Las Vacaciones de Alexis
21 septiembre, 2022 (08:56:45)Desde hace más de veinticinco años, Alexis se traslada a un hotel en el sur de la isla de Tenerife para disfrutar de sus merecidas vacaciones de verano.
El hecho de que siempre se aloje en la misma zona turística le ha permitido comprobar los cambios que se han producido con el transcurso del tiempo. Algunas veces se alegra por las mejoras que se han realizado en el entorno a nivel urbanístico y por el incremento de visitantes en la zona, sobre todo si repercute positivamente en la calidad de vida de la población local, sin dañar el medio ambiente. Sin embargo, últimamente se entristece mucho al comprobar la masificación excesiva de un lugar que él consideraba idílico y que poco a poco, pierde la excepcionalidad e identidad que lo diferenciaban en un principio. En este sentido, se muestra a favor de rehabilitar hoteles y/o apartamentos antiguos o de inferior categoría, antes que construir un nuevo hotel en lugares que ya cuentan con una planta hotelera y extrahotelera suficientemente extensa para cubrir la demanda actual y más aún, si el balance de esta inversión es desfavorable para los intereses comunes y generales de la población.
Últimamente Alexis se muestra enfadado ya que el aumento del turismo y el contexto socioeconómico actual, han supuesto un encarecimiento excesivo de los precios del alquiler para los residentes, lo que dificulta enormemente la posibilidad de acceder a una vivienda residencial digna y a un precio asequible para muchos trabajadores. Este hombre reconoce que en múltiples ocasiones, intentó persuadir a su hijo con la idea de que estudiara otra profesión que no estuviera relacionada con el Turismo y que si finalmente, decidía dedicarse profesionalmente a este sector, se trasladara a otro país en busca de mejores condiciones laborales.
Por otro lado, a Alexis le gusta bañarse diariamente en el mar durante sus vacaciones y entiende que la playa debe estar limpia, sin plásticos, sin colillas de tabaco ni basura de cualquier otro tipo y que debe contar con unos servicios mínimos, accesibles a todo el mundo. Al igual que otras personas, a él tampoco le gusta salir de la playa con los pies llenos de arena porque las duchas para lavarse los pies llevan años sin funcionar correctamente, ni tomar sol en la arena encima de una lata de cerveza desgastada o bañarse en el mar con restos de comida u objetos personales de cualquier índole.
Asimismo, le resulta muy desagradable pasear por calles sucias y repletas de basura, especialmente si se ha celebrado alguna fiesta el día anterior. Se pregunta si se debe a la escasez de papeleras y/o personal de limpieza o a la falta de conciencia ciudadana. Más de una vez se ha enfadado con algún turista y también con algún residente por no respetar el entorno. Alexis le insiste mucho a su hijo en que hay que preservar los espacios que visita de la misma manera que cuidaría su propia casa. De hecho, defiende activamente las políticas de sostenibilidad que se aplican en el hotel, aunque a veces le surgen dudas de si el compromiso con el medioambiente y el cambio climático es real o simplemente es un pretexto para incrementar los precios todavía más.
Por su parte, se siente algo disconforme cuando tiene que pasear en medio de una multitud de tiendas que ofrecen los mismos productos y servicios de manera compulsiva y estandarizada a los turistas. De igual modo, sienten esta misma sensación respecto a las personas migrantes que en su momento llegaron de manera irregular al sur de la isla y que su único medio de subsistencia consiste en la venta insistente gafas de sol, relojes, gorras, trenzas, caricaturas, sábanas de playa,etc.
Por último, Alexis está completamente a favor de que su experiencia como cliente en el hotel haya mejorado considerablemente gracias a los avances tecnológicos y piensa que las nuevas tecnologías, más allá de sobrepasar a la humanidad, contribuirán de forma positiva a mantener en buen estado su lugar idílico de vacaciones durante otros veinticinco años más.
Alexis seguirá disfrutando de sus merecidas vacaciones de verano y confía en que dentro de unos años, se alegrará enormemente de los cambios que ha experimentado el destino.
Depende de nosotros que así sea.
Yo pienso ayudarle.
¿Y tú?
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