La Autoridad de Aviación Civil británica busca garantizar la operación de las aerolíneas y empresas aeroespaciales

El Reino Unido elabora un plan para proteger del Brexit a su sector aéreo

Publicada 07/09/18 -Actualizada 05/10/18 02:00h
El Reino Unido elabora un plan para proteger del Brexit a su sector aéreo
  • La CAA británica intensifica sus esfuerzos para garantizar que las compañías aéreas y aeroespaciales sigan operando sin acuerdo con la UE
  • El Reino Unido contratará personal que se haga cargo de la certificación de repuestos y aviones en caso de que el Brexit
  • A las aerolíneas y fabricantes aeronáuticos les preocupa que un Brexit duro deje los aviones y componentes sin las aprobaciones requeridas

La Autoridad de Aviación Civil (CAA, por sus siglas en inglés) del Reino Unido está intensificando sus esfuerzos para garantizar que las aerolíneas y las empresas aeroespaciales del país puedan seguir operando en caso de que se produzca un Brexit sin un acuerdo específico en la aviación con la Unión Europea (UE). A las aerolíneas y fabricantes aeronáuticos les preocupa que un Brexit duro deje los aviones y componentes sin las aprobaciones requeridas. Además de las rutas, está en riesgo la seguridad operacional.

El organismo regulador de la aviación en el Reino Unido ha informado a los funcionarios del gobierno sobre sus planes para contratar personal con la experiencia necesaria para hacerse cargo de la certificación de repuestos y aviones en caso de que la separación provoque que Gran Bretaña abandone la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA, por sus siglas en inglés), que actualmente es responsable de dichas aprobaciones; según recoge la agencia británica de información económica Bloomberg.

Brexit (Ilustración de Airgways).

Las aerolíneas y fabricantes aeronáuticos como Airbus SE, que produce alas de avión en el Reino Unido, están preocupados de que un Brexit duro deje los aviones y componentes sin las aprobaciones requeridas para operar. El director de política de CAA, Tim Johnson, dijo que no ha habido discusiones directas con EASA sobre la planificación de contingencia si no hay un trato, y que la continuación del status quo sigue siendo preferible tanto para la CAA como para el gobierno.

Se están buscando hasta 20 ingenieros de aeronavegabilidad y se están tomando medidas para estimar la carga de trabajo potencial, según comunicó Johnson al panel de Estrategia del Departamento de Negocios, Energía e Industria británico. El objetivo es determinar la capacidad del Reino Unido antes de su salida de la Unión Europea el próximo marzo.

Cuenta atrás

La primera ministra Theresa May está bajo presión para demostrar que está lista para abandonar las conversaciones sobre el Brexit y optar por una división sin acuerdos si los negociadores de la UE rechazan su denominado Plan Checkers que presentó en julio y en el que propone alinearse ambas partes a normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC), socavando el mercado único europeo. Eso llevó a la publicación de un paquete de documentos que asesoran a las empresas sobre cómo prepararse para la posibilidad de que las conversaciones colapsen, y con más por venir (ver: Reino Unido prepara a empresas y ciudadanos para un Brexit sin acuerdo).

La atención también se enfoca en promover acuerdos bilaterales de seguridad operacional de la aviación con Estados Unidos, Canadá y Brasil, las tres principales naciones fabricantes de aviones civiles fuera de Europa, dijo Johnson al panel.

Los llamados BASA, que permiten el reconocimiento mutuo de la certificación, están actualmente estructurados con EASA. Existe un trato más viejo entre Gran Bretaña y los Estados Unidos, pero es menos completo, excluyendo la reparación y el mantenimiento de aeronaves con matrícula estadounidense en el Reino Unido.

British Airways en el Aeropuerto de Londres Heathrow.

El sector de la aviación está ansioso de que se establezcan nuevos acuerdos desde el momento mismo en que Gran Bretaña abandone la UE, a fin de evitar cualquier circunstancia que haga que los vuelos no puedan operar. Otras preocupaciones se centran en las capacidades limitadas disponibles para hacer frente a los requisitos Brexit, con las empresas presionando por un plan colectivo para la obtención de recursos del trabajo.

El gigante londinense Rolls-Royce Holdings trasladó en julio el proceso de aprobación de sus productos a una instalación de negocios aeronáuticos en Dahlewitz, Alemania. El cambio no afectará los trabajos, pero permitirá que Rolls continúe recibiendo el respaldo de EASA para sus motores.

Philippe Petitcolin, director ejecutivo de Safran, socio de General Electric en la empresa de motores CFM International, dijo este jueves que la compañía francesa está trabajando para ‘amueblar’ sus sitios del Reino Unido con "todas las autorizaciones que necesitarán para funcionar después de Brexit, si son necesarias".

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