Por Carmelo Perera Ortega, en Hoteles y Alojamientos

El concepto de calidad

2 agosto, 2017 (16:22:35)

Hoy día introducir conceptos nuevos del vocablo común para hacer llegar con las mismas buenas intenciones queda elegante. Pero cuando dichas palabras suponen la supervivencia económica, social o cultural de un pueblo, es mejor dejarlas en el saco de buenas intenciones, no transmitirlas si no se tiene conciencia de su significado.

¿Porqué decir esto?, para llevar a cabo el título que nos compete tenemos que basarnos en que todo parte de una filosofía de cambio y a posteriori debe haber un sistema y gestión para hacer esa filosofía tangible.

Hay que tener claro que para que haya calidad tiene que haber un compromiso de cambio de todos los agentes implicados en el mismo, sino, lo que conseguiremos es duplicar la labor diaria; en síntesis, no debemos trabajar en algo que no entendemos o nos han sabido transmitir. Si los mismos maestros o gurús de la calidad (Deming, Juran….) no se ponían de acuerdo en algunos puntos de lo que significa la calidad, no pretendamos cambiar las costumbres de la noche a la mañana.

Primeramente tenemos que conocer nuestra empresa, así como a nosotros mismos y nuestras limitaciones, para luego si podemos adaptarnos al cambio.

Para que una determinada industria, espacio turístico…sea considerado óptimo para trabajar con calidad, debemos fijarnos el grado de calidad que queramos ofrecer y al tipo de cliente que queremos dirigirnos. Un ejemplo actual de trabajar en un sistema de calidad es ver cómo los colaboradores de una determinada empresa certificada entran en una dinámica de estrés propiciada por la futura visita de una auditoría de calidad. ¿Qué nos quiere decir esto? pues que no estamos trabajando con calidad, ya que tenemos el miedo a la inspección. La Calidad estaría propiciada cuando estemos seguros de nuestra labor diaria y sepamos que cumplimos los objetivos.

La palabra calidad hoy día se usa también equivocadamente y perjudicialmente para la imagen exterior de las Islas Canarias ( como destino turístico), es cuando nos referimos al cliente que nos visita basándonos en que no es un turismo de calidad. No debemos equivocarnos porque primero, el turista no viene, nosotros con nuestras campañas los invitamos a venir. Que tengan más o menos poder adquisitivo es irrelevante ya que no significa que no sea un turista de calidad, pues nos paga por lo que le ofrecemos y sabemos ofrecerle. El otro turismo al que nos referimos es un turismo de poder adquisitivo que nos visita mínimamente porque queramos o no, hemos creado un turismo de masas.

Carmelo Perera Ortega

Un Auditor más