Visión algebraica de la relación empresa-trabajador
23 marzo, 2012 (12:32:54)Visión algebraica de la relación empresa-trabajador
En algunos post y comentarios publicados tanto en mi blog de esta Comunidad como en el de Directores de Hotel, he tratado de diferenciar entre costes y gastos, ver Costes vs. Gastos, nuevo paradigma de la Explotación Hotelera publicado el 1 de Febrero de 2012, cuyo contenido se amplía en Costes vs. Gastos, en personal, su formación y la elección de directivos, publicado el 5 de marzo de 2012, en este último, enfocada esa diferenciación al área de personal, post a los que hago referencia por lo que pueden tener de relación con la preocupación que expresa Juan Antonio en el que publica el 20 de marzo.
En el post de Juan Antonio al que se hace referencia en el párrafo anterior, ya su título Me preocupa ese binomio empresa - trabajador o como la reforma laboral afecta a las organizaciones, me transmite el sentimiento de que no existe en el Management Empresarial actual, una visión clara de la importancia del personal dentro de la empresa, ya que si bien es cierto que existe mucha preocupación aparente, en cuanto se refiere a todo lo relacionado con los RECURSOS HUMANOS en la gestión empresarial, dicha preocupación no pasa, de forma seria, del campo de la teoría al de la práctica.
La aseveración anterior, por lo que respecta a nuestro país, puede quedar patente por la necesidad, NO DEMOSTRADA, de una reforma laboral que abarata y facilita el despido del trabajador, para que las empresas puedan hacer frente a situaciones derivadas de su incapacidad gestora o de los errores de directivos con más títulos y ego que conocimientos y la necesaria capacidad de adaptación y anticipación que todo gestor debiera tener y potenciar a lo largo de toda su vida activa, valga la aseveración anterior unida a mi expresión de máximo respeto y admiración por todos aquellos empresarios y directivos empresariales que han sabido tener en consideración la importancia que tienen sus trabajadores en los resultados de la empresa, ofreciéndoles estabilidad, seguridad y un salario acorde a su productividad, porque han sabido pagarles por el trabajo que realizan, y no, como frecuentemente sucede, por permanecer un determinado horario en el puesto de trabajo sin control alguno de su productividad.
Como dice Juan Antonio en su post, no se trata de hacer ningún alegato político, porque siempre he sentido que cuanto más lejanos se mantengan los políticos, de la economía, más segura estará la posibilidad de recuperación económica de cualquier país, si se exigen responsabilidades y se sancionan todos los comportamientos irregulares de políticos, empresarios, funcionarios y trabajadores de cualquier nivel, sin trampas en el juego de poderes, ni prácticas tuitivas sobre las actuaciones de cualquiera de las partes, innecesarias, si todos fuesen iguales ante la ley, y ésta no escondiese interpretaciones viciadas, o en su uso, el significado de las palabras no fuese retorcido, para permitir que pueda interpretarse lo que se quiera decir, en sentido contrario a lo que se dice.
Cuando se expresa preocupación por el binomio empresa – trabajador (e - t), pienso que esa preocupación se debe al pensamiento de como ese binomio puede afectar a los resultados (r), lo que hace posible que nos estemos acercando mucho a la realidad que encontramos en la mayoría de empresas de nuestro país y del mundo, siendo esa realidad, uno de los puntos débiles, en los que la falta de análisis, y sobre todo la falta de aplicación al terreno de la práctica, de lo que ya se conoce en el terreno de la teoría, nos lleve a las cíclicas crisis de la economía de muchos países.
Cuando hablamos de binomio empresa – trabajador (e – t = r), estamos entrando en el terreno del algebra, separando los dos términos de dicho binomio por un signo + o -, que según sea aplicado, nos ofrecerá distintos resultados. Cuando se escribe tal y como aparece en el post de Juan Antonio y en la redacción de éste, si lo vemos como fórmula algebraica, estamos dando valor positivo al término empresa (e) y negativo al término trabajador (t), desgraciadamente visión bastante común en parte del empresariado, que conduce a reducir el potencial de rentabilidad de ambos términos del binomio, ofreciendonos un resultado en el que el valor del término empresa queda reducido por el valor del término trabajador, sin entrar siquiera en una valoración cuantitativa de lo que cada uno de los términos pueda representar, ya que en muchos casos podremos encontrarnos con valoraciones en los que el valor de cada uno de los términos puede ser muy distinto, tanto en su valor intrínseco, como por el signo que les pueda ser aplicado en base a lo que representan o aportan a los resultados empresariales, pudiendo encontrarnos con empresas en las que la aportación de cada uno de los términos pueda ser muy diferente, tanto en valores positivos como negativos en cualquiera de sus términos, aumentando o reduciendo el resultado.
Es quizá por el razonamiento que se puede desprender de la influencia del concepto binomio, que siempre haya preferido ver la relación empresa trabajador, bajo una perspectiva algebraica, en la que esa relación está representada por un polinomio en el que todos los monomios que lo constituyen tienen dos variables (et) correspondientes a empresa y trabajador, que nos van a permitir encontrar el valor que pueda corresponder a cada una de ellas, tanto por el coeficiente como por el grado que les corresponda en razón de su aportación en cada área o unidad de negocio, que constituyen un polinomio en el que los valores (coeficiente y grado) de cada una de las variables de los monomios que lo constituyen, se potencian entre sí, por el efecto de sinergia que pueden producir sobre el resultado.
La visión algebraica de la relación empresa trabajador, en la que se supera la perspectiva matemática de sumas y restas, para añadirle los valores de coeficiente y grado a las distintas variables, nos permite ampliar el campo de acción sobre los resultados de la empresa al incluir en los cálculos diferentes coeficientes, según sea el valor que cada una de las variables aporte a las diferentes áreas de negocio, y de la potenciación que en las mismas, se genere por el efecto de sinergia que se pueda producir en cada una de ellas.
Si bien no todo son números, en la gestión de cualquier empresa, y con más incidencia, si cabe, en las de servicios, en las que en todo momento deben mantenerse éstos, dentro de una visión de atención al cliente que garantice poder dar satisfacción a las mejores expectativas del mismo, la visión desde una perspectiva algebraica puede permitirnos captar muchos más matices de la gestión, de las que podamos encontrar en una simple visión de sumas y restas.
Sumar, restar, multiplicar, dividir, potenciar, anticiparse, ofrecer satisfacción, generar sinergias son solo algunos de los múltiples retos que el gestor tiene por delante, para el logro de los objetivos económicos, en los que la valoración y uso que se haga del personal de la empresa, influye sobre todos y cada uno de esos retos, afectando en consecuencia a los resultados que puedan obtenerse, y de cuyo signo negativo, en ningún caso puede responsabilizarse a los trabajadores, que normalmente solo hacen lo que les mandan, y en el peor de los casos lo que les permiten, en ambos casos responsabilidad directa de los directivos y subsidiariamente de la empresa.
Iniciaba este post con referencia a otros en los que he intentado diferenciar entre los conceptos Costes y Gastos, por la importancia que considero tienen esos conceptos en la relación empresa trabajador, cuando se considera al trabajador como un gasto, en muchos casos, prescindible, en lugar de cómo el coste que es necesario invertir, para el logro de los objetivos de rentabilidad de la empresa, con la peculiaridad de que es una inversión cuyo ROI debe ser inmediato, por medio de la productividad que genera en cada momento, y cuyo coste es creciente a lo largo de la vida de la empresa, al contrario de lo que sucede con la mayor parte de las inversiones en activo material, cuya amortización puede alargarse en el tiempo, e irse reduciendo en el transcurso del mismo, matiz cuya importancia no se tiene suficientemente en cuenta, por parte de muchos gestores a la hora de valorar al personal como gasto, en lugar de cómo el coste de la inversión más crítica de su empresa.
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