Turismo en Googleland
4 noviembre, 2010 (08:38:10)Recientemente reflexionaba sobre cómo va a cambiar la industria turística en los próximos años. Entrevemos ya muchos cambios, y quizás si miramos diez años atrás nos demos cuenta de cómo ha variado nuestro sector con el acceso masivo a Internet. Cambios en la forma de comprar, disfrutar, exigir, pagar, etc. Se me ocurrió entonces que podía tratar de plasmar en un simple post la forma en la que consumiremos ocio y turismo en ¿diez años? Ciertamente es un ejercicio ambicioso y arriesgado, pero divertido a la vez.
(La elaboración de este post, que no la idea primigenia, ha coincidido en el tiempo con la celebración de las jornadas del ITH sobre La influencia de la tecnología en los siete procesos del viaje. Puedo prometer y prometo que todavía no he asistido a ninguna de las cuatro sesiones y que si algo de lo que a continuación escribo es similar a los contenidos de la jornada es pura coincidencia.)
Aprovechando el proceso de consumo turístico, que tan bien ha interpretado la gente de MINUBE, trataré de incorporar algunas innovaciones o nuevas prácticas que pueden revolucionar (o no) la forma de entender el viaje:
1. INSPIRACIÓN y PLANIFICACIÓN
¿Cuáles son nuestras principales fuentes de inspiración? Hay algunas que nos influyen conscientemente y otras muchas que lo hacen de manera inconsciente. Es evidente que las opiniones, sugerencias o recomendaciones de amistades y familiares tienen una influencia real. A esto debemos añadirle las recomendaciones y opiniones de personas desconocidas a las que damos credibilidad por estar incorporadas a canales formales e informales de información sobre turismo: foros, comparadores, redes sociales, entradas de blogs, etc. ¿Cuáles de ellas tiene más peso? Entiendo que dependerá de nuestra propia capacidad de separar el grano de la paja.
¿En qué forma puede variar la forma de inspirarnos? Pues aquí creo que Google jugará un papel fundamental. Los chicos de Mountain View saben todo sobre nosotros, o al menos sobre una gran cantidad de gente. En “mi” futuro, Google me dirá qué destinos son los que debo visitar. A partir de los sitios web que visito, de lo que tecleo en Gmail, Twitter o Facebook, de dónde son mis amigos y amigos, qué libros y discos compro, qué películas veo…Google sabe ya casi todo de nosotros así que ¿por qué no interpretar nuestros gustos en clave de ocio y turismo? Yo estaría encantado de que Google me propusiera nuevos destinos, por supuesto con su parte correspondiente de publicidad pagada…Esta información llegaría a mi correo electrónico en la época en la que Google sabe que estaré pensando en viajar. ¿Cómo? Sabe de dónde soy, qué días son fiesta en mi país, en mi Comunidad Autónoma, en mi ciudad e incluso puede saber cuándo tengo costumbre de viajar y dónde. Al fin y al cabo, toda la información está ahí fuera.
Para planificar nuestro viaje, en un futuro utópico, nos regiremos por nuestro volumen de trabajo y poco más, dado que podremos fragmentar totalmente nuestras vacaciones e incluso las vacaciones escolares serán más “a la carta” siguiendo el modelo francés o alemán. Ese modelo de calendario laboral y escolar permitirá combatir el virus de la estacionalidad, permitiendo que las empresas turísticas sean más sostenibles económicamente y puedan reinvertirse con mayores garantías los beneficios.
A la planificación también ayudará que la información relevante sobre los destinos estará más disponible que nunca. Todos los destinos dispondrán en sus sitios web calendarios actualizados con toda la información sobre eventos, exposiciones, etc. que podrá ser traspasable a nuestro propio calendario en la nube, pudiendo cruzar así los eventos más interesantes con nuestras citas profesionales y personales.
Como elemento diferencial a la situación actual, creo que cobrarán mucha más relevancia los valores de sostenibilidad y responsabilidad social en la elección de los destinos. La intermediación turística apunta ya en esa dirección en mercados socialmente más “evolucionados” que el nuestro. Así, los destinos percibidos como menos sostenibles ambientalmente, menos auténticos o con trazas de explotación serán menos competitivos y saldrán del portafolio de los grandes operadores.
2. COMPARAR Y RESERVAR
En estos momentos el paso de la reserva varía mucho en función de cuán competentes seamos en la búsqueda de información en Internet. Cuanto menos lo seamos, más deberemos “tirar” de canales offline. Agencias de viaje, amigos, familiares, periódicos, revistas, ferias especializadas…
En el futuro que entreveo, buena parte de las reservas se realizarán...a través de Facebook. Las redes sociales habrán dado el paso de ser meros receptáculos de conversación a ser auténticos canales transaccionales. Facebook integrará a todos los comparadores, OTA’s y proveedores, que lucharán por resultar relevantes en ese nuevo marketplace. Además los destinos tendrán sitios web de promoción turística optimizados para Facebook y casi todos permitirán también la reserva de paquetes con motores de búsqueda propios. Se hará necesaria la colaboración público-privada y eso generará más proyectos de comercialización paquetizada que llevarán el marchamo de calidad o la garantía de ir vinculado al ente de gestión y promoción turística del destino.
Las agencias de viaje tal y como las conocemos actualmente, proseguirán con un proceso de concentración y superespecialización. Seguirán jugando su papel, seguirán siendo importantes. Los nativos digitales comienzan ya a ser consumidores, son los viajeros del presente y del futuro. Saben cómo llegar a la información y no necesitan intermediarios. Eso puede no aplicar a aquellos segmentos que deseen un servicio muy especializado, un asesoramiento específico sobre un destino, una actividad, un periodo del año…las agencias generalistas lucharán por un pastel que va menguando y que además será casi imposible de fidelizar. Del location, location, location al Price, Price, Price.
También seguirán creciendo los servicios DMC, que facilitarán el consumo del destino. Es la profesionalización de las oficinas de turismo. Esto tendrá además relevancia puesto que preveo un incremento del turista “anárquico”. Personas que se moverán por los macrodestinos sin reserva, llegarán a nuestras ciudades y destinos sin inspiración, comparación, planificación ni reserva. Una vez en el destino tratarán de proveerse de los servicios que precisan.
La próxima semana continúo con el viaje…etapa del proceso que creo va a cambiar de una manera más radical.
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