Cortocircuito entre el gobierno de Argentina y las aerolíneas

Por las estimaciones oficiales, unos 45.000 argentinos y residentes están en el exterior. No se sabe si todos ellos quieren volver, pero según IATA podría tomarles semanas o meses tras las nuevas medidas, que han reducido de 2.000 a 600 el cupo de personas que pueden ingresar al país cada día, lo que incluye los vuelos y los viajes de Buquebus con Uruguay (reducidos a dos por semana).

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Argentina mantiene las fronteras cerradas al turismo extranjero y continúan suspendidos los vuelos provenientes del Reino Unido, Chile, Uruguay, Brasil, la India, los países de África y Turquía.

La decisión fue tomada para retrasar lo más posible el ingreso de la nueva variante Delta, que en Argentina aún no tiene circulación comunitaria, y debido a que solo 32% de las personas que ingresan al país cumplen con la cuarentena obligatoria.

Para las aerolíneas, este cupo a los vuelos internacionales se trata de una medida sorpresiva y única en el mundo.

“La Argentina es el único país que tiene una limitación de pasajeros por día”, ha repetido Peter Cerdá, vicepresidente regional de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), a varias radios locales y ha calificado la medida como “un exceso” y “desconectada del mundo”.

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Advirtió que además afectará el transporte de carga, porque las vacunas y el equipamiento médico también viajan en esos aviones.

IATA solicitó una reunión con el jefe del Gabinete de Ministros, Santiago Cafiero, después de alertar en un comunicado que al “tomar estas decisiones unilaterales y de corto plazo, el gobierno corre el riesgo de aislar aún más al país”.

Según confirmaron a HOSTELTUR fuentes de la entidad, el martes 29 de junio el Gobierno confirmó esa reunión virtual; sin embargo, al ver que Cafiero no asistiría, fue la propia gremial empresarial la que pidió posponer el encuentro hasta que el funcionario, mano derecha del presidente Alberto Fernández, pueda participar.

La Cámara de Compañías Aéreas en Argentina (Jurca) agregó que el país ha dispuesto “el virtual cierre de fronteras”, lo que obligó a las compañías a reprogramar los vuelos previstos para junio y julio.

Jurca recordó que antes de la pandemia el país registraba 155 aterrizajes internacionales diarios y con esta medida se pasará a tener tres por día y que varias compañías tienen suspendidas sus operaciones a la espera de ver cuándo resulta viable reiniciarlas “o no regresar”.

“Si hasta el viernes teníamos 9 vuelos por día y ahora entre 2 y 3 vuelos, miles de argentinos no van a poder regresar al país en meses”, pronosticó Cerdá.

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Entre lunes y martes se confirmó buena parte de la agenda de vuelos, algo de lo que agencias y agentes independientes están pendientes las 24 horas, haciendo averiguaciones y respondiendo consultas.

Para los sistemas de reservas de las agencias online y de las propias compañías aéreas esta falta de previsión hace prácticamente inviable la gestión sin asistencia.

A pesar de que Aerolíneas Argentinas ya sacó un cronograma de vuelos, Cerda dijo que no todas las empresas están en condiciones de hacerlo con tanta celeridad para llevar tranquilidad a los pasajeros. “Falta coordinación, porque otras líneas internacionales con una red muy importante en el país se están enterando de esto esta misma mañana. No sabemos cómo se está aplicando esta normativa”, concluyó.

Aerolíneas Argentinas publicó el domingo por la noche en su página web su nuevo cronograma de vuelos: se cancelaron 59 de los 90 vuelos que tenía programados hasta el 11 de julio. Hay vuelos cancelados a Miami, Santiago de Chile, Asunción, Madrid, entre otros destinos internacionales.

En el caso de LATAM, la compañía solo recibió la aprobación para el vuelo Buenos Aires-Lima —con fecha 1º de julio— y una limitación de 150 pasajeros.

Por eso, la empresa se vio obligada a cancelar el resto del itinerario entre Buenos Aires y Lima desde el 1° de julio hasta el 12 de julio inclusive.

Desde la empresa indicaron el fin de semana que esperaban información sobre el itinerario de Brasil y Chile; el martes "ante la falta de respuesta por parte de la autoridad local" fueron cancelados los vuelos desde Buenos Aires a Santiago de Chile y Sao Paulo del 1 y 2 de julio.

“El pasajero terminará siendo el gran afectado con la falta de previsibilidad”, señaló la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo, porque “no hay claridad” sobre cómo se distribuirán las nuevas plazas autorizadas.

Para el Gobierno de Alberto Fernández, no se trató de una medida sorpresiva, porque todos los pasajeros firmaron una declaración jurada en la que aceptaron las consecuencias de viajar durante la pandemia y que señalaba que la salida del país implicará "la aceptación y asunción de las consecuencias sanitarias, legales y económicas derivadas de las mismas y del eventual reingreso a la Argentina”.

Si bien Cerdá reconoció que las aerolíneas deben lidiar diariamente con las restricciones que rigen en cada país, como PCR negativo, cuarentenas o semáforos epidemiológicos, enfatizó que lo que sucede en Argentina “no es lógico”..