Retos de la aviación en Latinoamérica

Repensarse, asociarse o desaparecer

La liberalización dará lugar a la transformación aérea

Publicada 24/01/19 -Actualizada 15/02/19 02:02h
Repensarse, asociarse o desaparecer
  • En materia aerocomercial Latinoamérica está 20 años atrás de Europa, pero en menos de cinco podrá equipararse por el avance de las low cost
  • "Las aerolíneas tienen que moverse, ir hacia fusiones o asociarse entre ellas para conseguir fortaleza", recomienda Federico Lledó
  • El riesgo de la apertura aerocomercial es que "sea desmesurado" el ingreso de aerolíneas y muchas terminen quebrando

La conectividad continúa siendo el talón de Aquiles de una región con 20 países extensos. En materia aerocomercial Latinoamérica está empezando a transitar lo que hace 20 años experimentó Europa con las compañías low cost. La madurez del mercado llegará si las aerolíneas renuevan su negocio y si las políticas gubernamentales no limitan el desarrollo aerocomercial. Los retos que tiene la aviación en la región es uno de los temas de la revista HOSTELTUR LATAM especial FITUR.

En dos décadas el número de pasajeros aéreos en América Latina y Caribe se duplicará, pasando de los actuales 360 millones a 731 millones para el año 2037, según proyecciones de la Asociación del Transporte Aéreo Internacional (IATA). La liberalización de la aviación comercial y el avance de las compañías low cost serán determinantes para ese crecimiento.

“Ahora mismo en materia aerocomercial Latinoamérica está 20 años atrás de Europa”, sostuvo Federico Lledó, presidente ejecutivo del Grupo Sumerwind, planteando ante Hosteltur Latam que con estas nuevas compañías de bajo costo “se va a cambiar y transformar totalmente la aviación”, y estima que en unos cinco años los mercados podrían estar equiparados. Ante el panorama que se vislumbra, las aerolíneas independientes deberán esforzarse en mantener su vigencia y cuota de mercado.

Repensar el negocio

Primero lo hizo Gol Líneas Aéreas, que nació como compañía low cost y poco a poco empezó a migrar hacia un modelo de negocio intermedio; en el año 2017 la chilena Sky Airline decidió cobrar por despachar maletas y elegir asiento, dejando atrás el modelo Legacy y adoptando el bajo costo. Latam Airlines dispuso un plan similar para explotar cabotaje en seis mercados –aunque su aplicación es relativa- y también lo hizo Aerolíneas Argentinas en sus rutas internas. En la explicación del por qué todas las empresas coinciden: “empoderar al pasajero” ofreciéndoles la posibilidad de pagar por lo que quieren.

La realidad agrega como dato que las low cost van a ir invadiendo cada vez más territorios, y si las empresas existentes no consideran un cambio en su negocio van perder mercado.

Federico Lledó, presidente ejecutivo del Grupo Sumerwind

“Las low cost se mueven hacia segmentos de la distribución tradicional y las Legacy hacia sistemas de las low cost, lo que vamos a tener son híbridos que se diferencien en pocas cosas. Las compañías locales independientes se tienen que defender por un tema de precio en mercados específicos. Tienen una oportunidad, porque llevan mucho tiempo y están consolidadas en muy buenas rutas, pero no pueden permanecer en un status quo como el actual: tienen que moverse, ir hacia fusiones o hacer una asociación entre ellas para conseguir fortaleza”, expresó Lledó en base a sus 30 años dentro de la industria, advirtiendo que de lo contrario “van a desaparecer”.

Oportunidades…sin perder de vista los riesgos

En Latinoamérica el gran potencial está en el mercado doméstico, en la creación de nuevas rutas y mejores tarifas para movilizar viajeros punto a punto. Pero allí donde hay oportunidades también existen riesgos y en esta región la economía es el gran dilema para los inversores, pero también lo son las políticas aerocomerciales, ya que “las normativas y la falta de liberalización retrasan el desarrollo”.

Según Federico Lledó “la economía latinoamericana lleva un período de crecimiento y estabilidad, pero hay países donde el riesgo es importante”. El ejemplo es Argentina, que venía con récords de turismo emisivo pero a partir del proceso de devaluación -que comenzó en mayo y tuvo su pico en septiembre- contrajo el volumen de pasajeros en vuelos internacionales.

Y por otra parte, el peligro está en que “el crecimiento de nuevas aerolíneas sea desmesurado y al final muchas quiebren”, sobre todo si aparecen aerolíneas fuertes que pueden estar en el mercado perdiendo durante un tiempo.

¿Por qué juntarse?

En ese convencimiento de que “subsistir en la soledad no puede ser a largo plazo”, Summerwind –que se define como socia estratégica de compañía en aéreas comerciales claves- está desarrollando un proyecto llamado ALAS (Asociación de Aerolíneas Latinoamericanas), que apunta a integrar a las independientes para unificar criterios y trabajar en un plan de hubs, conexiones, acuerdos interlineales y pasajeros frecuentes. La idea es “hacer una gran compañía de muchas compañías” y de esa forma “salir a buscar nuevos mercados”.

La razón radica en que Latinoamérica “es un mercado que aún tiene que madurar”. La penetración de compañías con respaldo financiero y experiencia en otras regiones, producirá la transformación, y quienes no estén a la altura quedarán afuera.

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