Pensando el turismo español hoy
8 mayo, 2023 (01:24:32)Hoy, como nunca, el turismo español está haciendo un ejercicio continuo y cada vez más profundo de reflexión sobre sí mismo. Fundamentalmente este ejercicio es de iniciativa privada y sería bueno que desde la Administración pública se acompañara y se impulsara este necesario ejercicio, garantía de futuro.
La última manifestación de este ejercicio ha sido el XVIII Foro de Hosteltur, que ha venido a culminar le temporada de otros encuentros, entre otros, los de Exceltur, Thinktur, Hotusa, CEHAT y La Mesa del Turismo de España.
Ha sido el XVIII Foro de Hosteltur el que ha estimulado las presentes reflexiones. No se pretende hacer aquí la crónica del Foro, la revista organizadora tiene excelentes profesionales que sabrán reflejar debidamente las muy interesantes intervenciones de los ponentes y presentadores. Se trata, por el contrario, de exponer algunas consideraciones suscitadas por esas intervenciones.
La primera de ellas, compartida de forma generalizada por ponentes y participantes, fue la rotunda restauración de la actividad turística a niveles previos a la pandemia, impulsada por la fuerte recuperación de la demanda de viajes y vacaciones en los principales mercados emisores, así como de aquellos que ya dan claros indicios de volver a los índices previos a la crisis sanitaria. La actual recuperación del turismo sigue una pauta histórica ya consolidada en el turismo mundial: a una situación de grave crisis -conflicto bélico, atendados terroristas, pandemia, turbulencias financieras- sigue un rápido período de recuperación. La explicación a este rasgo característico de la actividad turística habría que buscarlo en en el comportamiento social, que estudia la sociología. La historia muestra que después de un profundo período de crisis hay un impulso de la sociedad en su conjunto, que ha padecido las consecuencias de la crisis, a compensar esa incertidumbre volcándose en las actividades que impliquen el disfrute de la vuelta a la normalidad. El último ejemplo fue el período posterior a la I Guerra Mundial, con los famosos “felices años veinte”.
Sin embargo, y ésta sería una segunda consideración, en la presente situación del turismo mundial, que ha puesto de manifiesto, una vez más, su capacidad de resistencia, hay factores específicos que necesitan ser tenidos muy en cuenta. El origen de la crisis, la pandemia, está ya superada, pero permanecen activas muchas de sus consecuencias: debilitamiento de la economía mundial; alta inflación persistente; incremento de los costes financieros y estructurales de las empresas, elevado precio de la energía y de los combustibles, etc. El sector turístico, tanto español como mundial, precisa de un sostenido período de bonanza para lograr una plena recuperación después de superar un colapso que lo condenó a la nula actividad. Solo así podrá cancelar los compromisos de financiación que todas las empresas turísticas (aeronáuticas, de transporte marítimo y terrestre, touroperación, agencias de viajes, hotelería, restauración, parques de ocio, etc.) tuvieron que afrontar, endeudándose fuertemente para sobrevivir.
Sería incomprensible que los gobiernos o las instituciones internacionales, como la Unión Europea tuvieran la tentación de acumular trabas a los viajes aéreos de ocio y de negocio más allá de las razonables, basándose en motivos medioambientales, o de imponer nuevos tributos y tasas a la actividad turística como los que se han aplicado, en nuestro país, a los sectores de la energía y de la banca, con el pretexto de gravar supuestos beneficios extraordinarios. ¿Qué trato fiscal favorable se les ofreció a las empresas turísticas cuando tuvieron que cerrar por falta de actividad?
A pesar de la rápida recuperación del nivel previo a la pandemia y de la capacidad de resistencia del turismo, el futuro sigue marcado por la incertidumbre. ¿La pregunta clave es cuánto tiempo será financieramente sostenible para los consumidores el deseo de viajar y disfrutar de las vacaciones?
Y esto nos lleva a la última consideración: son precisos análisis mas profundos de los factores macro económicos que condicionan la actividad turística, como también son necesarios estudios sociológicos que profundicen las motivaciones sociales, que analicen el comportamiento y las preferencias de los individuos y de los grupos sociales. Ahí hay un campo amplio para la actuación de las Administraciones públicas colaborando con las universidades y las entidades representativas del sector privado, para llegar a un conocimiento más riguroso de la realidad turística que proporcione unas base más sólida a la estrategia del turismo español.
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