“Los brasileños van a venir a Iguazú a consumir todo lo que puedan”

El Gobierno anunció la apertura de un “corredor seguro” internacional entre Puerto Iguazú y Brasil, y resulta difícil explicar el impacto que eso significa para el destino, así como las expectativas que se generan. ¿Cómo lo viven allí?

- Te lo voy a decir así: el 21 de septiembre se celebró el Año Nuevo Guaraní, y el chamán nos dijo que lo que se viene es un año lleno de alegría. Y yo creo que vamos a volver a la normalidad, a como era antes de la pandemia. Cuando nos dieron la noticia de la reapertura, nos generaron una expectativa muy grande; estamos muy ansiosos, porque faltan pocos días. Todos estamos esperando, pero sobre todo la actividad turística, y no me refiero solamente a la hotelería, sino también a la gastronomía y al comerciante que tiene su local volcado ciento por ciento al turismo. Todo el pueblo de Iguazú, que somos más de 100.000 habitantes, dependemos exclusivamente del turismo. Para nosotros esto es un antes y un después. Obviamente, el Estado también va a tener unos ingresos maravillosos, porque significa divisas para el país. El ministro de Turismo y Deportes, Matías Lammens, dijo el otro día que históricamente las fronteras argentinas registran más salidas que ingresos, pero en Iguazú tenemos una gran mayoría de ingresos, por lo que ahora necesitamos equilibrar la balanza de pagos a partir de esta apertura.

¿Tienen dimensionado cuál puede ser el impacto inmediato de esta reapertura?

- El impacto en cantidad de gente lo va a definir el protocolo, y todavía no lo tenemos en las manos. Y lo económico irá de la mano. Pero puedo asegurar que si llegáramos a recuperar al menos un 50% de los números que teníamos antes de la pandemia -lo cual significaría que ingresen al Parque Nacional Iguazú entre 9.000 y 13.000 personas por día y contar con 34 vuelos (además de los 45 que llegaban en Foz de Iguazú, del lado brasileño)-, eso sería un impacto altísimo. ¿Por qué? Porque cada turista que llega está gastando al menos US$ 150, sacando el transporte y el hotel, y eso hay que multiplicarlo por la gente que ingrese.

Patricia Durán Vaca, titular de la receptiva Cuenca del Plata (Iguazú), presidenta de la filial local de la AHT y miembro del Comité Ejecutivo de la CAT

Hay sobradas pruebas a nivel global de que hay una “demanda contenida” de viajes, pero en el caso de Argentina y de Iguazú eso parece potenciarse por las ventajas cambiarias que ofrecen. ¿Coinciden en esa lectura?

- Por supuesto. El habitante de Iguazú, entre los cuales me cuento yo, lo que sienten es desesperación por que vuelvan los turistas. ¡Los vamos a abrazar! Y también me refiero a algo afectivo, porque también necesitamos encontrarnos con nuestros vecinos y hermanos. Nos divide un puente nada más. Para nosotros era cosa de levantarnos y decir “vamos a comprar a Foz”, y ellos lo mismo con Puerto Iguazú.

¿Te imaginás lo que puede pasar ahora? Tenemos una diferencia económica enorme. Los brasileños van a venir a consumir todo lo que puedan, y tenemos muchos recursos que ellos no tienen. Por ejemplo, algo fantástico que tenemos es la sustentabilidad, una selva subtropical perfecta, hoteles lodge.

¿Son compatibles la oferta de ambas ciudades fronterizas?

- Nosotros todo lo hemos hecho chiquito, pensando en la atención personalizada. En cambio, ellos tienen otro tipo de turismo, que no está ni bien ni mal, pero que apunta al público masivo. Lo que digo es que ellos quieren venir también, entrar a un restaurante y que le digan “mire, acabamos de pescar un surubí en tal lugar”, y se lo cocinen en el momento. Productos de temporada y de cercanía, cosa que ellos no tienen.

Cuando esto se abra, ¿en qué condiciones va a haber quedado la oferta luego de un año y medio de pandemia?

- Lo bueno que hizo Iguazú es que sostuvo el empleo. El que quiso irse es porque decidió reinventarse y se dedicó a otro rubro. Creemos que en esta primera etapa estamos preparados para recibir esta cantidad de gente. Y si vienen más, no les tenemos miedo, porque somos resilientes y vamos para adelante. Así que esperamos que vengan. Eso nos hace felices.

Hace muy poco se convirtió en una de las dos primera mujeres en pasar a formar parte de la Comité Ejecutivo de la Cámara Argentina de Turismo (CAT), lo cual implica un importante avance en materia de igualdad de género y cumplir una vieja deuda del sector. ¿Qué valoración hace de esto?

- En realidad, yo creo que nos han elegido por nuestra capacidad y porque hace muchos años que estamos trabajando en la dirigencia. Pero no en una dirigencia pasiva, sino muy activa. Todas las personas que componemos el Comité Ejecutivo somos pares que nos conocemos de toda la vida y tenemos una mirada propositiva. Siempre buscamos anticiparnos a los hechos. Lamentablemente, con la pandemia nadie pudo hacerlo, pero sí pudimos lograr que el impacto no sea todavía peor. Puedo garantizar que cada día hicimos al menos una acción. Este equipo es maravilloso y, en efecto, lo componemos dos mujeres y agradecemos mucho el trato horizontal, porque todos tenemos una participación activa y estamos involucrados en absolutamente todos los temas para tratar de darles solución.