Por María González Fernández, en Hoteles y Alojamientos

Coloquio "Verdad y posverdad", por Fundación Wellington

23 noviembre, 2017 (14:20:29)

Decía Ortega y Gasset que los hechos son sagrados y las opiniones son libres. Una frase que se antoja sugerente, especialmente en los tiempos que corren, donde somos testigos de movimientos capaces de desmembrar toda una historia construida a base de hechos.

Fruto de esta inquietud, La Fundación Wellington ha organizado el coloquio ‘Verdad y Posverdad’, el 21 de noviembre, con el objetivo de analizar el uso de la mentira emotiva, también conocida como la ‘Posverdad’, y sus efectos en la opinión pública.

Para ello, la fundación ha contado con destacadas figuras como ponentes: D. Ignacio Camuñas, Ex Ministro y Presidente de Honor del Foro Sociedad Civil; D. Luis Herrero, Periodista; y D. Narciso Michavila, Presidente de GAD3.

El acto comenzó con la intervención de Dña. Cristina Moratiel, Presidente de la Fundación Wellington que afirmó: “Las nuevas tecnologías nos han brindado un gran acceso a la información y al debate, pero también tienen el peligro de propagar rápidamente la mentira.

El acto fue moderado por la periodista, Dña. Ana Samboal, quien analizó el concepto de posverdad y solicitó una definición propia a cada uno de los ponentes.

D. Ignacio Camuñas, equiparó la posverdad al “trampantojo”. El trampantojo, es en realidad una amable y esforzada trampa o una definitiva ilusión con que se engaña a alguien, haciéndole ver lo que no es. “Es la mentira manifestada a través de mensajes y relatos aparentemente verdaderos, capaces de encender a la opinión pública”. Hizo un profundo repaso de los principales factores de la posverdad: “Vivimos una época de subjetividad y relativismo profundos, donde los jóvenes y el uso de las redes sociales han homogeneizado a los grupos sociales”. Se trata de la posmodernidad que se suma a una crisis económica, a numerosos casos de corrupción y una revolución tecnológica donde los medios de comunicación juegan un papel vital. “Asistimos a una gran incertidumbre y a una nueva guerra fría, donde la injerencia rusa y los ataques cibernéticos son agentes de desinformación”. Según Camuñas, hemos de apostar por una información de calidad, pues solo la verdad nos hace libres.

Desde la perspectiva de la comunicación, D. Luis Herrero estableció que: “La posverdad consiste en disfrazar la mentira con apariencia de verdad. Cuanta más apariencia verdadera tenga, más efectiva será”. Ya lo expresaba exquisitamente Guy Durandin en ‘La mentira en la propaganda política y en la publicidad’. Los principales mecanismos de la manipulación desde los medios de comunicación son la insinuación, la presuposición y la exageración: “Comunicar solo una parte de los hechos es desinformación; transformar una información en algo universal o elevar ese hecho a una categoría superior a través de la exageración son los mecanismos de manipulación por excelencia”. Mecanismos que, sin duda, se rigen por una clara intencionalidad, a la que hemos de hacer frente y no conformarnos.

Por último, D. Narciso Michavila manifestó: “La mentira o posverdad es un fenómeno que ha ocurrido desde tiempos remotos”. Solo hemos de retrotraernos a los principios bélicos, donde la utilización de la mentira sentó precedente: “Todos los conflictos pasados y presentes empiezan con una mentira de quien intencionadamente busca el enfrentamiento”. Guerras frías de la información, centralizadas históricamente en los medios de comunicación tradicionales, como la prensa escrita o la radio. Actualmente son más rápidos y accesibles que nunca gracias a la globalización, los avances tecnológicos y las redes sociales: “Disponer de medios de comunicación que permiten la interactuación en un contexto de opinión pública es una realidad a la que debemos adaptarnos y buscar soluciones. Existe un gran nivel de desinformación y manipulación que apela a las emociones, el corazón y a los grupos de influencia”. Se trata de la horizontalidad que es el nuevo parámetro de la comunicación global. Un hecho que hemos podido observar en el 1-O a través de Twitter: “La gente se enzarza en discusiones infinitas, fagocitadas por grupos de activismo en redes. Pero hay luz al final del túnel; por mucho que circulen noticias falsas, el antídoto también llega pronto”.

Al acto asistieron numerosas personalidades del ámbito político, judicial, militar, cultural y de los medios de comunicación entre otros.