Por Daniel Jerez Torns, en Hoteles y Alojamientos

El hotel cardioprotegido es un seguro sanitario en la reapertura post-pandemia

5 mayo, 2020 (13:40:26)

Mucho se habla del esfuerzo que deberán hacer los hoteles para certificar que han llevado a cabo protocolos de limpieza para estar libres de Covid-19. Sin embargo, desde Cordis Integralis sabemos que este nuevo protocolo en la limpieza higiénica que se llevará a cabo con la eficacia de siempre.

Nosotros partimos de la base que los hoteles van a realizar correctamente esta desinfección de todas sus zonas. Pero hay que hacer énfasis en que hay hoteles que sí pueden ofrecer garantías al cliente de poder solventar problemas sanitarios que, anterior a la pandemia, tenían una probabilidad distinta de suceder, hablamos de las paradas cardiorespiratorias. Es por ello que los hoteles que disponen de desfibrilador serán una garantía y un seguro de protección a los clientes ante las secuelas de la cardiacas post-pandemia del Covid-19.

Un hotel sin extintores sería inconcebible y, seguramente, como clientes nos generaría una sensación de inseguridad y de desprotección. Con la crisis sanitaria del Covid-19 el sector de la Hotelería se va haber afectada por cambios de hábitos, de comportamientos, de percepciones y de exigencia de los clientes. Y lo que antes era un valor añadido o una mejora, ahora puede verse como algo necesario y en este aspecto aquí entraran todos los medios sanitarios de seguridad.

Hemos de diferencia prevención y acción.

¿Tiene el hotel mascarillas? ¿Ofrecen guantes en el hotel? ¿Disponen de geles hidroalcohol? Son preguntas que a partir de ahora los clientes van a hacer. Estos productos actúan para prevenir la transmisión, pero existen otros elementos que sirven para actuar en casode algún problema provocado a partir del Covid-19: los desfibriladores.

Para ello, debemos comprender que el Covid-19 no solo afecta a los pulmones a través de la inflamación de tejidos (pudiendo provocar por ejemplo una neumonía), si no que también afecta a otros órganos, entre ellos, y de forma muy destacada, el corazón.

Los daños sobre el corazón, confirmados en las últimas semanas en hospitales de todo el mundo y analizados en más de doscientos artículos científicos publicados en revistas médicas y en el servidor medRxiv , ilustran la rapidez con que está avanzando la comprensión de la Covid-19.

Si en las primeras semanas de la epidemia se descubrió que tener una enfermedad cardiovascular agrava el riesgo de sufrir complicaciones graves, ahora se sabe que las complicaciones de la Covid-19 también son causa –no sólo consecuencia– de daños cardíacos.

El 13 de marzo, la Sociedad Española de Cardiología publicaba en su web detallaba que para pacientes con Covid-19 “si un paciente presenta una enfermedad previa como, por ejemplo, insuficiencia cardiaca, el corazón empeorará su funcionamiento”. En el mismo artículo decía que además de sobrecargar el corazón, también se sabe que la COVID-19 puede producir un daño directo infeccioso e inflamatorio sobre el músculo cardiaco.

Un artículo de La Vanguardia alerta sobre que una de cada cinco personas hospitalizadas por la Covid-19 sufren daños en el corazón, según un estudio de 416 pacientes tratados en Wuhan. No todas ellas tenían enfermedades cardíacas previas. Algunas sufrirán secuelas a largo plazo.

El 17 de abril, en la web de Baptist Health South Florida publicaba que Además de sobrecargar el corazón, también se sabe que la COVID-19 puede producir un daño directo infeccioso e inflamatorio sobre el músculo cardiaco. Lo más destacable de estudios realizados en EE.UU., Italia y China es que el COVID-19 puede infectar el músculo cardíaco, provocando insuficiencia cardíaca y muerte, incluso entre aquellos que no mostraron signos de dificultad respiratoria.

La Eurpean Society of Cardiology publica el 23 de abril los siguientes apuntes (4):

1) Según los efectos inflamatorios del virus, existen riesgos teóricos de que la infección viral pueda causar la ruptura de las placas ateroscleróticas (depósitos grasos) en las arterias coronarias, lo que lleva a síndromes coronarios agudos (ataque cardíaco). Las personas que experimentan molestias graves en el pecho durante los síntomas del coronavirus deben llamar al equipo de asesoramiento de atención médica de inmediato.

2) Las condiciones inflamatorias sistémicas severas pueden agravar las arritmias o incluso desencadenar la fibrilación auricular en algunas personas.

3) La inflamación aguda causada por la infección por el virus puede empeorar la función cardíaca y renal.Sanidad avisa que las principales secuelas que deja el coronavirus Covid-19 afectan fundamentalmente al aparato respiratorio, pero hay otras que afectan a muchos órganos del paciente, siendo las principales el corazón, el sistema digestivo o urinario.

Milagros Sancho, del servicio de Medicina Intensiva del mismo Hospital Gregorio Marañón, afirmaba en el periódico El Español que el virus tiene afectaciones cardíacas, neurológicas e incluso renales, como secuelas.

The Royal Australian College of General Practitioners publica el 24 de abril un artículo que también enfatiza en las secuelas en el corazón: El nuevo coronavirus puede causar daños duraderos al corazón, así como también poner a las personas con afecciones cardíacas existentes en mayor riesgo de muerte. Hay evidencia emergente de que la enfermedad puede causar problemas cardíacos crónicos, según el cardiólogo intervencionista Dion Stub, profesor asociado de la Universidad de Monash.

En otro artículo Scientific American afirma que “pacientes sin enfermedad cardíaca previa también mostraron signos de daño cardíaco. De hecho, los pacientes sin afecciones cardíacas preexistentes que sufrieron daño cardíaco durante su infección tenían más probabilidades de morir que los pacientes con enfermedad cardíaca previa pero sin daño cardíaco inducido por COVID-19.”

En este sentido, el Dr. José Ángel Cabrera, jefe de departamento del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid y del complejo hospitalario Ruber Juan Bravo dice que "una vez superada la enfermedad es clave examinar las secuelas para examinar, detectar y tratar las posibles complicaciones cardiovasculares como la fibrosis miocárdica, la hipertensión pulmonar, insuficiencia cardíaca y el riesgo de arritmias".

Se ha de tener presente que muchos hoteles poseen gimnasio, sala de fitness y los hoteles vacacionales actividades con alta carga cardio. En este sentido, el diario deportivo Marca, en un artículo del día 1 de mayo “Los riesgos del nuevo fútbol en la pandemia”, enumera secuelas tras haber superado el COVID y el segundo punto nombra “Efectos cardiovasculares. Alteraciones del efecto de la coagulación y aumento de las patologías cardiacas aún por definir, que podrían exacerbarse con la práctica de un deporte extenuante.”

Por tanto, observamos con preocupación como el Covid-19 incide en el corazón tanto en la fase aguda de la enfermedad como una vez el paciente ha sido dado de alta, pero dejando secuelas que pueden provocar consecuencias cardíacas a medio y largo plazo. La vicepresidenta cuarta del Gobierno, Teresa Ribera, afirmaba en La Vanguardia del 26 de abril que “el concepto de tursimo seguro sanitariamente ganará peso”. Esto se esta traduciendo en certificados de Covid-Free para hoteles. Y es que la protección de la salud se ha convertido en el factor diferenciador en el turismo. El hotel que ofrezca las mejores medidas sanitarias tendrá generarará mas confianza y recuperará con mayor rapidez niveles de ocupación semejantes a antes de la pandemia. Limpieza higiénica de zonas, señales de mantener distancia, mamparas en las recepciones, mascarillas y guantes.

En otro artículo de La Vanguardia destaca que el sector turístico trabaja en apps para controlar la salud de los viajeros.

Un hotel no es un hospital, es obvio, pero las principales cadenas se están asesorando por equipos médicos y científicos para saber como adaptarse y, sobre todo, ofrecer un servicio con la mayor seguridad sanitaria. Y el término seguridad sanitaria debe englobar tanto el prevenir, como el poder actuar. Si para garantizar la seguridad debe conocerse la situación de salud del cliente sobre el Covid-19, lo normal es que pueda ofrecer servicios y medidas acorde con cada caso:

- Si no ha sido contagiado: medidas higiénicas.

- Para el resto de la población contagiada, que engloba tanto a las personas diagnosticadas como, el gran número de personas, que no lo han sido de forma oficial: medidas que garanticen su seguridad.

Es en este segundo aspecto donde el desfibrilador es una pieza fundamental pues si una de las secuelas es la afectación cardíaca, que mejor que ir a un hotel que me ofrezca la seguridad de poder actuar ante una parada cardiorespiratoria de manera eficaz.

Recordemos que la semana pasada publicamos el artículo en que se confirmaba que una de cada cinco personas hospitalizadas por el Covid-19 presentaba daños en el corazón.

En un artículo de Hosteltur se menciona que “se abre un periodo en el que el comportamiento y las demandas del turista en esta franja de tiempo no serán los mismos que antes, al menos en cuestiones de seguridad… “

Un desfibrilador es una de las soluciones más eficaces contra las futuras problemáticas cardíacas que provoque el Covid-19. Tal como ya indica en la introducción del Real Decreto 365/2009, de 20 de marzo, por el que se establecen las condiciones y requisitos mínimos de seguridad y calidad en la utilización de desfibriladores automáticos y semiautomáticos externos fuera del ámbito sanitario, “dentro del Plan de Calidad, la Estrategia de Cardiopatía Isquémica, aprobada por el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud el 28 de junio de 2006, contempla la desfibrilación temprana como un elemento fundamental en el aspecto asistencial, en la línea de lo expresado por un gran número de organismos médicos internacionales”.

Pero no solo por las consecuencias directas del Covid-19. Existen otros factores de riesgo indirectos que hay que tener en cuenta: mayor sedentarismo, dietas desequilibradas,…Sumado a ello la idiosincrasia de los hoteles: variedad de perfiles y nacionalidades de los usuarios: niños, adultos, tercera edad. Y dentro de cada grupo, cada persona con su particularidad física y de salud única, individual e imprevisible.

Es por ello, que tener un desfibrilador en los hoteles pasara a formar parte del equipo sanitario necesario para actuar sobre la salud del cliente.

Recordemos que la legislación en España para determinar que centros están obligados a tener desfibrilador depende de cada comunidad autónoma. Los hoteles son mencionados en varios decretos y con criterios tan dispares como en función de la ocupación, de las plazas hoteleras, de la altura de evacuación del hotel,…

Andalucía: Decreto 22/2012, aforo igual o superior a 5.000 personas.

Aragón: Decreto 30/2019: Centros hoteleros con más de 100 plazas.

Canarias: Decreto 157/2015, Los hoteles con más de 1.000 plazas.

Cataluña: Decreto 30/2015, Hoteles con una altura de evacuación igual o superior a 28 m, o de una ocupación igual o superior a 2.000 personas.

País Vasco: Decreto 9/2015, Hotel con aforo autorizado superior a 700 personas.

Asturias: Decreto 54/2016: con aforo autorizado superior a 750 personas.

Madrid: Decreto 78/2017, Los establecimientos hoteleros con más de 100 plazas.

Valencia: Decreto 159/2017, con un aforo igual o superior a 1.000 personas.

Navarra: Decreto 6/2019: el hotel con aforo superior a 700 personas deberá tenerlo.

Garantizar que un hotel tenga las mayores medidas para actuar ante problemas de salud será elemento diferenciador, un factor determinante para su elección y generador de confianza ante la sociedad.

Así, el cliente post-pandemia podría plantearse algunas preguntas a la hora escoger un hotel u otro: ¿certifican la desinfección de las habitaciones y las zonas comunes? ¿Ofrecen mascarillas y guantes? ¿Controlan el aforo? ¿Permiten realizar todas las gestiones mediante apps? ¿Tienen medios sanitarios como desfibriladores para actuar ante una parada cardiorespiratoria siendo una persona que ha padecido el covid-19? ¿Tienen protocolos sanitarios?

Conclusión de la afección post pandémica del covid19:

Los hoteles que dispongan ya de un desfibrilador van un paso por delante de los demás hoteles para poder asegurar a sus clientes que pueden darles una buena cobertura a las secuelas derivadas del Covid-19 en el corazón.