Groundforce, en crisis interna por el enfrentamiento entre Globalia y TAP, únicos accionistas

La situación está siendo aprovechada por la mayor constructora portuguesa, Mota-Engil, empresa que ha anunciado, por medio de su presidente, Antonio Mota, el interés por entrar en el capital de Groundforce Portugal, a cuyo concurso de privatización acudió infructuosamente en 2004. Las afirmaciones de Mota surgen después de que el director general de Globalia Handling, Carlos García, advirtiese de que su empresa acudirá a las instituciones europeas si TAP no cumple las condiciones del contrato de privatización. García se refería al conflicto surgido entre los dos únicos accionistas de la firma por el nombramiento del nuevo administrador delegado de Grounforce Portugal. Fuentes de TAP explicaron que el nombramiento de la nueva cabeza visible de la compañía es uno de los problemas que enfrenta a los dos accionistas, aunque destacaron que la insatisfacción por el servicio prestado a la aerolínea de bandera lusa tiene igual peso en las desavenencias entre los dueños del capital de Grounforce. Señalaron que el acuerdo entre las dos empresas establece que Globalia cuente con cuatro miembros en el Consejo de Administración de la compañía, mientras que TAP dispone de tres, pero con la particularidad de que uno de ellos debe ser el administrador delegado de Grounforce Portugal. Globalia, según las fuentes de TAP, no ha aceptado, como establece el pacto, la elección que llevó a cabo el Consejo de Administración de la sociedad el pasado julio. La posición de Globalia obligó a que se pusiera en marcha un proceso de búsqueda de un nuevo administrador delegado para Grounforce Portugal, a través de una empresa especializada. Globalia contrató los servicios del antiguo primer ministro portugués, Pedro Santana Lopes, para intentar alcanzar un acuerdo con TAP, cuya crisis obligó al Ministerio de Obras Públicas luso a advertir de que mediará en caso de que no se alcance una solución.