Del efecto Streisand al chantaje: la nueva amenaza silenciosa en los hoteles
27 junio, 2025 (12:53:36)
¿Alguien recuerda cuando, en 2003, Barbra Streisand intentó que se retirara una foto aérea de su casa, que apenas había sido vista? Su intento de censura la volvió viral y, así, nació el “efecto Streisand”. Hoy este fenómeno nos recuerda que, en la era digital, intentar ocultar algo puede amplificarlo exponencialmente.
En el mundo hotelero, esto está más vigente que nunca:
- Un huésped publica una queja en redes o en una plataforma de reseñas.
- El hotel intenta borrar el comentario, bloquearlo o simplemente ignorarlo.
- Resultado: se enciende la mecha. El huésped se siente censurado, lo comparte con más vehemencia… y lo que era un problema puntual se convierte en una crisis reputacional.
Desde hace un tiempo, y ahora más que nunca, existe una dimensión todavía más delicada: algunos huéspedes no solo se quejan, sino que utilizan la amenaza como herramienta de presión. Esto tiene un nombre: blackmail (chantaje). Y no solo está penado en España; el chantaje es delito en la gran mayoría de jurisdicciones, desde el Reino Unido y Estados Unidos hasta la práctica totalidad de los países de la UE, Latinoamérica y el sudeste asiático.
Su patrón suele ser tan sutil como reconocible:
“O me cambias de habitación y me das una cena gratis, o pongo una reseña negativa.”
“Tengo miles de seguidores; si no me das un upgrade, ya verás lo que publico.”
“Estoy grabando todo. Luego tú decides si quieres quedar bien o mal.”
Esta forma de chantaje blando es cada vez más común, y los equipos de recepción (los primeros en la línea de fuego) se ven entre la espada y la pared: ceder o arriesgar una crisis en redes.
¿Qué debe hacer el hotel?
- Ni borrar ni ignorar. El silencio suele amplificar el problema; responder con respeto y transparencia es más eficaz.
- Protocolos claros. Respuestas preparadas, canales internos de escalado y personal formado para distinguir cuándo una queja es legítima y cuándo se cruza la línea.
- Criterio firme. No todo cliente enfadado chantajea, pero cuando el comentario se convierte en amenaza (“si no me das esto, haré esto otro”) ya no hablamos de una reclamación legítima, sino de manipulación.
La gestión de la reputación online ya no es solo marketing: también es psicología, estrategia y defensa de valores. Lo que enseña el “efecto Streisand” es que no siempre gana quien más ruido hace, sino quien mejor gestiona el conflicto.
¿Has vivido situaciones así en tu hotel? ¿Cómo las resolviste?
Joana Tremba
Abogada de MONLEX
jtremba@monlexabogados.es
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