Medida de ahorro en recursos energéticos, climatización e iluminación

El aeropuerto de Ibiza cierra parte de sus instalaciones en invierno

Operativos 20 mostradores de facturación, 5 cintas de recogida de equipajes y 8 puertas de embarque

Publicada 23/01/13 -Actualizada 15/07/18 23:22h
El aeropuerto de Ibiza cierra parte de sus instalaciones en invierno

El aeropuerto de Ibiza ha cerrado parte de sus instalaciones hasta que se inicie la temporada de verano, con el objetivo de ajustar la capacidad del edificio terminal al tráfico real de pasajeros y usuarios, según fuentes de Aena. No obstante, se mantienen operativos 20 mostradores de facturación, cinco cintas de recogida de equipajes y ocho puertas de embarque.

La zona norte del hall de salidas y llegadas queda cerrada, así como también la zona sur de la sala de facturación, a través de sistemas como lonas ignífugas resistentes al desgarro y de fácil limpieza.

El cerramiento se ha realizado de un modo progresivo desde principios de noviembre, adaptándolo a las nuevas necesidades del edificio terminal con motivo de la ampliación, aunque las instalaciones que se mantienen en funcionamiento pueden incrementarse en caso de que fuera necesario por un aumento de demanda u otras necesidades.

El aeropuerto de Ibiza opera de mayo a octubre el 85% de los movimientos anuales y contabiliza el 90% de los pasajeros.El aeropuerto de Ibiza opera de mayo a octubre el 85% de los movimientos anuales y contabiliza el 90% de los pasajeros.

Estas medidas de reducción de las instalaciones y planificación de la operativa a zonas próximas entre sí ya han sido asumidas con anterioridad en pasadas temporadas de invierno, con la anterior distribución del terminal, como apuntan desde Aena.

Y es que, debido a su condición de aeropuerto turístico, el de Ibiza opera de mayo a octubre el 85% de los movimientos del año, meses en los que pasan por sus instalaciones el 90% de los pasajeros anuales.

Ahorro energético

El cierre de las instalaciones, que se mantendrá hasta el inicio de la temporada alta, supone un ahorro en recursos energéticos, climatización e iluminación.

Esta medida, concluyen las mismas fuentes, “permite dar respuesta a las oscilaciones de tráfico que se producen entre la temporada de invierno y verano, propias de un destino turístico, manteniendo la calidad de los servicios ofrecidos al pasajero”.

Con el inicio de la nueva temporada de verano a finales de marzo, estas zonas volverán a estar operativas en función de la necesidad del aeropuerto según la programación de vuelos.

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