La frase más oida de la historia empresarial es
“NO TENGO TIEMPO”. No hay otra que se le pueda comparar en el ranking de las frases repetidas hasta la saciedad en nuestras empresas.SI la pregunta fuera “¿Quién de vosotros no ha escuchado esta frase en las últimas 24 horas?”, creo que nadie levantaría la mano. Y claro, como todo lo que es habitual en el comportamiento humano, pasa de necesidad a virtud. Ahora mismo la frase sirve para todo, un
roto, un
descosido, para solucionar el no ocuparse de las cosas triviales, de las importantes y de las fundamentales. Pero si somos honestos, esta frase no es más que una demostración de nuestra
incapacidad para gestionar y priorizar…el tiempo.Hace unos días hablaba con un amigo, autónomo para más señas, sobre este tema, y nos congratulábamos de sufrir el mismo mal. Nos consolábamos en nuestra incapacidad, hasta que yo me pregunté como era posible que él, que solo tenía que autogestionar su tiempo, estuviera tan escaso de este como yo, que tengo que hacerlo con el mío y el de unos cuantos trabajadores. Y como era posible que yo no llegara a la mitad de las cosas que tengo, mientras que empresarios y gestores responsables de miles de trabajadores, son capaces de estar en muchos y vaiopintos temas a la vez… ¿Qué es lo que falla?, o mejor dicho, ¿en que estoy fallando?.Haciendo una búsqueda rápida en la red sobre la gestión del tiempo, encuentro muchos enlaces a
cursos,
simposiums,
congresos, textos indiscutibles,
verdades irrefutables,
decálogos universales,
masters del universo y
soluciones de final feliz…. Pero nada que sea suficiente, por lo que parece, para que seamos capaces de trabajar más en el mismo tiempo, y que podamos dar solución a los problemas que se nos amontonan en las esquinas de nuestras mesas.Es obvio que este post no pretende ser más que una
reflexión, pero vosotros, indistintamente de vuestras ocupaciones, os habeis convertido en muchas ocasiones, en verdaderos “
solucionadores” para mí. La visión que muchos de vosotros vais ofreciendo en comentarios, posts y demás, me han inspirado muchas veces para tener mejores ideas, para gestionarlas mejor, y para desarrollarlas dentro de unos parámetros que, hasta que aparecisteis, no había contemplado. Supongo que de ahí que está reflexión tenga la esperanza de encontrar alguna de esas ideas que cuando las leo me iluminan por dentro con un brillante: “Esto, justamente esto es lo que necesitaba¡¡”.De entrada os cuento las soluciones que yo aplico, habitualmente sin éxito, y que consisten en meter muchas
horas robadas a otras actividades,
clasificar los temas por importancia, -aunque me he dado cuenta de que esto se desvirtua a medio plazo-, intentar
delegar lo más posible y hacer menos trabajo de
desarrollo y más de
gestión y corrección final; y, por último, intentar rodearme de un
equipo de gente válida y capaz, unido a buscar en las nuevas
tecnologías herramientas que aporten mejoras en la gestión y aprovechamiento de los tiempos muertos.Pero entonces, ¿Por qué sigo teniendo ese
runrún en la cabeza que me dice a todas horas…No tengo tiempo, no tengo tiempo??
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