Por Óscar Fernández, en Economía

Nunca más verás estos lugares sin gente

La excepcional situación que vive el turismo también permite visitar las ciudades o monumentos más famosos de un modo único: tranquilo y sin aglomeraciones. 20 octubre, 2020 (10:24:04)

Las cifras y estadísticas son claras: la pandemia del coronavirus ha supuesto un mazazo para el sector turístico, especialmente tras haberse confirmado la temida segunda ola cuando ni siquiera había terminado el verano más atípico que se recuerda. Los confinamientos locales, los cierres de frontera o los PCR se han convertido en conceptos habituales para aquellos que han viajado estos meses, ya sea de forma nacional (o incluso local) o internacional.

Así, esta situación ha provocado que muchos monumentos y ciudades eminentemente turísticas se encuentren en cifras muy bajas de visitantes. Más allá del gran descenso en el flujo de viajeros, la inmensa mayoría de los puntos de interés turísticos se han visto obligados a reducir sus aforos para mantener el distanciamiento social entre sus visitantes, en algunos casos hasta en más de un 75%.

Los más optimistas siempre mencionan que dentro de cada crisis existe una gran oportunidad, y la mayor en esta ocasión para todos aquellos amantes de la cultura y el turismo parece ser la posibilidad de visitar alguno de los lugares más fascinantes del mundo del mejor modo posible: tranquilos, sin prisas y sin aglomeraciones.

1. La Alhambra de Granada

La Alhambra, uno de los tres monumentos más visitados de España, contaba hasta ahora con un límite de 2.763.500 visitantes por año (es decir, unos 7.600 turistas por día) dada su condición de Patrimonio de la Humanidad. Ahora mismo los límites establecen un máximo de 1.000 visitantes por día… ¡Y muchas veces ni siquiera se completa el aforo!

Esta caída en los visitantes, perjudicial para la economía del sector, permite a los visitantes de Granada poder vivir una experiencia única: ¿quién no ha soñado alguna vez poder disfrutar de las estancias de los Palacios Nazaríes sin tener que esquivar una decena de palos de selfie? Eso sí, comprar con mucha antelación la entrada a la Alhambra se antoja aún más imprescindible que en la vieja normalidad.

2. Venecia y sus canales

Venecia, llamada en muchas ocasiones “ciudad-museo”, es probablemente la ciudad en la que el turismo tiene un mayor impacto. Si algo han criticado en los últimos años los críticos de la Serenissima han sido las aglomeraciones de gente en las callejuelas y canales de un centro histórico único en el mundo, algo que no está ocurriendo este año y que permite a los visitantes de Venecia disfrutar de esta de una forma plena y sosegada.

3. Las Pirámides y los templos de Egipto

Para muchas personas visitar Egipto es uno de sus grandes objetivos viajeros, y esto era algo muy evidente al ver las riadas de turistas admirando las Pirámides de Giza o los templos del Valle de los Reyes. Lamentablemente, la tierra de los faraones también sufre las consecuencias de la situación epidemiológica mundial, y en estos meses los visitantes a estas maravillas del mundo antiguo se han reducido a cotas históricas. No obstante, aquellos que se han atrevido (o han podido) a viajar a El Cairo, Lúxor o Asuán se han encontrado con un auténtico regalo: el legado del Antiguo Egipto para ellos solos (o casi).

4. La Sagrada Familia de Barcelona

La basílica ideada por Antonio Gaudí inició su particular desescalada el pasado 4 de julio, cuando abrió sus puertas solo a profesionales de la salud, agentes de los cuerpos de seguridad de Barcelona y miembros de entidades sociales. Más tarde fueron los ciudadanos empadronados en Barcelona quienes pudieron visitar la Sagrada Familia, dejando a los turistas al margen hasta finales de julio.

A día de hoy la Sagrada Familia se puede visitar tan solo los fines de semana, con un horario y aforo reducido que permite descubrir la inacabada obra del genio catalán sin las habituales colas que pueden verse año tras año en su interior.

5. La Fontana de Trevi en Roma

La fuente más visitada y fotografiada del planeta vive un momento único: está tranquila. Sí, algunos turistas continúan haciéndose fotos frente a esta obra de arte del Barroco y lanzando monedas a sus aguas, pero la Fontana de Trevi nunca ha estado tan vacía como lo está en estos meses (ni la propia Roma).

6. La Torre Eiffel de París

Tras casi cuatro meses de parón obligado, la torre más famosa del mundo reabrió sus puertas el pasado 25 de junio. Desde entonces, el monumento más visitado de Francia ha continuado llamando la atención de todo aquel que admiraba su inconfundible silueta, pero pocos han sido los turistas que se han animado a subir a lo alto de la Torre Eiffel.

Una vez en la parte más alta, la consabida distancia de seguridad permite a los visitantes de la torre vivir una experiencia única y casi VIP, gozando de la impresionante vista panorámica de París sin nadie que les moleste.

7. El Puente de Carlos en Praga

En cualquier época del año y prácticamente a cualquier hora (sí, incluso al amanecer), los más de 500 metros del Puente de Carlos se encuentran atestados de turistas en busca de una de las estampas más icónicas de Praga. Hacer una foto sin cinco grupos de turistas que se crucen en la misma es misión imposible, e incluso disfrutar con calma de sus treinta esculturas podía ser complicado hasta la llegada del coronavirus, que ha mermado el turismo a la capital de la República Checa considerablemente y, por ende, ha hecho posible visitar el monumento más famoso de Praga sin apenas turistas. ¡E incluso inmortalizarlo en un selfie inmejorable!

8. El Museo del Prado de Madrid

Ya antes de las restricciones gubernamentales establecidas el pasado 2 de octubre, Madrid era una ciudad que nada tenía que ver con la Madrid previa al coronavirus, al menos en cuanto a turismo se refiere. La capital de España recibía millones de turistas cada año, de los cuales un gran porcentaje iba a visitar el Museo del Prado, uno de los espacios museísticos más importantes de todo el mundo.

A día de hoy, la falta de turistas y los límites de aforo del museo o los de reuniones interpersonales (con un máximo de seis personas) permiten a quien quiera disfrutar de obras maestras como El jardín de las delicias de El Bosco o Las Meninas de Velázquez de una visita guiada por el Museo del Prado prácticamente privada sin necesidad de tener que pagar precios desorbitados.

9. Las islas griegas más turísticas

Hablar de Mykonos o Santorini es hablar de calles, playas, restaurantes y bares llenos hasta la bandera, especialmente en los meses estivales (o incluso en otoño, dadas sus agradables temperaturas). Las restricciones de viaje por el coronavirus han permitido a estas islas griegas, y a muchas otras, regresar a la calma habitual en la que vivían antes de ponerse de moda por sus muchísimos atractivos. Un atardecer tranquilo, único e inolvidable vuelve a ser posible en Mykonos.

10. Las termas de Budapest

Budapest es una ciudad termal y, por tanto, una de sus principales atracciones turísticas son sus relajantes spas, como el Balneario Széchenyi o el Balneario Géllert. Pero no es tan sencillo alcanzar el relax buscado en estos lugares cuando compartes piscina con decenas de turistas divirtiéndose o haciendo Stories para compartir la experiencia con sus followers. Así, todos aquellos que se han animado a visitar la capital húngara en esta nueva normalidad se han encontrado con la oportunidad única de relajarse plenamente en las aguas termales de los balnearios más reputados del Viejo Continente en una placentera y casi total soledad.