Y TU, SOLO TIENES UN BUEN PUESTO O ERES PROFESIONAL?
21 diciembre, 2009 (07:00:12)Al empezar a escribir este post me he planteado si meterlo como anécdotas turísitcas, en el grupo que tan buenos ratos me ha dado, pero he decidido no hacerlo porque creo que es como quitarle importancia a la comparativa que os voy a presentar, y en donde se puede comprobar que los profesionales y los amateurs, se diferencian no tanto en el puesto que ocupan en un escalafón; como en la forma de llevar a cabo su responsabilidad, y sobre todo en como destaca la profesionalidad de cada cual.
En un sector como el turístico donde muchas veces los egos chocan como trenes, y donde todos nos dedicamos al servicio, el tema del puesto, el escalafón antes citado, y el medrar es algo que desde mi punto de vista está sobrevalorado. No siempre el puesto que se ocupa va en proporción a la capacidad que se necesita para dicho puesto. Y todos hemos sido capaces de verlo y vivirlo.
Este fin de semana yo he vivido una experiencia que quiero comparar con otra que viví hace unos años. Para mí ambos son unos grandísimos ejemplos de gestión de negocios, de profesionalidad y de como tratar la reputación off line, -aunque en este caso, terminen en on line-, y sobre todo una demostración de como, para ser un buen profesional, lo único que cuenta es la capacidad que tenemos cada uno para sacar adelante nuestro trabajo lo mejor que se pueda hacer:
CASO 1 O COMO TRATAR A PATADAS A UNOS CLIENTES
El pasado viernés hicimos una cenita muchos de los compañeros que componemos HOSTELTUR. Lo típico en estas fiestas, donde te preocupa mucho menos lo que comes que la compañía que tienes.
Elegimos un restaurante del que nos habían hablado francamente bien LOS PICOS DE EUROPA, en el centro de Palma. Lugar en el que recibimos un servicio penoso, una comida más penosa todavía y un trato mezquino al presentarnos una cuenta a mano, en un papel como refleja la foto.
Al solicitar amablemente la cuenta, nos pretendían cambiar el precio pactado de antemano.
Lo peor de todo era que la responsable de la gestión del lío y de los insultos era la misma propietaria del establecimiento. Aunque nunca se identifico como tal, para poder hacer responsables a otros de la solución del malentendido.Verdaderamente penoso para su profesionalidad, y para su marca.
-CASO 2 O COMO HACER DE LA NECESIDAD VIRTUD-
Hace unos años, en un viaje que hice a Cuba, descubrí que muchas de las camareras de habitación eran estudiantes universitarias. Estudiantes universitarias que estaban preparándose para dedicarse a ser camareras de habitaciones. Durante el ciclo de formación, no solo no cobraban por su trabajo, (totalmente profesional, para nada en prácticas), sino que además tenían que devolver el 50% de las propinas que recibían a los responsables de su trabajo, para repartirlas según su criterio.
La cuestión es que en una conversación con una de aquellas chicas recibí una de las mayores lecciones de profesionalidad que he tenido en mi vida. Y es que en un momento dado ante mi extrañeza por el hecho de estudiar una carrera para llevar a cabo un trabajo tan duro y tan mal pagado, ella me contestó que la razón que tenía era que "yo soy el nexo entre el cliente y su casa. Es indiferente el servicio que reciba el cliente en recepción, o en el bar, pero si cuando entra en su habitación, el se siente como en su casa, -a pesar de encontrarse a miles de kilometros de ella-, la responsable de eso soy yo. Y esa es la razón por la que me levanto todos los días para venir a trabajar".
Reconozco que con el paso del tiempo, está lección de humildad y profesionalidad ha venido a mi mente en muchas ocasiones, cuando he tratado con personas con puestos muy bien pagados, mejor considerados, y que en ellos había personas que se comportaban como amateurs caprichosos.... o como dueñas de restaruantes tan encantadas de conocerse, que no le importe tratar a patadas a sus clientes.
La profesionalidad, es mí parecer, no va en el cargo, va en la actitud, en la forma de ejercer tu responsabilidad. La gestión de una empresa, de una marca, grande o pequeña, pasa por cada uno de los puestos que la componen. Da igual quien falle, el mensajero o el director general, porque con solo uno de ellos que no cumplan con su parte, es suficiente para tirar por la borda todo el trabajo hecho por el equipo. Y son muchas las veces que esto se nos olvida.
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