Por Javier Gutierrez Rodriguez, en Economía

Las joyas que adornan a la villa de Medina del Campo en Valladolid

19 mayo, 2018 (19:42:22)

“Por Medina del Campo pasan todos los caminos. Ella está como una ancha señora sentada en medio de la meseta; ella extiende sus faldas por la llanura. Sobre la rica tela, se dibujan los campos y los caminos, se bordan las ciudades. Medina del Campo tiene cuatro sayas: una gris, una blanca, una verde y una de oro. Medina del Campo lava sus faldas en los ríos y se muda cuatro veces al año. Las va recogiendo lentamente y en ella empiezan y terminan las cuatro estaciones. Cuando llega el verano extiende su falda de oro: “¡Ea, lo pobres, salid a los caminos!”.

Así es como Rafael Sánchez Ferlosio describe a la villa de Medina en su libro “Industrias y Andanzas de Alfanhuí”. Pero también podríamos añadir que a esta señora siempre le ha gustado adornarse con impresionantes joyas, fiel reflejo de su rica e intensa historia. Alhajas hechas de piedra o ladrillo, por las que han pasado algunos de los personajes más importantes de la historia de este país y a las que los “orfebres” encargados de su fabricación les dieron diferentes formas, de castillo, de colegiata, de palacios, de ermitas, o de conventos

Dos de los monumentos más importantes de la villa medinense, el Castillo de la Mota y el Palacio Real Testamentario, que forman la ruta conocida como “Caminos de una Reina” y que muestran la relación que la reina Isabel la Católica tuvo con Medina del Campo. Esta visita conjunta guiada tiene una duración de tres horas y se puede ampliar visitando Las Reales Carnicerías, el Museo de las Ferias, el Convento de Santa María el Real o el Centro Huellas de Pasión. La tarifa general de esta entrada es de 8€ y para recibir más información, llamando al teléfono 983 810 063 o enviando un correo electrónico a info@astermagonia.com

EL CASTILLO DE LA MOTA

El lugar donde se encuentra ubicado el Castillo de la Mota ha visto pasar diferentes moradores desde la Prehistoria, pasando por la Edad Media y el Renacimiento. Por su elevación sobre la meseta castellana fue un enclave privilegiado para la defensa y protección de los pueblos que en diversas épocas de la historia lo eligieron como asentamiento, como los restos de casas y elementos defensivos de la Edad del Hierro, que en la actualidad se pueden visitar en el Centro de Recepción de Visitantes y que poco a poco se fueron abandonado hasta la época de la Reconquista. En este momento, debido a la inestabilidad que se vivía, se fueron sucediendo diferentes recintos amurallados que acabaron por abarcar toda la extensión de la ciudadela, los cuales son visibles en los restos de una primitiva muralla del siglo XII sobre la que se asienta una parte del castillo. El caserío siguió creciendo y la extensión de la Mota se quedó pequeña, extendiéndose el poblado hacia la llanura donde en la actualidad se asienta la ciudad.

El castillo, que originalmente fue el centro de la villa, es uno de los lugares más interesantes de Medina. Encargada su construcción a mediados del siglo XV por los reyes Juan II y Enrique IV de Castilla, fueron los Reyes Católicos los encargados de culminar esta gran obra artillera en el año 1483. Con una función eminentemente defensiva, fue también un lugar estratégico importante, siendo objetivo de las tropas imperiales de Carlos V durante la revuelta de los Comuneros en 1520; así mismo fue archivo donde se guardaron parte de los documentos de la corona y cárcel con inquilinos tan ilustres como Hernando Pizarro, descubridor y conquistador o César Borgia, hijo del Papa Alejandro VI. En el Castillo de la Mota también pasó una temporada Juana la Loca después de dar a luz a su cuarto hijo, Fernando, futuro Emperador de Alemania y Rey de Hungría y Bohemia y desde donde partió de vuelta a Flandes para reunirse con su esposo Felipe El Hermoso.

En la actualidad es posible realizar dos visitas guiadas al castillo. Una que incluye la visita a los yacimientos de la Edad del Hierro, los exteriores con restos de murallas medievales y frente del Castillo y que se completa con un paseo por las galerías subterráneas, el patio de armas y la capilla de Santa María del Castillo. Precio: 4 €/persona. Se puede completar la entrada “Caminos de una Reina” con la visita guiada a la Torre del Homenaje con un precio de 2 €/persona añadido a la tarifa de la entrada conjunta. La otra propuesta es a la Torre del Homenaje que incluye una visita al Salón del Honor, últimas plantas de la torre y el mirador. En ambos casos es necesario realizar reserva previa. Más información: http://www.castillodelamota.es

PALACIO REAL TESTAMENTARIO

Ya en el centro de la villa, concretamente en la Plaza Mayor de la Hispanidad, nos encontramos con los otros dos monumentos más representativos Medina del Campo: el Palacio Real Testamentario de Isabel la Católica y la Colegiata de San Antolín.

El Palacio Real Testamentario, que en el pasado fue el Palacio Real de Medina del Campo, ocupaba una extensión mayor de la que a día de hoy se conserva. Declarado Bien de Interés Cultural en el año 2003, múltiples son las referencias históricas ya desde la época de los Trastámara, las cuales nos hablan de frecuentes estancias de los reyes castellanos en el palacio. Así mismo, acogió importantes acontecimientos relacionados con la corona de Aragón, como el nacimiento y posterior auto-proclamación de Fernando de Antequera como rey de Aragón o los nacimientos de Alfonso V de Aragón en 1394 y de Juan II de Navarra y Aragón, padre de Fernando el Católico, en 1397.

Fue en la infancia de Isabel cuando nació la relación entre la futura reina y la villa de Medina del Campo, a la que volvía a menudo. Incluso le fue donada en dos ocasiones por sus hermanos: la primera por el infante don Alfonso en 1467 y un año después por el rey Enrique IV. Después de contraer matrimonio con Fernando, y a pesar del carácter itinerante de la corte de los Reyes Católicos, Medina y su Palacio Real se convirtieron en una de sus residencias habituales y principal destino en Semana Santa, Navidad y verano. No olvidemos que la villa de Medina siempre le fue fiel a su reina, razón por la que se le fueron concedidas exenciones fiscales. Pero por lo que realmente es más conocido el Palacio Real Testamentario es por haber sido el lugar elegido por la reina para pasar sus últimos meses de vida, dictar su testamento y codicilo y fallecer el 26 de noviembre de 1504.

Después del óbito de la reina, entre sus muros se llevó a cabo la proclamación de Juana I como reina de Castilla, siendo después residencia en varias ocasiones de Fernando el Católico, de la Emperatriz Isabel, esposa de Carlos V, que lo habitó en 1552 e incluso de Felipe II a finales del siglo XVI.

Desde la muerte de Isabel la Católica hasta nuestro días el palacio ha tenido diferentes usos. Edificio comercial, cárcel, dependencias del ayuntamiento…, hasta que en noviembre de 2003 abre sus puertas el Palacio Real Testamentario de Isabel la Católica como centro de interpretación del personaje histórico. En este espacio se muestran, a través de videos e interactivos, diferentes aspectos de su vida, su infancia y juventud, su reinado o su religiosidad que nos acercan al significado y a la importancia histórica de la reina Isabel. La visita se enriquece con una réplica del Testamento y Codicilo, con la cama donde falleció la reina y con una sala interactiva que explica los pormenores del tercer viaje que Cristóbal Colón realizó a América, ya que fue aquí donde el almirante organizó parte del mismo con los Reyes Católicos.

El horario para visitar el palacio es de martes a sábado de 10:00 a 14:00 horas y de 16:00 a 19:00 horas. Lunes, domingos y festivos de 11:00 a 14:30 horas. La visita tiene una duración aproximada de cuarenta y cinco minutos y no es necesario realizar reserva previa. Más información: https://www.palaciorealtestamentario.es/

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