Por Javier Gutierrez Rodriguez, en Economía

Raíces de Castilla, un mosaico de alternativas a tus pies

7 junio, 2018 (12:01:20)

Algunos territorios parecen tallados con un cincel para crear bellos y sugerentes escenarios de contrastes. Y muy pocos son los territorios que en poca extensión son capaces de condensar arte, cultura, tradiciones, historia y un patrimonio natural genuino. Y sólo uno es capaz de mantener las raíces de sus bosques ancladas en la tierra en la que germinaron las “raíces” de un reino.

En el norte de la provincia de Burgos, a caballo entre las comarcas de La Bureba y de las Merindades se extiende un rosario de parajes cambiantes, cuya belleza única es fruto de las fuerzas de la naturaleza que actúan desde hace millones de años y de la caprichosa erosión de los ríos y manantiales que brotan entre la roca caliza. Y para proteger este ensayo plástico está el arbolado, ese manto verde que se funde en el horizonte con las montañas formando una auténtica encrucijada vegetal.

La poliédrica silueta que forma la unión de los términos municipales de Frías, Oña y Poza de la Sal, además de ser el escenario de actuación de la Mancomunidad Raíces de Castilla, es también un interesante punto de transición de las llanuras que se extienden a los pies de la “villa salinera” hasta dar paso a los cortados pétreos de la bisagra geológica que forman los Montes Obarenes.

Desde las localidades de Frías y Oña se abre un universo de posibilidades para conocer de cerca el espacio natural en el que se asientan, ya sea a través del Sendero Raíces de Castilla, un conjunto de cinco sugerentes trayectos que parten de cada una de las tres localidades que forman la mancomunidad y que muestran los principales atractivos turísticos, culturales y naturales o a través de las muchas rutas señalizadas.

Si el punto de partida es Oña, el catálogo de propuestas puede comenzar con un sosegado paseo por el río Oca y admirar el impresionante desfiladero tallado por el cauce fluvial o por los Caminos de Oña, un entramado de rutas que discurren por la sierra de Oña y que antiguamentefueron caminos ganaderos, carboneros, resineros o madereros, pero todos cargados de un gran simbolismo ligado a la herencia inmaterial del territorio. La infraestructura de propuestas viarias para conocer esta parte del Parque caminando o en bicicleta se completa con otras siete rutas que vertebran el término municipal poniendo al alcance un sinfín de posibilidades de disfrutar y un constante manantial de emociones.

Desde la villa condal de Oña se puede hacer una viaje al pasado más remoto en un escenario natural espectacular por “La Mesa de Oña” (PR-BU 65). Este recorrido de algo más de 14 kilómetros que discurre por parajes de altísimo valor ecológico con alguno de los hayedos mejor conservados, permite conocer algunos ejemplos de la arquitectura tradicional como los corrales de ganado o disfrutar de increíbles panorámicas del verde manto vegetal fundiéndose con el horizonte. La ruta continúa hasta la coqueta pedanía de Penches, en cuyos alrededores preñados de cuevas y de abrigos naturales, se han encontrado algunos de los vestigios más antiguos de la presencia humana, como el bastón de mando tallado o las azagallas magdalenienses de La Blanca. Desde aquí la senda prosigue, sin perder un ápice de belleza, hacia Oña.

La ruta de Portillo Amargo (PR-BU 66) es un agradable paseo muy recomendable durante todo el año, pero en primavera por el bellísimo espectáculo de los cerezos en flor y en otoño por la acuarela de colores que pintan las diferentes variedades de árboles que crecen en este arranque del Valle de la Caderechas. La aldea de Tamayo, rodeada de vegetación, pone el punto humanamente bucólico a esta propuesta senderista.

La ruta Raíces de Castilla (PR-BU15) tiene su continuidad para acometer los 27 kilómetros que separan Oña de Frías. El trazado, con un carácter más montañoso, va tomando altura superando la Mesa de Oña, antes de atravesar las localidades de Barcina de los Montes, Ranera y Tobera. En esta última, a poco más de un kilómetro del final de la ruta, siempre se agradece el frescor de las cascadas que adornan el caserío.

La ciudad de Frías, además de su riquísimo valor histórico y cultural, es también el punto de partida para conocer algunos lugares de singular belleza natural. Es el caso del agradable paseo (PR-BU 64) que separa la ciudad del barrio de Quintanaseca, un recorrido flanqueado por el cauce del río Ebro y su bosque de ribera dibujando la frontera norte del Parque Natural, donde la vida animal y vegetal cobra un especial vigor. La marcha continúa por una pista forestal hasta Cillaperlata, donde cuenta la leyenda que en su iglesia se conserva la talla original de la Virgen de Covadonga y donde se pueden visitar los eremitorios que se conservan junto al río. Cerca de aquí, en un angosto desfiladero, se conservan las ruinas del antiguo monasterio de San Juan de Hoz de origen visigodo datado entre los siglos VII y VIII.

La ruta del Canal de Fontecha (PR-BU 63) es un agradable recorrido entre quejigos, enebros, sabinas, pinos y campos dedicados al cultivo del cereal que completa su valor cultural con puentes, una necrópolis medieval y agradables conjuntos urbanos de marcado carácter.

Pero Frías también guarda sorpresas naturales al lado del casco urbano. Es el caso de la pedanía de Tobera, asentada a poco más de un kilómetro de distancia en el lecho de un desfiladero con forma de circo por el que discurre de manera vibrante y enérgico el río Molinar. Poco después de atravesar el ojo del puente romano situado a los pies de la románica ermita de Nuestra Señora de la Hoz, justo antes de comenzar el caserío, el cauce se abandona a una concatenación de desniveles del suelo que dan vida a un espectáculo de cascadas maravilloso.

En el ecosistema que se despliega a lo largo del territorio de Raíces de Castilla todo parece ordenado con esmero, como si fuera la obra cumbre de un diseñador de jardines, pero a la vez todo emana naturalidad y armonía, una serenidad de formas, olores y colores que sólo pueden ser el fruto de una naturaleza generosa que invita a ser disfrutada con respeto.

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