¿Qué esperan los estudiantes de turismo de esta carrera?
2 septiembre, 2011 (18:32:59)¿Qué esperan los estudiantes de turismo de esta carrera?
El post ¿Turismo? ¿Para quién?, Publicado por Caterina el 26 de Agosto de 2011 y los comentarios al mismo de #1 jpgarciaortuno, #2 mgrabuleda y #4 JavierST me animaron a publicar el siguiente comentario en el mismo:
#5 “Un magnífico post Caterina, que está dando pie a que salga a la luz, lo que todos conocen y nadie quiere reconocer, que los estudios de turismo, no están bien enfocados, que el problema del profesional del turismo, es que se basa en competencias enfocadas a dar satisfacción a las expectativas de disfrute derivado del ocio de la gente, como señalas en el post “a gestionar el ocio de la gente”, y eso, no puede aprenderse en la universidad, ni en una escuela de hostelería, eso solo te lo dará la UNIVERSIDAD DE LA VIDA, si en la otra, o en la escuela de hostelería te han enseñado algo del conjunto de disciplinas que puedan hacer rentable tus enfoques de gestión de ese ocio, rentables no solo para ti y la empresa para la que trabajes, deben ser especialmente rentables para la gente que utilice tus servicios.
Si fuese verdad, lo que trato de transmitir en el párrafo anterior, el grado que obtenéis en la UNIVERSIDAD, es solo el tercer peldaño de la escalera que tendréis que subir para alcanzar el éxito, porque el primer peldaño lo constituye la educación que hayáis recibido en el entorno familiar, que seguramente condicionará vuestra capacidad de empatía, sin la que es imposible el éxito en esta profesión, el segundo peldaño está constituido por la formación de base adquirida en el colegio y el instituto, sin la que resulta imposible el aprovechamiento de los conocimientos que puedan impartir en la Universidad y posteriores máster, si esos tres peldaños son sólidos, y en la Universidad os enseñan a pensar, vuestros pensamientos serían más acordes a la realidad del mundo en el que tendréis que desarrollar vuestro futuro.
Desde los inicios de la carrera de turismo en los años sesenta más del 50% de quienes terminaban la carrera, dejaban cualquier actividad relacionada con el turismo dentro de los dos primeros años de haber terminado sus estudios, porque la formación polivalente adquirida, les daba salida para otros muchos trabajos, normalmente mejor valorados que los de hostelería, por otra parte otro alto porcentaje, engañados por la idea de que se les había formado para ser Directores de Empresas Turísticas, enfocaban su formación al área administrativa en el “back o front office” entendiendo que era el camino para llegar a la dirección, despreciando el resto de trabajos propios del sector hotelero, comedor, cocina, pisos, mantenimiento, animación, pensando que no era un trabajo propio de su formación, y solo un pequeño porcentaje se preocupaba, de en lugar de hacer un máster “más de lo mismo”, trabajar en los puestos de base, que terminaban de formarles en lo verdaderamente importante y que les iba a permitir triunfar en su carrera hacia la dirección, permitiéndoles poner en juego lo que habían aprendido en la universidad, con la base del conocimiento de lo que podían pedir a las bases de la empresa que tenían que dirigir.
¿Qué seréis de mayores los que habéis estudiado turismo? Lo que queráis ser, si en esos estudios os han dado lo más importante, para triunfar en esa profesión, amor por la misma, capacidad de análisis y empatía con el resto de las personas con las que tengáis que relacionaros, sean vuestros jefes, empleados o clientes, si os falta alguno de esos tres elementos, solamente llegareis a ser unos amargados trabajadores del turismo, nunca exitosos profesionales del turismo.”
Comentario que pienso debiera hacer reflexionar sobre las ideas que se inculcan desde los inicios de esta carrera en los estudiantes de la misma, porque una carrera determinada, sea la que sea, no garantiza por sí misma, la capacidad de quien la termina para el ejercicio con éxito de esa determinada profesión, en el mejor de los casos, podría habilitar administrativamente para el ejercicio de la misma, pero de nada serviría, salvo para alquilar tal titulación a una empresa, que pondría en el cargo a persona de su confianza para sacar adelante a dicha empresa.
En ese post en los comentarios #11 Beat, Beatriz se pregunta si sería interesante crear un Colegio y en el #12 silvia82, Silvia comenta que lleva un tiempo pensando en formar un colegio de Diplomados en Turismo, sueño durante décadas de muchos compañeros antes que ellas, sin embargo en ninguna de las autonomías peninsulares, ni en las Islas Baleares, Ceuta o Melilla se ha logrado la creación de un Colegio, solo en las Islas Canarias existe un Colegio de Diplomados de Turismo de Canarias, http://coditur.com/web.php?menu=1&opcion=2, en este link podéis encontrar la forma de contactarles y referencia de todos los miembros de su Junta de Gobierno.
En cualquier caso, no creo que ese sea el camino a seguir, si con toda la fuerza de la que pudieran disponer la Asociación Española de Directores de Hotel (AEDH), la Asociación Española de Profesionales del Turismo (AEPT) o cualquiera de las múltiples asociaciones de carácter autonómico, provincial o local de cualquiera de las actividades relacionadas con el turismo, hostelería en sus distintos ámbitos, agencias de viajes, guías de turismo, etc., no han logrado que se mantenga la exigencia de titulación para acceder a los cargos de responsabilidad de la industria turística, exigencia que representaría por otra parte, el que la Administración, es decir la política, se inmiscuya en que titulación se debe tener para ocupar un puesto de confianza en una empresa privada, cuando cualquier político, sin titulación alguna que pueda respaldar conocimientos de una determinada actividad, podría ser puesto al frente del Ministerio de la misma, o de una Dirección General de éste, sin más meritos que tener la confianza de quien tenga la responsabilidad final de sus nombramientos, no parece muy acorde que esos mismos políticos puedan exigir para una empresa privada, lo que no se exigen a si mismos.
Por otra parte pudiera ser de interés, una anécdota que me ocurrió cuando iniciaba mi etapa profesional como director, en la primavera de 1969, estoy realizando la selección de personal y entrevisto a un joven, que ha presentado una solicitud para trabajar en aquel establecimiento, todo su historial profesional, se reduce a su titulación de la recientemente creada Escuela de Turismo, siendo ese el primer trabajo de la industria hotelera al que aspira.
En el transcurso de la entrevista, una vez superado el primer momento de presentaciones, siguió una charla cuando menos singular, lo que ha hecho que no la haya olvidado nunca, voy a tratar de dar forma a lo que fue aquella entrevista:
Yo: ¿A qué puesto aspira? ya que usted no lo señala en su solicitud.
Solicitante: Al de Director.
Debo reconocer que fue una respuesta que me dejó un tanto sorprendido, siguiendo con la siguiente pregunta:
Yo: ¿Que nos podría aportar usted como Director?
Solicitante: Soy Técnico de Turismo y esa titulación me habilita para dirigir hoteles.
Yo: Con independencia de su título, que experiencia puede usted aportar como Director.
Solicitante: En la carrera nos enseñan lo que se necesita saber para dirigir un hotel o una agencia de viajes.
Yo: Entonces usted no tiene ninguna experiencia práctica en hostelería.
Solicitante: No, pero pienso que no es necesario, ya que para eso, contaré con el resto del personal al que tendría que dirigir.
Yo: Me temo que el título de Técnico de Turismo no es suficiente para aspirar al puesto de director, no obstante, permítame preguntarle ¿Sabe usted con quien se está entrevistando?
Solicitante: No
Yo: Su respuesta me permite deducir que no ha tenido usted la más mínima preocupación por conocer algo de la empresa en la que pretende trabajar, porque precisamente soy la persona que está ocupando el puesto al que usted aspira, y le garantizo que suelo cuidar bastante bien mi puesto de trabajo, y como comprenderá es un puesto que en este momento ya está cubierto, así que si hubiese algún otro puesto de interés para usted como ayudante de recepción, camarero o cocinero, podría tomar nota de su interés por alguno de esos puestos a cubrir.
Solicitante: Si el puesto de dirección está ocupado, no estoy interesado en ningún otro.
Nos despedimos con las normales frases de cortesía, después de una entrevista, sin que aquel joven, por lo que supe después de él, llegase a trabajar en ningún establecimiento turístico, volviendo a verle dos años después, cuando me visita como Jefe de Ventas de una importante empresa de bebidas de la localidad, puesto que estaba desempeñando con bastante éxito.
Como aquel joven, eran muchas las personas que acudían a las Escuelas de Turismo con una imagen muy irreal de lo que sus estudios significaban, y pienso que en muchos casos, ocurre algo muy parecido en la actualidad, aunque en estos momentos tenga menos justificación la equivocada idea de que con su diplomatura, grado o masters, estén preparados para dirigir establecimientos de empresas turísticas, si no complementan dichos títulos con un amplio conocimiento y experiencia personal en los puestos de trabajo de los distintos departamentos de esta industria.
Creo que no es tan importante el cambio del modelo formativo, como el cambio del modelo de pensamiento, enseñando más que a “como hacer” o “que hacer” a que partiendo del “cómo se hace”, aprendan a pensar como se podría hacer de otra manera, caso de que el modelo que les enseñan no les sirva en el momento o en la circunstancia en la que tengan que ponerlo en práctica.
Puede ser interesante la lectura del post y comentarios ¿REALMENTE ES NECESARIA UNA ESPECIALIZACIÓN DE LOS ESTUDIOS EN TURISMO?, Publicado por clara64 el 30 de Agosto de 2011.
Antes de iniciar mi trabaje como Director de Hotel, para el ingreso como Monitor del Programa de Promoción Profesional Obrera (antiguo PPO) tuve que aprobar un Curso de Orientación Didáctica que me sirvió para preparar muy buenos recepcionistas, durante los cerca de tres años que estuve en el Hotel Escuela de Marbella, como Monitor de Recepción y Administración, posteriormente a finales de los años ochenta asistí a un Curso del Proyecto Europeo de Formación de Formadores de la Comunidad Económica Europea en el área de Turismo, con el fin de mejorar mi capacidad como formador con la ayuda de los nuevos modelos formativos que iban surgiendo por medio del uso de las nuevas tecnologías, sin embargo, mis mejores formadores, quienes más me han enseñado, han sido siempre mis alumnos, al igual que mis mejores comerciales, han sido siempre mis clientes.
Pienso que la razón de ambas cosas, ha sido mi constante preocupación:
a) Por saber que era lo que querían aprender los alumnos que asistían a los cursos que durante muchos años he impartido, porque de nada servía lo que yo pretendiese enseñarles, si ellos no querían aprenderlo, el reto para mí como formador, era conseguir en las primeras horas de asistencia al curso, crearles objetivos, abriéndoles las ventanas a un paisaje agradable para ellos, en el que pudieran ver con claridad que objetivos se pretendía conseguir, y los posibles caminos que podrían tomar para conseguirlo, en lugar de decirles como tenían que hacerlo, ya que ese modelo no siempre encajaba con las circunstancias y los intereses de cada uno de los alumnos.
b) Por conocer las expectativas no satisfechas de mis clientes, tanto en mi establecimiento como en el destino en el que se encontraba este. Así mismo, llegar a conocer los puntos débiles y fuertes de mis competidores, con el fin de tratar de mejorar para mi hotel la percepción del público en general sobre los puntos fuertes de mis competidores, teniendo en constante vigilancia la evolución de esos competidores, sobre lo que representaban sus puntos débiles, a fin de que caso de corregirlos no puedan convertirse en un hándicap para mi establecimiento.
Ahora, alguno se preguntará a que viene la disquisición de los dos últimos párrafos, lo que tiene una muy fácil respuesta, a que NO IMPORTA LO QUE YO ESPERO, lo que importa es lo que ESPERAN aquellos con los que trabajo, sean empleados, alumnos o clientes, solamente conseguiré mis objetivos, si consigo que éstos sean acordes con los intereses de aquellos que han de convertirlos en realidad.
Así los estudiantes de turismo, podrán lograr los objetivos que se propongan, no tanto por lo que les enseñen en la universidad, como por su capacidad de averiguar lo que las empresas y clientes para los que trabajen esperan de ellos, pienso que podemos estar de acuerdo en que el titulado de turismo al que hago mención en la anécdota que describo más arriba, no se preocupo de averiguar lo que la empresa en la que solicitaba trabajo podía esperar de él.
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