Road trip: Descubre los paraísos con más encanto de Lisboa
Lisboa es un destino cercano y sus alrededores están cargados de rincones con abundante personalidad, perfectos para una escapada en coche con amigos o en familia. 14 diciembre, 2020 (13:20:20)Los viajes en coche están de moda y se han consolidado como una forma diferente de adaptarse a la nueva normalidad, sin perder la esencia de una buena aventura. En este sentido, Lisboa y sus alrededores, con su buen clima durante todo el año, exquisita gastronomía y lugares con encanto, se presentan como el destino perfecto al que escaparse. Gracias a su distintivo “Clean and Safe”, que pone de manifiesto el cumplimiento de las medidas de seguridad, es posible visitar Lisboa sin descuidar la seguridad de los visitantes y locales.
Si algo tiene Lisboa son razones para volverte loco. Sus pueblos de alrededor convierten Lisboa en una región única por cada uno de sus detalles, cautivadoras calles adoquinadas y tesoros naturales dignos de ser descubiertos a pocos kilómetros de España. Turismo de Lisboa propone una ruta perfecta y fácil, para disfrutar de un road trip por los pueblos más hermosos de Lisboa.
Cascais, ciudad de reyes y de pescadores.
A tan solo 30 minutos de la ciudad de Lisboa se encuentra Cascais, un antiguo pueblo de pescadores, destino de artistas y aristócratas desde principios del siglo XX. Actualmente, sus villas y palacetes contrastan con los surfistas y amantes de la vela que llenan sus playas durante los meses de calor. En 2007 la localidad fue anfitriona oficial del Campeonato del mundo de la ISAF en la navegación de yates de carreras, lo que la ha convertido en un destino perfecto para los amantes del mar.
Además, Cascais fue el destino elegido por la nobleza para veranear durante décadas, así que, si tienes la oportunidad de perderte por sus calles empedradas irás descubriendo lujosas mansiones y sorprendentes museos que rinden homenaje a su historia. Es una zona perfecta para escaparse del bullicio de la capital y pasar la tarde callejeando y descubriendo su casco antiguo.
A pesar de los años, Cascais ha conseguido mantener su aire elegante y tradicional. Relájate y observa a los pescadores locales desembarcando con sus capturas, pasea en barco y recorre el paseo marítimo hasta llegar a Estoril. Déjate llevar y recupera fuerzas para seguir descubriendo las zonas con más encanto de Lisboa.
A su alrededor, contrastan sus dos líneas costeras, las cuales te permitirán elegir dos formas muy diferentes de aventura. Al este se encuentran playas como la de Carcavelos y São Pedro, ideales para disfrutar de la tranquilidad. Al norte, playas de olas gigantescas y corrientes poderosas, recomendables para amantes de los deportes y del mar.
Parque Natural de Sintra-Cascais, donde el océano y el bosque se juntan.
Para continuar con el itinerario, apuesta por recorrer este imponente Parque Natural que rodea la sierra de Sintra hasta las dunas de Guincho y Cabo da Roca. En esta zona de 17.000 hectáreas conviven acantilados vertiginosos de más de 140 metros de altura y vegetación salvaje con el Océano a sus pies.
Situada a 5 kilómetros de Cascais se encuentra la playa de Guincho en todo su esplendor. Salvaje y viva, esta playa se caracteriza por sus fuertes vientos y por sus enormes olas rompiendo en la orilla. Es habitual ver a amantes del surf y de las cometas disfrutando de las buenas corrientes de aire, dejando una maravillosa imagen de postal en la que se puede sentir la energía de este entorno natural indómito.
Tras disfrutar de las panorámicas, a 20 kilómetros al oeste de Sintra, se encuentra el punto más occidental de la Europa continental, la Playa de Ursa (Playa de la Osa). Un remanso de paz desde donde se puede observar la inmensidad del Atlántico y su conocida roca con forma de oso. Los afortunados que la visiten, cuando baja la marea, descubrirán las bañeras de agua transparente y todo tipo de vida marina que el mar solo deja ver de cuando en cuando. Un espacio perfecto si lo que buscas es sentir esa sensación de libertad más absoluta.
Sintra, la localidad de los Palacios.
Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 1995 y tierra de duendes, la localidad de Sintra se encuentra a tan solo 31 kilómetros de Lisboa. Fueron los celtas quienes la bautizaron en honor a la diosa celta de la luna, Sintia, por lo que también es conocido como Monte de la Luna.
Pasear por sus calles adoquinadas, estrechas e inclinadas transporta a todo aquel que la visita a un cuento de hadas. Merece la pena dedicar un rato a pasear por el casco histórico de la ciudad y pasar por la famosa pastelería A Periquinha para probar los típicos pasteles de Sintra, las queijadas y los traveseiros, antes de seguir con el camino.
Uno de los símbolos más reconocidos de Portugal, y una visita obligada, es el Palacio Da Pena, al lado del maravilloso Castelo Dos Mouros, desde cuyas torres se puede observar una privilegiada vista panorámica de valles que van a parar al Océano Atlántico. En el interior de este complejo se encuentra la Quinta da Regaleira, una torre de 27 metros construida hacia dentro de la tierra con una escalinata en espiral que le da un aspecto bastante inquietante. Sus fuentes, cascadas, túneles subterráneos interconectados son difíciles de olvidar, pues no existe otro lugar semejante en el mundo.
Una vez realizado este recorrido y descubiertos sus secretos, si nos adentramos en la costa de Sintra, encontramos playas como la de Maças, de fina arena dorada y baños de sol; Praia Grande, conocida por sus competiciones nacionales e internacionales de surf; o Azenhas do Mar, con sus casas colgadas del acantilado. Lugares perfectos para disfrutar de un picnic al aire libre alejado de todo el bullicio, respirar brisa marina y continuar con el trayecto llenos de energía.
Mafra, patrimonio arquitectónico y natural.
Mafra es una bonita localidad portuguesa que cuenta con uno de los monumentos más grandiosos de Europa: el Palacio Nacional de Mafra. Declarado Patrimonio de la Humanidad en 2019, es el monumento barroco más importante de Portugal. Compuesto por un monasterio, una basílica y una extravagante biblioteca de más de 36.000 libros, el complejo es una visita obligada si visitas Mafra.
Un detalle curioso acerca de la biblioteca es que está custodiada por una colonia de murciélagos que protegen los libros antiguos del daño de los insectos. Solo salen por la noche, por lo que no es necesario preocuparse, pues no te los vas a encontrar durante tu visita. Esta es una técnica natural de control de plagas que lleva en funcionamiento más de 300 años.
Mafra está situada a solo 30km al noreste de Lisboa, por lo que es una localidad perfecta para organizar una excursión de lo más agradable, incluso si estás alojado en la ciudad. Pasear por sus relajadas calles llenas de restaurantes tradicionales es la forma perfecta de desconectar e integrarse en el ambiente tradicional de la zona.
Si continuamos con el paseo, cerca del Monasterio se encuentra la Tapada Nacional de Mafra, la zona natural amurallada más extensa de Portugal. 8000 hectáreas rodeadas por una muralla que tiene como finalidad preservar su variada y antigua flora y fauna. Aquí podrás encontrar distintas rutas pedestres con las que perderte y respirar el aire del increíble patrimonio natural de la zona.
La Sierra de Arrábida y Sesimbra, patrimonio natural y gastronomía.
Situada entre los estuarios del río Tajo y el río Sado, la Sierra de Arrábida destaca por su paisaje plagado de colinas, acantilados y entorno natural. Dentro de ella se encuentra Sesimbra, una localidad que destaca tanto por su gran valor histórico como turístico. La que fue una importante localidad en la reconquista de Portugal también es una ciudad tradicional de pescadores. No te olvides de probar su marisco y el resto de su gastronomía local, famosa en todo Portugal.
Su castillo es uno de los más bonitos de las zonas de alrededor de Lisboa. Este es conocido como el “Castillo de los Moros” ya que fue mandado reconstruir por el Rey Sancho I y tomó como punto de partida una fortificación musulmana anterior. Desde sus torres se puede contemplar una panorámica espectacular de Lisboa, vislumbrando, con el océano a lo lejos, la península de Troia y el increíble Cabo Espichel.
Este importante testigo de la historia de Portugal también sorprende a los viajeros con algunas de las mejores playas de Portugal y un entorno natural inigualable. Protegidas por la sierra y bautizadas por el mar, se encuentran diversas y espectaculares playas perdidas y silenciosas como Galapinhos, Galápos, Coelhos y Creiro, de metros de arena dorada y aguas cristalinas que contrastan con el verde de las montañas. Merece la pena dejar el coche y buscarlas bajando el camino a pie, disfrutando de las vistas y de la calma.
La localidad de Sesimbra cuenta también con la Laguna de Albufeira, un lugar donde es posible practicar actividades como windsurf y kitesurf sin preocuparse por los cambios en las corrientes o mareas. Al no tener salida al mar se convierte en un remanso de tranquilidad formado por dos cuerpos lagunares unidos por un canal, ideal para ir con niños y perfecto para cerrar una increíble ruta en coche alejada de las masas.