La peligrosa miopía normativa
Por qué jugar con IVAs diferenciados puede volverse en contra de todo el sector turístico 23 mayo, 2025 (09:22:25)En el contexto de la DIRECTIVA (UE) 2025/516 DEL CONSEJO de 11 de marzo de 2025 por la que se modifica la Directiva 2006/112/CE en lo que respecta a las normas del IVA en la era digital (modificación de la Directiva europea de IVA), asistimos con creciente preocupación a una serie de propuestas micro sectoriales que, lejos de defender una visión estratégica y unificada del turismo alojativo, cometen el error —o el atrevimiento— de pedir tipos diferenciados de IVA en función del tipo de servicios que preste el alojamiento.
Proponen, en resumen, romper la unidad fiscal del sector que proclama la Directiva erupea. Reclaman que unos tributen al 10% y otros al 21%, sin comprender —o peor aún, sin querer comprender— el principio básico de neutralidad del IVA ni las implicaciones políticas y económicas que ello conlleva.
La medida, en apariencia técnica, es en realidad profundamente irresponsable. Establecer un doble rasero en el tratamiento del IVA según el tipo de alojamiento no solo socava la competitividad entre operadores que comparten el mismo mercado, sino que da pie a un escenario que podría volverse dramáticamente en contra de todos.
¿Por qué? Porque al abrir la puerta a un tratamiento fiscal desigual, se está enviando un mensaje claro —y peligroso— al legislador: que el sector turístico puede dividirse, que hay margen para discriminar por tipo de actividad dentro del alojamiento, y, en consecuencia, que hay espacio político y técnico para revisar al alza el tipo reducido del 10%. En manos de un Estado con necesidades de financiación urgentes —como los que lidian con una deuda estructural creciente— este tipo de grieta es el primer paso hacia una subida generalizada al 21%.
Y si algo nos enseña la experiencia tributaria, es que las subidas “temporales” rara vez vuelven atrás.
Estas propuestas de IVAs diferenciados, que buscan proteger coyunturalmente intereses concretos de subsectores determinados, olvidan que toda política fiscal tiene consecuencias sistémicas. No hay nada más peligroso para un sector que entregar al legislador la herramienta para dividirlo fiscalmente. Y hacerlo sin evaluar el contexto ni anticipar el posible efecto dominó es, simple y llanamente, una negligencia estratégica.
Por eso, urge reclamar altura de miras. El sector turístico necesita una voz clara, firme y cohesionada que defienda, sin fisuras, la aplicación del IVA reducido del 10% a todo el alojamiento turístico, tal y como parece indicar Europa. No se trata solo de justicia fiscal o de respeto a los principios comunitarios, sino de proteger el futuro de un sector clave para la economía española. Cualquier otra postura, por técnica que se vista, debe quedar al margen de toda propuesta normativa seria.Porque cuando se juega con el fuego de los tipos impositivos diferenciados, el que puede terminar ardiendo es todo el sector.
Álvaro Graciani. Economista, Abogado y Consultor Turístico.
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