Análisis turístico: Málaga
10 abril, 2016 (17:27:00)
El turismo urbano es uno de los segmentos de mayor crecimiento por lo que cada vez más ciudades pugnan por posicionarse en este mercado.
Incluso las grandes capitales europeas son conscientes de que la competencia va a más y por ello se esfuerzan por ir incorporando nuevos atractivos para seguir atrayendo millones de turistas cada año.
Entre los nuevos competidores destacan en España varias ciudades. Málaga es con claridad una de ellas.
Mi viaje de vacaciones a Málaga del 4 al 9 de abril me permitió conocer de primera mano la metamorfosis que está experimentando esta gran urbe del sur de España.
Cabe recordar que el número de viajeros alojados en hoteles de Málaga registró un crecimiento del 6,4% el año pasado. Ver también Málaga: el impacto del turismo crece hasta los 1.375 M €.
Además, la ciudad sigue atrayendo inversión hotelera, tal como recoge puntualmente HOSTELTUR a través del tag/hoteles-malaga.
Son notables los esfuerzos que Málaga está haciendo para posicionarse sobre todo en el turismo cultural y la ciudad se está convirtiendo en una referencia internacional gracias a su buque insignia, el Museo Picasso, al que se han añadido otros como el Thyssen, el Pompidou, el Museo Ruso...
En cualquier caso, el turismo cultural va más allá de visitar museos o ver monumentos y el viajero espera también ver una "cultura viva" que se refleja en el día a día de la ciudad: en sus comercios tradicionales, la gastronomía, los mercados de abastos, las estampas cotidianas en la calle, las fachadas de las casas...
Y precisamente este último aspecto constituiría uno de los puntos débiles de Málaga como destino urbano. La ciudad deberá trabajar más para renovar esa ciudad más cotidiana, la de los pequeños detalles que buscan los viajeros al escanear con su mirada todos los rincones.
Otro aspecto que debería vigilarse son las aglomeraciones de turistas en algunas calles del centro a determinadas horas del día.
Debe tenerse en cuenta que Málaga no sólo es visitada por las personas que se alojan en los hoteles de la ciudad, sino también por los cruceristas que hacen escala o por los turistas que pernoctan en otras localidades de la Costa del Sol. Cuanto más de moda se ponga Málaga, más riesgo de aglomeraciones podrían verse en un futuro próximo.
Málaga está lejos de sufrir un síndrome de Venecia como ya ocurre en algunos barrios de Barcelona, pero sector público y privado deberán coordinarse para crear nuevos centros de atracción y arterias peatonales con encanto que distribuyan mejor los flujos turísticos.
Para comentar, así como para ver ciertos contenidos de Hosteltur, inicia sesión o crea tu cuenta
Inicia sesiónEsta opinión no tiene comentarios.