Carmen Riu y su directora de RSC, Catalina Alemany, presentan la nueva metodología

Riu sienta las bases de la hotelería del futuro con su nuevo modelo de RSC

Busca mejorar los destinos donde está presente

Publicada 01/11/19 -Actualizada 25/11/19 02:03h
Riu sienta las bases de la hotelería del futuro con su nuevo modelo de RSC
  • La nueva metodología, que busca imponer un criterio más científico en la toma de decisiones, marca un antes y un después en su RSC
  • El objetivo es aplicar un método más científico y riguroso y menos basado en la sensibilidad y subjetividad de las personas involucradas
  • La cadena está ante un nuevo enfoque a la hora de realizar y decidir la inversión en RSC en los diferentes destinos en los que está presente

Riu Hotels & Resorts se ha propuesto sentar las bases de la hotelería del futuro con su nueva metodología de RSC (Responsabilidad Social Corporativa) que han presentado en Madrid su CEO, Carmen Riu, y su directora de RSC, Catalina Alemany. En este sentido Alemany ha subrayado que el objetivo final de todas sus acciones en este ámbito es “la mejora de la comunidad cuando se implanta uno de nuestros hoteles en determinado destino. No es sólo reducir los impactos negativos, sino generar positivos a nivel social y medioambiental, implicándose con lo que pasa allí”.

Riu ha innovado en este sentido, según ha explicado Alemany, al “adaptar por primera vez al sector privado y en turismo la metodología de cooperación que se aplica en destinos emergentes, con la colaboración de ESCP Europe, con el fin de establecer criterios científicos para la toma de decisión en la estrategia de RSC de la cadena”.

Carmen Riu y Catalina Alemany, en la presentación de la nueva metodología de su estrategia de RSC.

Así, se han propuesto, ha añadido, “ser lo más objetivos posible e invertir en estas acciones de manera proporcional al volumen de negocio que genera cada país para Riu”. De este modo las acciones en España han pasado de representar el 82% de la inversión acometida el pasado año al 23% previsto para 2019.

El presupuesto para RSC casi se ha duplicado en sólo un año, al pasar de 825.000 euros en 2018 a más de 1,5 millones en el actual ejercicio, poniendo el foco en “la salud y la infancia, así como en la biodiversidad”

Antes de adoptar cualquier decisión, como ha destacado Alemany, “procedemos al análisis de la problemática de cada destino ligada a nuestra actividad, estudiando sus impactos directos e indirectos y los de nuestros grupos de interés”.

Destinos prioritarios y fases del diagnóstico

Entre los destinos prioritarios de actuación se incluye México, su primer destino pero hasta ahora no en inversión social; y los nuevos de este año, como Madrid, Maldivas y Zanzíbar. A ellos se han unido Cabo Verde, Aruba, Jamaica, Costa Rica, Miami y Canarias.

La metodología de ESCP establece cinco fases de la etapa de análisis, a la que han dedicado nueve meses de trabajo y es sólo el primer paso:

1.- Prospección e indicadores, lo que les ofrece la posibilidad de comparar destinos.

2.- A partir de esos resultados se visita el destino, también para dialogar con los grupos de interés, las autoridades locales entre otros.

3.- Se establece un diagnóstico interno, tras mantener conversaciones con sus colaboradores “para que nos den su opinión sobre los problemas que afectan a la comunidad”; y externo, reuniéndose incluso con competidores o empresas de otros sectores.

4.- Se recoge toda la información y se valoran futuras alianzas en función de la relevancia.

5.- Toma de decisión e implantación.

Tres proyectos piloto

La aplicación de esa metodología a los 10 destinos prioritarios da como resultado un buen número de proyectos piloto de los que su responsable de RSC ha adelantado tres: una clínica pediátrica en Costa Rica, la primera iniciativa que nace de este modelo; labores de protección de una tortuga marina en Cabo Verde; y la colaboración con Ayuda en Acción, Cruz Roja, Save the children y la Fundación Tomillo para luchar contra la pobreza infantil y la exclusión social en la Comunidad de Madrid porque “hay una línea invisible entre la belleza del destino y lo que hay detrás, y es ahí detrás donde estamos trabajando”.

Y es que, según ha reconocido Alemany, “la infancia es lo más vulnerable en los destinos, ya no sólo por la pobreza sino también por el llamado abandono temporal del menor porque sus padres trabajan y en determinados países no se adoptan medidas para tenerlos atendidos. Cobra entonces especial importancia el papel de la empresa turística para atender a esa infancia y proteger asimismo la biodiversidad”.

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