El Gobierno permitirá "excepcionalmente" el turismo en Parques Nacionales

Estas actividades turísticas estarán permitidas, siempre que contribuyan "de forma notable" al desarrollo socioeconómico del entorno y sean "completamente compatible" con la conservación de los valores y sistemas naturales.

El borrador, que este jueves analiza el Consejo Asesor de Medio Ambiente, en el que participan las organizaciones ecologistas, sindicales, empresariales y agrarias, "deja bien claro" que el objetivo de un Parque Nacional es la "conservación de sus valores naturales y culturales". Y supedita a este objetivo principal el resto de actividades como son su uso y disfrute, la sensibilización o la investigación.

Es prioritaria la conservación del entorno sobre cualquier actividad

De acuerdo con el anteproyecto de ley, las actividades en estos territorios se clasificarán como "compatibles con su conservación; necesarias para la gestión o incompatibles". Las primeras podrán seguir practicándose, las segundas serán protegidas por la administración del parque y las terceras deberán ser eliminadas.

Sin embargo, en el parque se podrán realizar acciones de control de poblaciones y acciones para ordenar las masas forestales y para erradicar especies exóticas de restauración de hábitats.

Incompatibilidades

Otra de las actividades incompatibles será el sobrevuelo a menos de 3.000 metros de altura, salvo autorización expresa o por causa de fuerza mayor. Sin embargo, una disposición adicional del borrador señala que "serán objeto de estudio" las actividades "tradicionales" de vuelos de aeronaves no impulsadas a motor en el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama. El plan rector de uso y gestión del parque determinará las cotas, periodos y zonas donde tal actividad no resulte incompatible con la conservación de los recursos del parque.

Respecto al suelo, el proyecto de ley establece que el terreno que pueda ser declarado Parque Nacional "no podrá ser susceptible" de urbanización ni edificación y que, en todo caso, estará ocupado, en una superficie adecuada, por formaciones naturales, sin aprovechamientos de carácter agrícola, forestal o hidráulico, ni elementos artificiales que alteren significativamente la estética del paisaje o el funcionamiento de los ecosistemas.