Turismo nazi y turismo comunista
29 agosto, 2016 (11:10:24)Leyendo comentarios en Twitter este fin de semana, he leído la expresión "Barcelona sufre los males del turismo capitalista". Lo cual me ha hecho recordar un hecho histórico.
También hubo un "turismo nazi" e igualmente un "turismo comunista".
El diario El Confidencial, por ejemplo, publicó un fascinante reportaje fotográfico sobre "El destino vacacional soñado por Hitler". Se trataba de un gigantesco complejo turístico con capacidad para albergar 20.000 personas (trabajadores alemanes y sus familias) en la isla alemana de Rügen (en el mar Báltico). Sin embargo, las obras se detuvieron durante la Segunda Guerra Mundial y nunca llegó a recibir un solo huésped.
Aquella mole fue construida por la organización nazi ‘Fuerza a través de la Alegría’, cuyo cometido se basaba en organizar y vigilar el tiempo de descanso de los obreros alemanes y, de paso, controlar hasta el último espacio de su vida privada.
Los nazis también botaron un crucero turístico, el Wilhelm Gustloff, que entró en servicio en 1938 y realizó viajes de placer a la isla de Madeira, entre otros destinos. Su final fue tráfico: en 1945, sobrecargado hasta los topes de soldados y refugiados alemanes, fue torpedeado por un submarino ruso y se hundió con 9.000 personas a bordo.
Como les decía, también hubo un "turismo comunista". En los tiempos de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), determinados colectivos privilegiados podían disfrutar de vacaciones en balnearios y hoteles propiedad del Estado, principalmente en la península de Crimea, en el Mar Negro.
En 1984, por ejemplo, se construyó el hotel Druzhba, cerca de Yalta, con un diseño tan futurístico que los estadounidenses, al fotografiarlo desde el espacio con un satélite-espía, pensaron que se trataba de una base ultramoderna de lanzamiento de misiles.
Tanto nazis como soviéticos diseñaron un sistema de vacaciones -controlado por el Estado- para sus clases trabajadoras, sobre todo las que vivían en entornos urbanos e industrializados.
¿Quién sabe? Si Hitler hubiera ganado la guerra, quizá habría ordenado construir resorts turísticos por los países conquistados, atendidos por esclavos...
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