Un post de Ester Mascaró

Transporte aéreo: vamos a peor

La "experiencia low cost" se impone

Publicada 12/06/12 -Actualizada 14/09/18 09:33h
Transporte aéreo: vamos a peor

Ester Mascaró plantea en este post cómo algunas compañías aéreas están bajando los estándares de servicio, cómo la filosofía de las low cost está triunfando y cómo el bombardeo publicitario y comercial a los pasajeros está llegando a niveles impensables hace tan solo unos años.

Queridas aerolíneas:

Intento ser buena persona, pago mis impuestos, digo buenos días y gracias, pago mis billetes de avión. Saludo a la azafata al entrar, digo "no, gracias" si no me apetece la toallita húmeda, intento no molestar, ni hacer ruido, ni hablar demasiado alto, ni inmutarme cuando el avión rebota sobre la pista al aterrizar...

¿Por qué, entonces, ese maltrato?

Leo en HOSTELTUR noticias turismo que airBaltic ha lanzado un sistema que permite al pasajero sentarse al lado de otros pasajeros con los que comparta "intereses y disposición de ánimo" (SeatBuddy: ¿Qué pasajero quieres que vuele a tu lado?). Bien, quizá sea un avance que en lugar de darte la paliza el primero que se sienta a tu lado, o la megafonía del avión, te la dé alguien a quien de alguna forma, has autorizado para ello. Pero no me digáis que el transporte aéreo no se está poniendo prometedor...

Los vuelos de Iberia Express ("Iberia, Iberia... Tu quoque fili?", como diría Julio César..., cuánto echamos de menos esa "Iberia, líneas aéreas de España"...) se realizan en autobuses de urbanización playera a los que se les han adjuntado unas alas. ¿Habéis probado los asientos? Delgados, duros, de plástico recubierto con una telita, con reposabrazos diminutos, sin espacio para leer un periódico, ni para pasar apenas...

Sé que un día los gordos del mundo acabarán pagando sobrepeso y tendrán que comprar dos butacas, porque simplemente no van a caber... En algún lugar del mundo se fabrican moldes mentales y moldes físicos donde quieren que todos encajemos sin rechistar...

El bombardeo publicitario en los vuelos es también inaguantable. Ya no basta con que de frente, lateralmente, por sorpresa, encima o en el posavasos (Márketing por saturación) Iberia te golpee con anuncios promocionales de cualquier comunidad autónoma. Ahora encima te ponen cuñas como en la radio!! O sea, que no te dejan en calma ni uno solo de tus sentidos, que ninguna entrada a tu cerebro quede sin basura publicitaria... y no es que la azafata lea una hojita sobre las virtudes de Extremadura antes de despegar, que ya carga, sino que te van soltando cuñas a lo largo del vuelo.

Y no hablamos de Ryanair (Cómo está el servicio... aéreo!), cuyos vuelos son una insoportable teletienda. El respeto por el cliente es nulo, y la tripulación,compinchada con el Maligno, se aprovecha de que te tiene atado a la butaca y no puedes salir corriendo para venderte desde cigarrillos que no producen humo a una manta eléctrica y unos tupperwares (esto último llegará, creedme). Esta aerolínea es el ejemplo vivo de que todo esto puede incluso ir a peor.

Y no tendría por qué ser así. Ayer regresé a Palma desde Barcelona con airberlin. Esta compañía demuestra que volar puede seguir siendo una experiencia agradable, que no necesariamente hay que torturar a tu cliente, que el servicio es importante y que también el espacio lo es. Cruzo los dedos para que no cabien de filosofía y no se arrojen en brazos del "todo vale". No he volado con Helitt ni con Volotea, pero espero sinceramente que tengan claro cuál es el lado luminoso de la Fuerza, por el bien de sus clientes y por su propio bien...

Puedo aguantar que unas personas de Vueling, con las que jamás he comido, me llamen de "tú" como si fuésemos colegas. Puedo aguantar que ahora Iberia (Express) para pagar menos tasas aeroportuarias, aparque sus aviones en la otra punta del descampado y tengas que caminar 25 minutos para llegar a la puerta de embarque. Puedo aguantar que una porquería de sandwich prefabricado y plastificado valga 7 euros. Puedo incluso admitir que tenga que colocar el puñetero bolsito debajo del asiento, o que me asen de calor o me congelen de frío a capricho de algún sádico mecanismo que desconozco... pero por favor...,que NADIE me diga nada, que no me den conversación, que no me pongan cuñas publicitarias! Que no se aprovechen de mi...

Y que no me sienten al lado de alguien con ganas de explicarme su vida (rezo para que jamás permitan utilizar el móvil en el avión)... o sea, que si vuelo alguna vez con airBaltic, elegiré al hombre invisible para la butaca de al lado (a no ser que George Clooney haya reservado el mismo vuelo). No-quie-ro-vi-da-so-cial-en-el-a-vión, córcholis!

El transporte aéreo se está convirtiendo en una afrenta constante al cliente. Y esto irá a más, preveo que llegaremos a ir de pie, que nos cobrarán el papel higiénico, que pagaremos sobrepeso si excedemos el índice de masa corporal (sobre esto, lean el comentario de mi compañera Diana Ramón en este post de la Comunidad Hosteltur), que permitirán el uso del móvil en vuelo y nos pondrán pantallas publicitarias como en el metro y no tendremos ni un segundo de paz... y que los billetes seguirán subiendo con la excusa del carburante, las tasas, o cualquier otra que convenga.

Y mientras tanto, nadie nos va a defender. Porque si las aerolíneas se han dado cuenta de que pueden cobrarnos mucho a cambio de maltratarnos y de ofrecer un servicio mediocre o directamente malo, ¿para qué van a darlo bueno? Es evidente que la experiencia del cliente a muchas de ellas les importa un pimiento.

Yo sólo quiero que me dejen en paz.

Para comentar, así como para ver ciertos contenidos de Hosteltur, inicia sesión o crea tu cuenta

Inicia sesión
Comentarios 0

Esta noticia no tiene comentarios.