Un marketing de narices
17 octubre, 2009 (21:36:49)Según un estudio realizado por la Universidad de Rockefeller, somos capaces de recordar el 35% de lo que olemos (hasta 10 000 aromas distintos), el 5% de lo que vemos , el 2% de lo que oímos, y el 1% de lo que palpamos (Rebollo 2008). El sentido del olfato, ligado a la memoria y a los sentimientos, es el más importante de todos y es extremadamente poderoso.
El marketing olfactivo ha sido aplicado por primera vez por la factoría Disney en sus parques temáticos. Utilizaba el olor a palomitas y golosinas para incitar a los visitantes a consumir, o el de pólvora o goma para dar más realismo a sus espectáculos de acción (Rebollo 2008)
En España, hay diferentes empresas que utilizan el marketing olfativo como estrategia. Los ejemplos que más me han atraído la atención son: la Cruz Roja y el Partido Socialista de Cataluña.
La introducción de aromas en un ambiente comercial tiene las siguientes ventajas para los clientes:
- permanecen más tiempo en el establecimiento
- tienen una experiencia agradable
- estan seguros de volver
- perciben los productos de manera positiva e influye en sus decisiones de compra
- si el aroma es único, asociarán el mismo con el establecimiento cuando lo vuelvan a oler.
Sin embargo lo más interesante me parece su utilización al nivel laboral. La introducción del aroma en el medio laboral tiene las siguientes ventajas:
- aumenta la atención de los trabajadores
- mejora su concentración mental
- aumenta la productividad de los empleados
- reduce la ansiedad, la fatiga y el estrés
En pruebas realizadas en el ambiente laboral de una empresa, se ha llegado a la conclusión que al aromatizar el ambiente, los errores de los empleados se reducían en un 21% y aumentaban la productividad en un 14%
Esta claro que cada espacio, objeto tiene su propio olor. Por lo tanto, me parece importante que las empresas turísticas intenten controlar el olor para que sea agradable ya que se venden experiencias y sensaciones. Pero como pasa en casi todo en esta vida, cada ser humano tiene sus propios gustos. Y esto pasa también con los olores: lo que gusta a unos no gusta a otros y viceversa. Entonces mi pregunta es ¿Es posible encontrar un aroma que guste a cada uno de nuestros clientes?
Muchos restaurantes huelen en función de la comida que se cocina en sus cocinas. Algunos hoteles impregnen perfume en la almohada. ¿Pero cuál sería el modo más eficaz de introducir el aroma en el espacio de la empresa turística?
Estas son las preguntas que me surgen cuando pienso en el marketing olfativo.
Si alguien tiene alguna experiencia con este tipo de estrategias le animo que nos la cuente :).
Saludos
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