En un mercado de demanda, con unos destinos competidores que "copian bien", el sector turístico español en general y las empresas en particular deben apostar por factores intangibles que no se pueden imitar y por estar constantemente innovando, alcanzando un ritmo imposible de seguir por el resto.
Así se puso de manifiesto ayer durante la cuarta edición de la jornada "Innovación, clave para el turismo del siglo XXI", organizada por el Instituto Tecnológico Hotelero (ITH) y la Sociedad Estatal para la Gestión de la Innovación y las Tecnologías Turísticas (Segittur), y que en esta ocasión tuvo lugar en Valencia. Entre dichos intangibles, Álvaro Carrillo, director general del ITH, citó la innovación, las personas y el know how, elementos en los que se basa la nueva economía. Según sus palabras, la primera "brilla por su ausencia en el sector y hay mucho camino por recorrer"; también hay mucho por hacer para atraer y retener talento, en una industria con unas condiciones laborales complicadas y en la que hay que apoyar más la formación; y en cuanto a lo tercero, el conocimiento hay que aprovecharlo y ponerlo en común.
En línea similar, el director de I+D+i de Segittur, Carlos Romero, resaltó que "en la sociedad hacia la que vamos tendrán éxito los países que no compitan solo con recursos como pueden ser las playas o la obra de mano barata, porque serán elementos que todos los destinos tengan". "Triunfarán los que gestionen su conocimiento de la forma más eficiente", añadió. Explicó que se trata de fomentar un nuevo tipo de empresas que lo que controlen sea intangible y puso el ejemplo de NH Hoteles, que está apostando por comercializar sus herramientas de gestión o sus cursos de formación. "Si como pretende el Plan Horizonte 2020 somos capaces de que el sector turístico incorpore esa filosofía de la nueva economía, los intangibles que vamos a generar podremos exportarlos pero no nos los van a poder quitar", agregó.
Es hora de cambiar
Los ponentes coincidieron en señalar que es el momento del cambio. En este sentido, Romero agregó que "hay que cambiar el chip del éxito, tradicionalmente ligado al número de turistas". "Nos interesa crear empresas capaces de desarrollar innovaciones exportables al resto del mundo. Si las herramientas de reserva de billetes, turoperación, hoteleras o aéreas no están en el país pero han sido adquiridas en él, proceden de know how español o cuentan con accionariado nacional lo estaremos haciendo bien, aunque el número de visitantes siga siendo el mismo", apuntó. Esto resulta especialmente importante en un contexto en el que la cifra de viajeros crece menos y se contrae el gasto.
Pero, aunque hay nuevas tendencias, el turismo español sigue basándose en los mismos recursos y destinos que en el pasado. Y no solo se trata de internet. También puede resultar interesante, por ejemplo, destacar la cercanía a un ambulatorio a la hora de promocionar un hotel, dado el progresivo envejecimiento de la población. No obstante tampoco se puede olvidar que entre esas nuevas tendencias tiene una gran repercusión la mayor digitalización de la sociedad, a lo que hay que incorporarse se quiera o no. Y es que tal y como señaló Jaime Pons, director de Marketing y Proyectos del ITH, el turismo no deja de ser un reflejo de la sociedad.
Grandes y también pequeñas
Como en anteriores citas, los asistentes pudieron conocer de primera mano la experiencia concreta en innovación de una hotelera, en esta ocasión Iberostar. Su director de Innovación y Sistemas, Tomeu Bennasar, comentó que la cadena ha impulsado la creación de un Comité de Innovación, formado por directivos y encargado de lanzar proyectos, y que a su vez le ha dado autonomía a los hoteles para que de forma sistemática generen mejoras en su propio entorno. El objetivo es identificar aquellas que sean exportables al resto de establecimientos y a personas que se puedan incluir en departamentos de innovación de la compañía.
Quiso recalcar que la innovación es "imprescindible como estrategia de diferenciación" y coincidió en la idea de que es complicado copiar la capacidad de una organización a estar constantemente innovando. Reconoció que no es un camino fácil pero que "la experiencia de cada proyecto y los errores cometidos suponen una fuente de mejora". Aseguró que no depende del tamaño de la sociedad y que es algo que se basa en el capital humano.
Por su parte, el presidente de la Unión Hotelera de la Provincia de Valencia, Miguel Ángel Fernández, apuntó que en una industria donde la mayoría de las compañías son pymes, en ocasiones resulta complejo acceder a la innovación y que las empresas no tienen claro cómo usarla en el día a día. Ante esto, tanto Jaime Pons como Tomeu Bennasar coincidieron en señalar que son precisamente las compañías pequeñas las que lo tienen más fácil, dado que la estructura de la organización no está tan jerarquizada y la toma de decisiones puede resultar más ágil.
Araceli Guede (hoteles@hosteltur.com)
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