Debemos seguir mejorando
Publicada 03/06/09
Antes de seguir escribiendo he de decir, y esto lo digo a título personal, que me parece fundamental que en una comunidad abierta como es Hosteltur exista la posibilidad de decir lo que se piensa y que de vez en cuando viene muy bien que alguien coja de la solapa al grupo y le dé un meneo, aunque luego uno no esté de acuerdo con la justificación del meneo. Un meneo siempre es bueno.
Dicho lo dicho vamos con el artículo. turismosiglo21, Alberto Martínez, centra su reflexión en la innovación. Dice Martínez que el sector turístico está perdiendo el camino de la innovación a diferencia de otros sectores más industriales. Para él, Hosteltur iba a ser un lugar de debate en el que se mostrasen algunas ideas y caminos a los profesionales y empresarios en torno a la innovación, pero en esto ha fracasado. El turismo no ha sabido imponer su peso económico. Para Martínez ?otros sectores empresariales con menos están dando más pasos. Mientras tanto nosotros, nos dedicamos a escribir lo primero que se nos ocurre -no quiero generalizar ya que he visto artículos bien interesantes- y encima a aplaudirlo. Los grupos ajenos a nuestra actividad nos ven como una pandilla de frikis poco serios. Pero lo peor: empresas de turismo que están buscando innovar y hacerse respetar terminan encasilladas en esa vacua visión social".
¿Quién puede aportar soluciones?
Bueno, vayamos por partes. Vuelvo a decir que me parece fundamental este tipo de artículos para que una comunidad reflexione y sea capaz de examinar y tratar de corregir posibles fallos no sólo de gestión, sino también de expectativas planteadas. Posiblemente en la Comunidad Hosteltur hemos pecado de idealistas al pensar que un grupo de estudiantes, profesionales y expertos íbamos a aportar soluciones a los problemas del turismo español, o tal vez esa expectativa se ha creado en la mente de los usuarios sin que la comunidad lo objetivara. No importa, sea como sea el hecho es que esa expectativa existe y como ya hemos dicho en alguna otra ocasión, a las comunidades les dan personalidad sus usuarios.
Es indudable que desde un primer momento la Comunidad Hosteltur se ha configurado como una comunidad de ideas en las que los debates y las aportaciones más o menos profundas han alimentado los más de 5.000 artículos creados hasta ahora, pero también es una comunidad abierta. No es una comunidad de sociólogos, científicos o filósofos del turismo, es una comunidad en la que cabe cualquier persona interesada por el fenómeno vacacional, hasta yo mismo. Es normal que en muchas ocasiones no lleguemos al nivel que se desea y que las expectativas no se cumplan, sobre todo si éstas son muy altas o irrealmente altas, que no digo que sea el caso de Alberto Martínez. Ahora bien, ¿esto es malo? Desde mi punto de vista no, todo lo contrario. Si de algo se ha de caracterizar una comunidad es de dar respuesta a las necesidades de sus usuarios. No sólo es interesante que alguien ponga el listón muy alto, sino que el hecho de que lo ponga es porque ha visto en esa comunidad el potencial para que llegue a ese listón. El enfado es bueno, el cabreo es sano porque mueve conciencias y reactiva voluntades.
No sé si el futuro de las comunidades será el de la segmentación. El centrar mucho el tema permite centrar también el pensamiento y la actividad cognitiva y mental. Algunos ejemplos de comunidades enfocadas al conocimiento y muy segmentadas ya existen, como es el caso de la creada para pensar en torno al cluster turístico de Canarias. Una magnífica oportunidad para centrar esfuerzos en un proyecto determinado. Sin embargo las más generalistas siguen siendo necesarias.
Los procesos dialécticos
No me interesa en este artículo criticar lo dicho por Alberto Martínez, otros usuarios ya lo han hecho con mayor o menor razón. Lo que pretendo es ir más allá y tratar de utilizar este tipo de críticas como una oportunidad de crecer. Las comunidades son conversaciones y en las conversaciones hay acuerdos y desacuerdos, procesos dialécticos que pueden dar como resultado un proyecto mejorado. Es necesario escuchar a la comunidad, sentir el latir de su corazón y comprender qué tipo de mensajes está enviando.
Aunque pueda no estar de acuerdo con el artículo creo que supone una reflexión interesante sobre los objetivos y los fines: debemos seguir mejorando, y posiblemente debamos ponernos objetivos inalcanzables o al menos difíciles de asir para llegar lo más alto que podamos. Como dice Alberto Martínez la comunidad ?para la revista ha supuesto una verdadera innovación y de éxito. Mueve entradas, le aporta opiniones- a veces son más ocurrencias bien puestas que reflexiones- artículos y documentación. Han sabido aplicar la filosofía 2.0 a un proyecto empresarial?. Pero evidentemente no es suficiente, porque si nos quedamos en el beneficio empresarial, para la empresa, estamos pervirtiendo la filosofía 2.0 y colaborativa que inspira este proyecto. Por eso debemos apretar los dientes, aceptar las críticas y apostar por la excelencia, aunque al final sólo podamos llegar al 9,5.
Las comunidades no pueden hacer oídos sordos a los usuarios que las componen, porque ellos son los que de verdad les dan forma y las definen. Ellos son los que crean la conversación.
Y para terminar pedir perdón por este ejercicio de "pseudoombliguismo" pancero. Mañana volverán los artículos ?normales?. Y el que avisa no es traidor.
Juan Sobejano (juan.sobejano@hosteltur.com)
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