Hay al menos 32 extranjeros, entre ellos dos jóvenes gallegos

290 muertos por explosiones en hoteles e iglesias de Sri Lanka

Los lujosos Shangri-La, Cinnamon Grand y Kingbury son los hoteles atacados

Publicada 21/04/19 -Actualizada 15/05/19 02:02h
290 muertos por explosiones en hoteles e iglesias de Sri Lanka

Al menos 290 personas han muerto y alrededor de 500 han resultado heridas este domingo tras una serie de explosiones en al menos tres hoteles de lujo y dos iglesias en Colombo, la capital de Sri Lanka, donde numerosos fieles celebraban el día de Domingo de Resurrección. También hubo una explosión en un cuarto hotel en Dehiwala y los artificieros desactivaron un artefacto en el aeropuerto . La cifra de víctimas aumentaba a medida que pasaban las horas y ya se conoce que al menos 32 de los fallecidos eran extranjeros, dos de ellos españoles y otros treinta más están hospitalizados, detalló a Efe el presidente de la Autoridad de Desarrollo del Turismo de Sri Lanka, Kishu Gomas. Entre los muertos, anotó, hay nacionales de Bélgica, Estados Unidos, China y el Reino Unido, entre otros. Los hoteles afectados son el Shangri-La, el Cinnamon Grand y el Kingbury.

El portavoz de la Policía de Sri Lanka, Ruwan Gunasekara, confirmó la última cifra oficial de víctimas mortales en una intervención pública en la que también anunció que 24 personas han sido detenidas y permanecen en custodia policial en relación con los atentados. Los detenidos están siendo interrogados por la división de investigación criminal de la Policía, añadió

Todas las explosiones ocurrieron hacia las 8.45 horas (2.30 GMT), en al menos tres hoteles de lujo en Colombo y también en un iglesia de la capital y otra en Katana, en el oeste del país a unos 50 kilómetros al norte. Las seis primeras explosiones ocurrieron de forma simultánea hacia las 08.45 horas (02.45 GMT) en tres hoteles de lujo en Colombo y también en una iglesia de la capital, otra en Katana, en el oeste del país, y la tercera en la oriental ciudad de Batticaloa.

"Escenas horribles. He visto miembros arrancados esparcidos por todos lados. Equipos de emergencia están desplegados en su totalidad en todos los puntos. (...) Hemos llevado a muchas víctimas al hospital, esperamos haber salvado muchas vidas", relató en Twitter el ministro para las Reformas Económicas, Harsha de Silva.

Horas después, una séptima detonación tuvo lugar en un pequeño hotel situado a unos cien metros del zoo de Dehiwala, a una decena de kilómetros al sur de la capital, y la última en un complejo residencial en Dematagoda, también en Colombo.

Además, artificieros del Ejército de Sri Lanka detonaron también el domingo de manera controlada un explosivo localizado en las proximidades del principal aeropuerto internacional del país.

Al menos 32 extranjeros se encuentran entre los fallecidos y treinta más hospitalizados, detalló a Efe el presidente de la Autoridad de Desarrollo del Turismo de Sri Lanka, Kishu Gomas.

Entre los muertos hay nacionales de Bélgica, Estados Unidos, China, España y el Reino Unido, entre otros

Tras las ocho explosiones, el Gobierno ha decretado el estado de emergencia y la policía ha impuesto el toque de queda con efecto inmediato ante el temor a nuevos ataques. Por el momento se desconoce si hay víctimas de nacionalidad española. El Ministerio de Asuntos Exteriores informó este domingo de que "el personal diplomático español de la Embajada de España en Nueva Delhi está desplazándose a Colombo para realizar las indagaciones necesarias respecto de posibles afectados y atención a españoles. La cónsul honoraria en Colombo está ya en contacto con las autoridades locales y nuestra Embajada a tal efecto". En la mañana del lunes se ha conocido que dos jóvenes gallegos de 32 y 31 se encuentran entre los fallecidos.

El Ministerio de Educación ha anunciado además el cierre de todos los colegios del país mañana y el martes y el Banco Nacional de Sangre ha pedido a los ciudadanos que dejasen de acudir en masa a donar, pues contaba ya con suficientes reservas.

El primer ministro del país, Ranil Wickremesinghe, encabezó una reunión de emergencia con altos mandos de las fuerzas de seguridad y miembros del Gobierno poco después de los primeros atentados.

En una intervención posterior, haciendo resumen de la jornada, Wickremesinghe reveló que las fuerzas de seguridad habían recibido avisos de posibles ataques en el país, "pero no se le prestó la suficiente atención al asunto", algo que debe ser investigado.

"Pero antes de nada lo que debemos hacer es asegurarnos de que no se desestabiliza el país", sentenció.

El portavoz de Policía de Sri Lanka anunció el arresto de 13 sospechosos de estar vinculados con los ataques, sin dar más detalles.

Por ahora, ningún grupo armado ha reclamado la autoría de los atentados coordinados, mientras las autoridades se limitaron a clasificarlos como ataques "extremistas" e insisten en prestar mucha atención a la difusión de noticias falsas que puedan generar confusión o actos de represalia contra algún grupo étnico o religioso.

WhatsApp, Viber y Facebook han sido bloqueados temporalmente, mientras que las redes móviles e internet están saturados y apenas funcionan

"Por favor, permaneced en calma y no seáis engañados por rumores", declaró el presidente de Sri Lanka, Maithripala Sirisena, en un temprano mensaje a la nación, en un país en el que han sido frecuentes los choques comunales como reacción a sucesos violentos.

Por el momento se ha registrado al menos un ataque con cóctel molotov contra una mezquita en un área predominantemente musulmana en Puttalam, en el oeste del país, y también fueron incendiadas dos tiendas en Bandaragama, al sur de la capital, según confirmaron a Efe varias fuentes policiales.

La comunidad internacional ha reaccionado con conmoción ante la tragedia, que han lamentado los mandatarios y autoridades de países vecinos, como la India, Pakistán e Indonesia, pero también de la Unión Europea, Alemania, España, Estados Unidos, países latinoamericanos, así como de Estados árabes y las Iglesias cristianas en Tierra Santa.

Los ataques contra minorías religiosas en la isla se han venido repitiendo en el pasado, los últimos de relevancia en 2018, cuando el Gobierno tuvo que declarar el estado de emergencia después de se produjeran enfrentamientos entre musulmanes y cingaleses budistas, con dos muertos y decenas de detenidos.

En Sri Lanka la población cristiana representa el 7,4 %, mientras que los budistas son el 70,2%, los hinduistas el 12,6 % y los musulmanes el 9,7 %, según datos del censo de 2011.

Sin embargo, atentados de esta magnitud no habían tenido lugar en Sri Lanka desde la guerra civil entre la guerrilla tamil y el Gobierno, un conflicto que duró 26 años y finalizó en 2009, y que dejó, según datos de la ONU, más de 40.000 civiles muertos.

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