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El Gran Barajas, con atrasos y quejas, ya está en marcha

7 febrero, 2006

La T-4, en cuya inauguración participó el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, se estrenó con el despegue a las 05.30 horas del domingo del Airbus 320 de Iberia "Santiago de Compostela" con destino a Barcelona, en el que viajaron cien pasajeros. Fue, pues Iberia, la primera aerolínea en estrenar la T-4, despejándose así la incógnita sobre si sería esta compañía o Vueling la primera en usar los servicios de la nueva terminal. Durante la jornada de ayer la nueva terminal operó "con normalidad" los 650 despegues y aterrizajes previstos, según Iberia, que aseguró que durante las primeras horas de funcionamiento "no hubo incidencias ni retrasos destacables". Pero muchos pasajeros contradicen estas afirmaciones. Decenas de pasajeros presentaron reclamaciones en las oficinas de atención al cliente de Iberia al haber perdido su vuelo tras esperar entre una y tres horas en los mostradores de facturación, en los que cuando eran atendidos les informaban de que ya era tarde para hacerlo. Otros viajeros se quejaban del tiempo que habían tardado en recuperar sus maletas, o de los autobuses que conectan las terminales antiguas con la nueva, "que iban llenos y no podían recoger a todos los pasajeros que estaban esperando", lo que provocó que muchos pasajeros llegasen a la T-4 más tarde de lo previsto. La T-4 también acogió la protesta de los sindicatos minoritarios de tierra de Iberia, que se manifestaron por las instalaciones en el marco de la huelga de 24 horas convocada ayer contra el Plan Director presentado por la compañía. La ministra pide paciencia Sobre estas críticas, la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, dijo durante una visita a la nueva terminal que su puesta en marcha fue "razonablemente bien" aunque "haya habido algunos problemas menores que ya se han subsanado". Alvarez afirmó que "habrá que esperar unos días para que las cosas vayan normales", e hizo un llamamiento a los viajeros "para que vengan con tiempo suficiente, quizás un poco antes, hasta que se acostumbren a la nueva terminal". Su anfitrión, el consejero delegado de Iberia, Ángel Mullor, señaló que "la mudanza desde las otras terminales a la T-4 ha sido menos conflictiva y problemática de lo esperado". En cuanto a su puesta en marcha, Mullor indicó que "estamos razonablemente satisfechos", aunque reconoció que se habían registrado algunos "problemas menores" a primeras horas de la mañana, como la caída del suministro eléctrico en un pasillo de mostradores. Iberia celebró la puesta en marcha de las nuevas instalaciones con numerosas actuaciones de músicos, cantantes, actores y equilibristas. También conmemoró el 60 aniversario del primer vuelo de la compañía a Latinoamérica con el "bautizo" del vuelo que partió ayer hacia Buenos Aires (Argentina), que justo antes de despegar pasó por debajo de un arco de agua realizado por los bomberos. En la NAT ya operan Iberia y su filial Air Nostrum, las otras compañías integradas en la alianza One World (Aer Lingus, American Airlines, British Airways, Finnair y Grupo Lan), y otras aerolíneas con las que Iberia tiene acuerdos de código compartido, hasta un total de 31. Capacidad para 70.000 personas diarias Las nuevas instalaciones absorberán el 60% del tráfico actual de Barajas, de modo que pasarán por las mismas unas 70.000 personas diarias. En cualquier caso, el "nuevo Barajas" permitirá realizar hasta un total de 120 operaciones a la hora, frente a las 78 actuales, y sus instalaciones podrán acoger hasta 70 millones de pasajeros al año. Los beneficiarios de este "excedente de capacidad" serán las compañías de bajo coste, que podrán crecer o comenzar a operar en Barajas, así como las aerolíneas comerciales tradicionales, que podrán aumentar sus rutas. El aumento de la capacidad se hará de forma gradual, de modo que hasta octubre de 2006 se mantendrán las 78 operaciones a la hora actuales, que con la próxima temporada de invierno aumentarán a 90, para convertirse en 100 en octubre de 2007. El nuevo edificio principal, de 470.261 metros cuadrados, tiene 39 posiciones de contacto de aeronaves (fingers), mientras que el satélite consta de casi 300.000 metros cuadrados y de 26 fingers. Ambos han sido diseñadas por los arquitectos Richard Rogers y Antonio Lamela, que han unido los edificios mediante un túnel subterráneo de 2.874 metros por el que discurren los trenes del Sistema Automatizado del Transporte de Pasajeros y parte del Sistema Automatizado de Transportes de Equipajes (SATE), así como viales para vehículos.