El Combustible del Turismo
10 junio, 2019 (14:03:08)El motor del turismo es flex. Es movido por diferentes combustibles, pero el principal de ellos es la felicidad.La felicidad es una energía limpia y positiva inherente al ser humano, a la humanidad y benéfica al planeta; un combustible ecológicamente correcto que eleva al hombre y que debe mover esta actividad por él practicada - el turismo.
La felicidad viene de una fuente inagotable y que puede ser fácilmente encontrada en cada uno de los más de 7,5 mil millones de humanos que habitan el planeta, que amablemente nos acoge. Es un combustible abundante y funciona como una vela, que puede encender millones de otras, sin perder su brillo y fuerza.
Es la felicidad que nos motiva e instiga a visitar un lugar, a conocer una cultura diferente ya interactuar con ella; a aprehender y enseñar informalmente - lo que nos recuerda las palabras de Lenea Gaelzer (autora de Un Ensayo a la Libertad y de - Ocio, Bención o Maldición ¿); la cual contextualizó y afirmó que en el turismo está la escuela sin paredes, libre de los limitados conceptos de cultura establecidos por la educación formal ...
El turismo promueve el acercamiento entre pueblos y culturas y facilita el encuentro del ser humano consigo mismo; siendo su práctica indicada hasta como terapia para recuperación de la salud en ambientes diferenciados a los que vivimos. En la práctica del turismo es común ver al turista alegre, vistiendo ropas coloridas, floreadas y con equipos fotográficos a las manos - lo que demuestra su estado de espíritu en esta sintonía de la alegría y la extroversión; de estar siendo espontáneo y original con sus sentimientos - de identificación consigo mismo; de felicidad en fin.
La motivación – la cual es “ignitada” por la felicidad - nos instiga para la visita de este o de aquel lugar; nos hace escoger de forma acertada adonde iremos, lo que veremos, donde nos hospedaremos, cómo y con qué medios nos desplazaremos; lo que hacemos para vivenciar y vivir temporalmente en otros lugares y retornar a nuestros domicilios mejores, con más cultura, más descansados, satisfechos y saludables.
Normalmente lo que nos atrae para la visita de un lugar viene de motivaciones diferenciadas - de humano a humano, de cultura a cultura; pero en la concepción teórica del turismo, los atractivos son de dos vertientes - de carácter ambiental y sociocultural y que son específicos y pertinentes a cada región; donde entran sus paisajes y recursos naturales, su proceso de evolución histórica y se manifiestan materialmente en la arquitectura, en las artes o inmaterialmente, a través de las tradiciones, del folclore, de la culinaria - entre otras formas y que son presentes, preservados, valorados y disponibles para todos - habitantes y visitantes.
Pero, por suerte de aquellos que operan y hacen lo receptivo en el turismo, las “octanas” de la felicidad son de diversas naturalezas y, en la fórmula de este combustible también entran componentes como la alegría, el espíritu propenso a la aventura, la participación, la integración, la diversión, la descontración, los nuevos descubrimientos, entre otros.
El turismo imbuido y movido por este poderoso combustible, reúne en sí todos los elementos capaces de proyectar al ser humano de un nivel a otro mucho más elevado; donde el individuo participa de unaaventura programada, en que él mismo es el actor principal, la cual hace calmar su espíritu, su instinto y los deseos que lo acompañan desde las cuevas: de exploración, de búsqueda de conocimiento y nuevas tecnologías; que le ayudan en el camino hacia el futuro y conquistas siempre mayores.
En esta perspectiva y alimentado por la felicidad, las motivaciones son muchas y van desde la simple observación de la naturaleza hasta la conquista del espacio sideral (en el llamado turismo espacial); del ocio a los deportes; de la educación y el aprendizaje hasta la cultura, los negocios y, se concretan en los viajes programados en función de sus motivaciones.
La felicidad inherente al turismo remite al contexto más alineado con esta actividad humana y que gravita en el ambiente del ocio, entendiéndose el ocio como un estado de espíritu de una actividad de tiempo libre realizada con placer.
En el turismo, el resultado para todos también debe ser catalizador de la felicidad; que retroalimenta y turbina el sistema: la felicidad de los viajeros, de los habitantes de las localidades y en las regiones visitadas; de los operadores y prestadores de servicios turísticos; en fin, de todos ....
En ser flex, aunque ese su combustible principal; el turismo también puede ser movido por otros combustibles menos eficientes y más problemáticos, como el del "dinero y las inversiones financieras", por ejemplo; que, aunque siendo más "atractivos a los emprendedores y los gestores" también son más "espaciosos", "dominadores", "colonizadores". No es un combustible ambientalmente correcto y por sí solo sostenible al sistema, pues cuando se utiliza como principal y propulsor del todo, hace que el motor no funcione bien y con plena eficiencia y se desgaste más rápidamente, mientras que también contamina y falla mucho más. Miles de famosos destinos en el planeta siguieron usando este combustible como principal para el turismo y hoy amargan por haber perdido su potencial de atracción, pues el turismo también puede destruir el propio turismo y el ambiente que le da soporte, como afirmó categóricamente el Economista y el ambiente profesor de la Universidad de Berna, Jost Krippendorf en su famoso texto El Devorador de Paisajes.
Con el uso exclusivo de este combustible, que por cierto también puede traer beneficios, aunque no a todos y de forma igualmente distribuida y pulverizada, mientras que si no correctamente planificado, administrado y fiscalizado, estimula la concentración de los recursos y de las ganancias en manos de los pocos. Esta energía que, aunque esto es muy utilizada, se utiliza de una propaganda eficiente pero no tan honesta: del papagayo discurso de la generación de impuestos, empleos y renta y promesas (normalmente no cumplidas) de felicidad plena - a veces con los salarios de hambre que se pagan a los operarios del sistema - y traen efectos nefastos como la depreciación ambiental, la conformación de las "islas de la fantasía" rodeadas de pobreza por todos lados, la explotación sexual y el prostiturismo; el aumento de la concentración de ingresos y la exclusión social, entre otros reflejos.
Y, la elección del combustible correcto, debe tener en cuenta todos los elementos que hacen que el motor del turismo funcione - el ser humano, el espacio donde la actividad ocurre, el tiempo disponible para la práctica del turismo, los recursos financieros necesarios y el vector transporte para llegar al destino y regresar. Una fórmula, que idealizamos y que resumidamente podría expresarse en "H + T + m³ + $ + VT" (donde H es el ser humano, T es el tiempo, m³ el espacio, $ los recursos financieros o el dinero y, VT el vector transporte).
Sin embargo y obviamente, entre todos los componentes, lo imprescindible y que hace el turismo existir es el hombre, pues es una actividad practicada exclusivamente por él; por voluntad y opción propia o conducido por otras motivaciones y actividades de trabajo y compromisos.
Para retroalimentación del sistema y multiplicación de la felicidad, que debe ser el combustible primordial del turismo, todos deben ser beneficiados y las localidades y regiones calificadas, protegidas y valorizadas; donde los diversos actores - población local, iniciativa privada, operadores, trabajadores y prestadores de servicios, poder público - transite en esa misma frecuencia y alineados con el espíritu y la energía que mueven al hombre y, a su vez, el turismo, que es la felicidad.
La felicidad que debe llegar también a aquellos segmentos de personas casi siempre olvidados - los ancianos, las personas con discapacidades y con movilidad reducida, los menos favorecidos de la sociedad, los trabajadores de bajos ingresos; la juventud - entre tantos otros que no han tenido la oportunidad de viajar y de disfrutar del turismo y de sus beneficios.
Y el esfuerzo para mantener el motor funcionando con el combustible principal y correcto, así como con sus engranajes lubricados, debe ser colectivo - preciso y debe ser de cada uno y de todos sintonizados en la misma frecuencia. Es una elección simple a ser hecha a la hora de abastecer y de hacer mover un sistema que envuelve la economía, por cierto y en la más amplia acepción de la palabra; pero también los demás aspectos socioculturales y ecológico-ambientales pertinentes, los cuales deben funcionar en una visión de presente y de futuro sostenibles, con avances en innovación y tecnologías, con correcta gestión y diseño universal - entre otros aspectos.
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