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Globalia defiende su proyecto turístico ante el rechazo de hoteleros y ecologistas

11 febrero, 2004

El presidente del Grupo español Globalia, Juan José Hidalgo, defiende, ante las críticas de hoteleros y ecologistas, su derecho a construir un complejo turístico en un terreno excluido por decreto de un espacio natural en el este de la República Dominicana. "Nosotros hemos venido aquí de buena fe y me considero verdaderamente dolido, perseguido y perjudicado económicamente y moralmente", dijo Hidalgo en una rueda de prensa ayer martes en santo Domingo. Las declaraciones del empresario se producen después de que una treintena de organizaciones hoteleras y ecologistas rechazaran la exclusión de una parcela del área protegida del Parque Nacional de Este para la construcción de un hotel de más de 1.000 habitaciones. El presidente dominicano, Hipólito Mejía, presentó al Senado el pasado 14 de enero un proyecto de ley por el que quedan excluidas dos porciones del parque para destinarlos a proyectos hoteleros. Hidalgo argumentó que "hay un documentación que demuestra que nuestra parcela está fuera del parque natural". El presidente Mejía emitió un decreto el 30 de agosto de 2000 por el que excluía la parcela propiedad del Grupo Globalia del área protegida del parque. Sin embargo, el mandatario había promulgado doce días antes, el 18 de agosto, la Ley General sobre Medio Ambiente y Recursos Naturales que, según los defensores del parque, establece claramente los actuales límites del espacio natural e impide cualquier modificación de los mismos antes de que haya aprobado la Ley Sectorial de Áreas Protegidas, pendiente en el Congreso. "Hemos comprado de buena fe", afirmó Hidalgo, quien el 28 de octubre de 2000 adquirió por casi cuatro millones de dólares una parcela de 247.000 metros cuadrados que pertenecía a la empresa americana Corsario. Según Hidalgo, la construcción del hotel en el área protegida, en el que invertirá ochenta millones de dólares, "creará 1.200 puestos de trabajo y riqueza para el país". Pero las Asociaciones de hoteles del país, entre las que figura la de Romana-Bayahibe y la Nacional de Hoteles y Restaurantes (Asonahores), creen que "tanto la ley dominicana como la ética y la moral obligan a mantener intacto" el parque, que está en proceso de ser proclamado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Hidalgo dijo que a los hoteleros que se oponen a su proyecto "tienen unos intereses privados, de no competencia, de monopolio y quieren estar solitos en esa zona (este)", que es la que recibe más flujo turístico del país. En tal sentido argumentó que varios hoteles erigidos en los aledaños de su parcela fueron construidos en terrenos excluidos al parque por decretos del ex presidente Joaquín Balaguer. "Ellos construyeron sobre los decretos de Balaguer y yo voy a construir sobre el de Hipólito", aseveró el presidente del grupo turístico más importante de España, que cuenta con un turoperador, hoteles y la compañía aérea Air Europa. Hidalgo recordó que el 29 de septiembre de 2000 el entonces secretario (ministro) de Turismo, Ramón Alfredo Bordás, aprobó la "no objeción" a la construcción del hotel, y "hasta que no tuve el decreto (30 de agosto de 2000) del actual presidente no compré en firme la parcela". Los expertos valoran los yacimientos arqueológicos ubicados en el parque, de unos 430 kilómetros cuadrados, para el estudio de la historia de la cultura taína, que fue la primera de América en tomar contacto con los colonizadores españoles. Además de pinturas rupestres, este espacio natural alberga un ecosistema de bosque semihúmedo con 575 especies vegetales, de las cuales 478 son nativas, 53 endémicas de la isla y 44 introducidas. Los biólogos han catalogado allí 153 especies de aves diferentes, de las que ocho son endémicas, mientras que existen 17 especies de mamíferos, algunas en peligro de extinción, como el manatí. 

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