar la ilusión de que haciendo un simple gesto las cosas irán a mejor. Pero ese tipo de gestos, la verdad, -ahora que no nos miran-, nunca llevan a nada.Para mí los únicos balances que valen la pena son aquellos que te ayudan a tomar decisiones para hacerlo mejor, o al menos para no hacerlo tan mal.

No me sirve de nada la autocomplacencia, como no me sirve de nada ni los lamentos, ni las palmaditas en la espalda, si con ello no hay una autocrítica sin piedad, y sobre todo decisiones que optimicen lo que hacemos y lo que somos.

Ahora mismo tengo dos posibilidades: O me dedico a sacarle brillo a mí autoestima con lo bien que lo hemos hecho en el 2009, o me dedico a afilar el cuchillo para enfrentarme a un 2010 que hoy se me presenta despiadado a nivel empresarial…. Y opto por la B.

Para mí el año que viene llegó hace un mes, con el cierre del año empresarial, con las previsiones de los próximos doce meses, con el reflejo que nos trasmitían docenas y docenas de empresarios reconvertidos en jardineros podadores de gastos. Y pienso que ni existen los brotes verdes, -expresión que solo escucharla me sonroja, cuando no dejamos de ver cada día más gente en el paro-, ni nada que se le parezca. Creo de verdad que los próximos doce meses van a ser una guerra de guerrillas, una lucha bestial por la supervivencia de nuestras empresas, de nuestros trabajadores, de nuestra filosfía de hacer marca y de seguir siendo nosotros, sin entrar en la desesperación de lo que supone ver como solo van a sobrevivir los mejores. Y a lo mejor, ni esos.

Creo firmemente que el año 2009 ha sido un sparring de la crisis en comparación con lo que se avecina, y creo que así hemos de pensar para enfrentarnos a un año duro donde los sinsabores pueden ser muy amargos si no enfocamos bien como enfrentarnos a el.

En definitiva, aunque se que estas letras suenan en la antítesis del optimismo, pretendo ser pragmático, y casi busco que suene a desafio, a “Venga, a ver de que estás hecho¡¡”, y sobre todo a ganas, a muchas ganas de demostrar que la mejor forma de enfrentarnos a los problemas es reconociendo su existencia. Y que la mejor forma de enfrentarse a las crisis, es tomando decisiones.

Espero veros a todos el día 1, pero sobre todo el día 365. Feliz inicio de año…. Y continuación.