Emociones, Experiencias y Felicidad para nuestros viajeros y turistas

La Naturaleza, fabrica de Emociones, Experiencias y Felicidad para nuestro turismo

No hay duda alguna que los profesionales, emprendedores, en definitiva quien gestiona los destinos, alojamientos, actividades y operadores turísticos y aun mas si están especializados en el descubrimiento de la naturaleza, es decir el Patrimonio Natural y también cultural y hasta social de un territorio, deben de poseer ciertas cualidades diferenciadoras, que hacen suplir en una mayoría de casos el umbral de rentabilidad empresarial. Es decir, como ya he afirmado en otras ocasiones, los beneficios obtenidos se basan también en aportes emocionales, que otros deberían comprar y algunos de éstos, no tienen precio y por tanto no pueden comprarse.

Esto ocurre también con los viajeros, con los turistas, que son consumidores, es decir clientes que compran productos turísticos, pero que adquieren experiencias de su estadía, viaje o de su tiempo de ocio, pero que en definitiva buscan ese tiempo de felicidad, disfrute, …También buscan una rentabilidad emocional al igual que quieren obtener lo mejor por el dinero pagado.

Y los turistas, ya sean consumidores de los “todo incluido”, del tumbarse en la playa, comer y beber….sin ningún otro propósito de descubrimiento, aprendizaje o cualquier motivación, que suponga un mínimo esfuerzo físico o mental, también buscan esas emociones, que se traducen en felicidad, que en turismo, la encuadramos en tiempo y espacio, porque es duradera (por tanto también perecedera) y se da en un lugar y momento determinado.

Pero cuando hablamos de emociones producidas por un viaje y estadía en un territorio, también estamos hablando de las denominadas experiencias turísticas, que en definitiva son los recuerdos posteriores de nuestros viajeros, turistas o consumidores y son aquellas que si perduran en el tiempo, las que pueden generar fidelidad e incluso provocar una clientela cautiva, ya que el tiempo de ocio, es una necesidad que ahora también implica el tiempo del viaje, aunque dure solo unas horas.

Por eso, cuando se habla de calidad, sería muy importante tener en cuenta donde, como y cuanto invertir en aquellas variables que sean capaces de provocar estas experiencias y emociones a nuestros consumidores, versus quizás en otros elementos o factores que puedan ser secundarios y olvidarnos de los clave.

Por eso, cuando hablamos de Naturaleza y de viajes a la Naturaleza, hay que tener en cuenta, que una mayoría de viajeros tienen una capacidad de percepción, en base a su experiencia personal y la influencia de factores externos condicionantes, como los medios de comunicación. Esto implica que muchas veces es mas importante lo que se puede ver y percibir, que lo que es; es decir la denominada “estética ambiental o natural”, versus otras variables claves que determinan el climax o nivel de evolución de un ecosistema, por ejemplo.

Y por esa misma razón, unas buenas prácticas ambientales en los alojamientos y destinos, si son eficazmente comunicadas, pueden hacer sentir una serie de emociones personales que cautivan, especialmente si la demanda es consumidora de productos naturales, bio, eco, etc.

Ahora bien, hay que enfatizar que para poder observar un paisaje natural espectacular y disfrutar de su territorio (incluyendo sus gentes), y adquirir una experiencia positiva y memorable, debemos asegurar su calidad ambiental, ya que es el sustento de lo que el observador o viajero ve y percibe.

Todo es un ciclo que se retroalimenta y en el que confluyen turistas, oferta, territorio, naturaleza y gente y nuestra misión es obtener la mejor rentabilidad para todos y asegurar que el sistema y ciclo se haga sostenible.

Un cordial saludo