El coronavirus impacta en los hábitos del usuario de comercio electrónico

Hasta la llegada del coronavirus, las ventas online de productos y servicios no paraban de crecer de forma sostenible en Europa, y de forma más contundente en España, con crecimientos interanuales del 25% y grandes perspectivas de futuro. Pero la coyuntura actual no sólo ha cortado esta tendencia, sino que lo ha hecho en aquellos sectores que hasta ahora eran los que más transacciones económicas generaban en la red, como las agencias de viaje y operadores turísticos, hoteles y alojamientos, y el transporte de viajeros.

“El escenario del comercio electrónico ha cambiado diametralmente y es difícil que vuelva a ser como lo era antes de la pandemia", aseguran desde Minsait.

La disminución de la capacidad de consumo, el distanciamiento social o las limitaciones en viajes y desplazamientos son algunas de las causas que han influido en esta caída y lo seguirán haciendo, al menos en los próximos meses. Sin embargo también hay otras variables que, como destacan desde Minsait, “conviene tener en cuenta, ya que pueden no ser coyunturales y afectar a los hábitos en un futuro más a largo plazo, como la creación de fórmulas alternativas de entretenimiento (por la imposibilidad de una cultura de masas) y el surgimiento de una nueva filosofía de responsabilidad y sostenibilidad ante las decisiones de consumo que hasta el momento marcaban el día a día”.

Nuevos escenarios de oportunidad

Lo que está claro, según aseguran en Minsait, es que “el escenario del comercio electrónico ha cambiado diametralmente y es difícil que vuelva a ser como lo era antes de la pandemia. Si algo se ha consolidado es la venta digital, que ha madurado y se ha afianzado globalmente entre los consumidores, alumbrando nuevos escenarios de oportunidad para el futuro”.

Sectores como el de la formación, el teletrabajo o las nuevas fórmulas de colaboración han estandarizado otros modelos de comportamiento, pero también han revelado oportunidades de mejora que deberán ser cubiertas en el medio plazo. “Los espacios de trabajo cambiarán respecto a la concepción actual para ser lugares de encuentro y reflexión colaborativa y deberán ser provistos de aspectos más emocionales en la motivación y activación de equipos profesionales”, explican los expertos de Minsait, vaticinando cómo muchos de los nuevos hábitos de consumo podrían reorientarse hacia ese ámbito.

También se han ampliado los intereses hacia el consumo responsable, o la colaboración y ayuda, sobre todo hacia los sectores más castigados por los efectos del COVID-19, apuntando hacia fórmulas de interrelación que obligarán a cambiar los modelos de negocio y facilitarán un comercio electrónico más generalizado, pero también más orientado a la sostenibilidad y la eficiencia.