Gestión energética y cuenta de resultados
Una gestión energética inteligente puede suponer ahorros anuales de hasta 300 € por habitación sin afectar al confort del cliente 23 julio, 2025 (09:02:05)La energía es uno de los mayores gastos operativos de un hotel. Su peso varía en función del tipo de establecimiento, la ubicación y la estacionalidad. Según Carbon Trust, la energía usada en la hostelería puede representar entre un 4 % y un 10 % de los costes de explotación. En hoteles con alto componente de instalaciones técnicas —wellness, piscinas climatizadas, grandes cocinas industriales— esta cifra puede ser aún mayor.
Sin embargo, a pesar de su impacto económico directo, la energía sigue siendo una de las partidas menos optimizadas en muchos establecimientos turísticos.
La triple dimensión de la energía en el hotel
Gestionar la energía en un hotel no es solo cuestión de apagar luces. Requiere entender tres dimensiones que se interrelacionan, tres variables claves que cabe abordar con visión global y herramientas suficientes:
- Consumo: cuánto y cómo se consume en cada zona del hotel (habitaciones, zonas comunes, lavandería, cocina, climatización…).
- Coste: cuánto cuesta ese consumo según el contrato energético, las tarifas y la gestión de la demanda.
- Huella: qué impacto ambiental tiene ese consumo en términos de emisiones, eficiencia y sostenibilidad.
La pregunta clave es ¿Cuánto se puede ahorrar con una gestión energética correcta?
Por nuestra experiencia, y según diversos estudios y proyectos piloto, se ha demostrado que implementar una estrategia correcta de eficiencia en hoteles puede suponer ahorros del 15% al 25% en la factura energética. La Organización Mundial del Turismo (OMT), en su documento “Hotel Energy Solutions”, estima que la aplicación de medidas tecnológicas y de gestión puede generar ahorros cercanos a los 200€ por habitación y año en hoteles urbanos, y hasta 300€ en resorts.
Por tanto, en un hotel de 150 habitaciones, esto puede representar entre 30.000 y 45.000 euros anuales de ahorro neto, sin contar con las mejoras en confort y sostenibilidad que suelen acompañar a estas medidas.

- Lecturas manuales poco frecuentes o inexactas.
- Falta de sectorización: no se sabe qué consume cada zona o instalación.
- Ausencia de alarmas: consumos anómalos o excesivos pasan desapercibidos.
- Contrataciones inadecuadas: tarifas energéticas mal ajustadas o penalizaciones por una potencia eléctrica mal calculada.
- Descoordinación entre departamentos: mantenimiento, dirección y recepción actúan sin una visión compartida.
- Automatización de lecturas: mediante sistemas de telegestión de contadores eléctricos, térmicos y de agua.
- Monitorización en tiempo real: con cuadros de mando accesibles y alertas configurables.
- Análisis de consumos por zonas e instalaciones: para detectar desviaciones y planificar mejoras.
- Simulación de escenarios: que permita prever el impacto de inversiones, ocupación y/o temperatura, así como evitar penalizaciones.
- Cálculo automatizado de huella de carbono: indispensable para los informes de sostenibilidad y los compromisos ESG.
Para comentar, así como para ver ciertos contenidos de Hosteltur, inicia sesión o crea tu cuenta
Inicia sesiónEsta opinión no tiene comentarios.