Las características del nuevo B 787 Dreamliner abren la oportunidad de nuevos mercados, rutas y aeropuertos, debido al "confort y la gran autonomía de vuelo" que ofrece este modelo que será puesto en servicio en 2008, según ha afirmado el director europeo de Boeing, Steve Ford, al presentar en España la apuesta de la empresa para los vuelos intercontinentales.
Ford asiste en San Sebastián al I Congreso Internacional de "Soluciones Innovadoras para la Industria del Transporte: Automoción, Aeronáutica y Ferrocarril", evento en el que el alto ejecutivo del fabricante de aviones estadounidense está presentando el modelo 787. La compañía espera captar con este aparato más de la mitad de las 3.500 unidades de aviones de este tamaño que serán demandadas hasta 2023, un mercado valorado en su totalidad en 400.000 millones de dólares (cerca de 315.000 M €).
Según ha destacado, es una aeronave de tamaño medio de largo radio y amplia autonomía de vuelo, que responde a la creciente demanda de vuelos sin escalas. "Su cabina, con capacidad entre 210 y 330 pasajeros, es muy espaciosa y con ventanas muy grandes para facilitar la visión exterior, para devolverle al viajero el placer de volar", ha comentado.
El 787 incorporará sistemas para modificar la presión de la cabina del pasaje y reducir, según Ford, el "jet-lag" o desfase horario que provocan en el viajero los vuelos intercontinentales. Con el mismo objetivo, este modelo aumentará la humedad de la cabina y utilizará una tecnología de iluminación -LED- que ayudará al pasajero en su adaptación a una nueva zona horaria.
El 787 entrará en servicio en 2008. Ya han sido pedidas 436 unidades por parte de más de 30 aerolíneas de todo el mundo para cubrir rutas de hasta 16.000 kilómetros de distancia.
El responsable europeo de Boeing subrayó que el avión consumirá entre un 20 y un 30% menos de combustible que aeronaves similares como el 767 o el A-330 y que reduce de un 36 a un 40% las emisiones de óxido de nitrógeno, mientras que su huella sonora sobre los aeropuertos será un 60% inferior.
La empresa vasca ITP, a través de su colaboración con Rolls Royce, participa en la fabricación de los motores Trent 1000 que propulsarán este avión, mientras que Aernnova -antes Gamesa Aeronáutica- ha participado en el diseño del carguero 747 que se utilizará en el transporte de las estructuras más grandes del 787 desde Italia hasta Seattle (Estados Unidos), donde se culminará el ensamblaje definitivo de esta aeronave.
HOSTELTUR (transportes@hosteltur.com)
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