Trabajan en Son Sant Joan, aeropuerto de Palma de Mallorca

Controladores imputados mantienen su postura de no declarar ante la Guardia Civil

Publicada 07/01/11
Controladores imputados mantienen su postura de no declarar ante la Guardia Civil
Tras haber sido citados a declarar como imputados, cuatro controladores de Palma de Mallorca han acudido a las dependencias de la Guardia Civil, acompañados por abogados de la Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA),  pero se han acogido a su derecho constitucional a no declarar.
Estos días, están citados otros siete controladores. Los controladores que han comparecido han descrito el trato recibido de la Guardia Civil como "correcto", según han señalado los portavoces del sindicato, que había protestado por la forma en que las autoridades les habían entregado las citaciones a varios controladores la noche del pasado jueves, inmediatamente antes de que comenzaran su turno de trabajo.

USCA denunció entonces que de los nueve controladores que entraban de turno la noche del jueves al viernes, seis recibieron citaciones para declarar y cuatro de ellos sufrieron problemas de ansiedad requiriendo atención médica, por lo que se incorporaron a sus puestos con un retraso de varias horas.

El sindicato describió la situación de "caos en el aeropuerto de Palma" y su portavoz, Javier Zanón, criticó las formas utilizadas por los agentes para entregar las citaciones, considerándolas "innecesarias".

Defensa se prepara para un nuevo caos aéreo

El jefe del Ejército del Aire y de los controladores civiles, José Jiménez Ruiz, ha mostrado su deseo de poder tener "en un plazo de entre un año y 18 meses" controladores suficientes para aguantar "el primer golpe en una situación de emergencia", como la del pasado 3 de diciembre, ahora que la licencia militar de control puede canjearse por la comunitaria.

En declaraciones al diario 'El País' recogidas por Europa Press, Jiménez Ruiz apunta que el Ejército no puede sustituir a los 2.500 controladores civiles, ni tampoco se ha marcado ese objetivo, pero al menos quiere estar preparado para "mantener el espacio aéreo abierto durante un tiempo, aunque sea con un volumen de tráfico menor".

Según señala, para esta tarea serían necesarias alrededor de cien personas, solo para los centros de control y para garantizar los vuelos esenciales.

El jefe del Ejército del Aire recuerda que el pasado mes de diciembre se publicó la norma que regula el procedimiento necesario para canjear la licencia que tienen ahora los controladores militares por la comunitaria, que habilita para operar en un centro de control o en un aeropuerto civil.

Este es un primer paso para poder contar con esa 'flota' de controladores llamados a poder tomar el control de los aeropuertos españoles ante una nueva situación de caos aeroportuario.

El pasado 3 de diciembre, cuando AENA cerró el tráfico aéreo ante el abandono de las torres de control por parte de los controladores, el Ejército se limitó a vigilar que estos trabajadores permanecían en sus puestos y de advertir cualquier anomalía.

Según Jiménez Ruiz, el primer día se nombraron tres personas por puesto para mantener el servicio las 24 horas, si bien se han reducido en la actualidad a 120 militares, entre centros de control, aeropuertos y la célula del cuartel general. "En total, en los 45 días han intervenido un millar", resume. El estado de alerta finalizará el próximo 15 de enero.


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