Por Cristina Manrique, en Distribución

Barcelona, una de las ciudades favoritas para viajar de compras

26 septiembre, 2018 (15:07:30)

Barcelona, 26 de septiembre de 2018.-

Viajar nos hace felices. Ir de compras, también. ¿Combinar ambas actividades? Un chute experiencial que nos entusiasma y nos mueve. El turismo de compras se ha convertido en una de las grandes motivaciones a la hora de elegir destino y una clara tendencia turística.

El turismo de shopping es un modelo que llega directamente a la parte emocional. Las compras nos hacen vivir experiencias gratificantes. Aquel vestido que nos sienta como un guante y refuerza nuestra confianza. Ese último gadget que hace volar nuestra imaginación y nos pone de buen humor. La terapia de compras funciona y si a esta le asociamos una localización diferencial y segura, buena gastronomía, devolución de impuestos y buenos precios, la oportunidad está servida.

Las ciudades rivalizan por esta apuesta que representa una importantísima derrama económica y un atractivo espectacular para la promoción de la industria turística.

¿Qué ciudades lo están haciendo mejor?

MisterFly, plataforma de viajes online, ha querido averiguar hasta qué punto las ciudades rivales entre sí en esta materia, mantienen su estatus o bien hay cambios de tendencia significativos.

“Barcelona, mejor ciudad que Madrid para viajar de compras”

Según la encuesta realizada entre los seguidores de MisterFly en Francia, los datos no dan lugar a dudas: Barcelona sigue manteniendo su superioridad. La Ciudad Condal, con un 71% de los votos, se ha impuesto con una amplísima mayoría a Madrid con un 29%, como destino de shopping.

Si nos acercamos con Google Maps podríamos decir que el Paseo de Gracia en Barcelona ha vuelto a mostrar su clara superioridad frente al Barrio de Salamanca, en Madrid, con una abrumadora ventaja.

Se estima que entre estas dos zonas se concentra el 42% del total de los ingresos nacionales por turismo de compras pero, según recientes estudios, la de la capital catalana recauda casi el doble que su homónima zona madrileña.

Parece que Barcelona capitaliza al máximo su apuesta por hacer experimentar al visitante “el estilo de vida barcelonés” que combina un gran cóctel de tiendas internacionales de calidad, diseño, gastronomía, buenos precios, bicicletas, playa y buen tiempo con museos, arquitectura, arte y cultura.

Madrid, por su parte, ha apostado por acompañar su oferta comercial –caracterizada por una amplía apertura comercial en domingos y festivos– con una creciente oferta gastronómica de altísima calidad, ocio, espectáculos, arte y cultura. Una ciudad que no pierde de vista las oportunidades que ofrece este tipo de turismo ya que, como apunta la Comisión Europea de Turismo, para el 70% de los turistas que llegan a España, las compras son uno de los principales propósitos del viaje y una actividad habitual durante su estancia.

Ampliando el foco, –y preguntando tanto a franceses como españoles–, según esta encuesta Londres (60%) se impone a París (40%) como destino de shopping.

Los emblemáticos Harrod’s, la variedad de estilos y de tiendas, los muchos y coloridos mercadillos son una oferta excepcional que hacen de la capital inglesa una de las ciudades favoritas como destino turístico de compras frente a París, que apuesta fuerte por sus grandes diseñadores, el ocio y la gastronomía para fortalecer su oferta.

Se produce un empate técnico entre las ciudades de Berlín (50%) y Milán (50%).

Berlín se lleva la palma en “modernidad”. La capital de Alemania se caracteriza por seguir más de cerca los cambios de tendencias e introducir con rapidez las novedades que no se ven en el resto de Europa. Por su parte, Milán aúna el buen gusto con intensas campañas de rebajas para atraer a un importante sector del turismo en Europa.

Tendencias, gastronomía, cultura, ocio… y un largo etcétera son solo alguno de los factores que ponen sobre la mesa estas ciudades para encontrar su factor diferencial. Aquello que les hace únicas y elegibles para combinar con el placer de adquirir un nuevo objeto que, en definitiva, es lo que permitirá al viajero recordar y alargar la experiencia vivida en destino.

¿Turismo experiencial? Sin duda, el presente y el futuro de la industria turística.

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