El nuevo "shibboleth" de los intelectuales orgánicos
23 octubre, 2020 (09:36:13)Habíamos quedado en que un ”shibboleth era, entre otras acepciones, un metalenguaje o un conjunto de signos identificadores de un determinado grupo.
El “shibboleth” de los “intelectuales orgánicos” del turismo constaba de dos elementos: levantar las restricciones en junio, como otros competidores, para no perder cuota de mercado y la necesidad de realizar test a la llegada de los turistas.
El primero ha durado poco cuando el conjunto de la Comunidad científica asegura que el problema fue exactamente lo contrario de lo que pedían los intelectuales orgánicos: que las restricciones se levantaron en julio, cuando aún no estábamos preparados con consecuencias negativas. Con gran sentido pragmático esa línea ha sido vaciada.
El segundo ha evolucionado. Ya no exigen solo los test a la llegada –algo que ha sido abandonado por algunos países que los habían implantado como Túnez, sino más sensatamente a la salida, con la ventaja, claro de que eso no depende solo del Gobierno español. Los test de llegada han llegado a ser calificado de “teatro sanitario”, alejan a los turistas y crean importantes problemas logísticos como el tener que poner en cuarentena a todos los pasajeros de un avión en que se haya dado un positivo.
A la vista de lo flojita que ha quedado la tesis se han lanzado en busca de un nuevo ”shibboleth” y han encontrado uno muy difícil de rebatir: “El escaso aprecio de la valoración gubernamental de la actividad turística". Como la actividad turística es difícil de definir no sabemos si se refieren a la hotelería- una décima parte de los empleados del sector- o a los bares de los pueblos que generan más empleo. El argumento busca soporte en las torpes declaraciones del Ministro de Consumo y en la inexistencia de un plan específico para el turismo en los proyectos para la obtención de las ayudas europeas, como si el turismo no fuera una actividad transversal que se beneficiará de diversos programas.
Así que una vez que han emprendido caminos más seguros solo falta buscar adecuadamente apoyos sólidos en los que basar las conclusiones. Sorprendentemente han acudido como intelectual de referencia a Alfonso Guerra –alias Otto Von Bismarck – que en el Congreso del PSOE de Suresnes dijo aquello de que Bismark aseguraba que España era el país más fuerte del mundo – o bueno de Europa- porque tras siglos de intentarlo los españoles no habían conseguido destruirla.
A partir de entonces y con diferentes variables la cita se hizo viral como se dice ahora. Cualquiera que se moleste verá cuando la dijo “Arfonzo “-diez de octubre de 1974-, pero ni siquiera los más estudiosos podrán encontrar cuando y donde la podría haber expuesto el Canciller de Hierro y en qué idioma, dado que dominaba varios.
Otro apoyo tradicional es el de la prensa extranjera, como si los corresponsales no se nutrieran de lo que leen en los medios nacionales. Como es lógico se escogen las citas que apoyan la tesis y se marginan las otras; pero no es habitual tergiversarlas voluntaria o inadvertidamente. Por ejemplo se atribuye al Neue Zürcher Zeitung la pregunta de si España es un Estado fallido cuando en realidad la duda figura en un artículo del catedrático de Múnich Friedrich Leopold Sell a la que el mismo se responde diciendo que todavía no, aunque no está lejos de serlo. No es por tanto la opinión del prestigioso diario suizo sino la de un colaborador ocasional.
En todo caso hay que agradecer a "los intelectuales orgánicos" el esfuerzo que están haciendo en condiciones no siempre favorables y su capacidad de adaptarse a las circunstancias e incluso de adaptar las circunstancias a sus posiciones.
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