Cinco heridas abiertas
26 noviembre, 2018 (13:21:14)Acabamos de vivir, probablemente, uno de los episodios más nefastos de la historia moderna de Menorca. Un apagón monumental de dos días y medio en Ciutadella, Ferreries, Es Mercadal, Es Migjorn Gran y Alaior que afectó a 38.228 clientes y que supuso la paralización de prácticamente media isla. Quizás debería ser momento para agradecer el esfuerzo realizado en recuperar la normalidad y la implicación de las administraciones en querer paliar un problema de nefastas consecuencias para todos. Pero, por desgracia, fueron cincuenta y cinco horas sin suministro eléctrico que devinieron eternas y que para la Asociación Hotelera de Menorca, han dejado demasiadas heridas abiertas.
La primera, la incógnita de no saber si este episodio negro puede volver a repetirse en cualquier otro momento de aquí a 2020. Esta es la fecha en la que debería estar solucionada la rotura del enlace eléctrico aunque un Consejo de Ministros lo haya considerado ahora urgente, tras comprobar que existen ciudadanos de primera y de segunda.
La segunda, la incertidumbre generada el primer día del apagón cuando a las 10 de la mañana, la información facilitada hablaba de dos horas como mucho para recuperar la normalidad, que se fueron prorrogando cada dos horas hasta que a las 6 de la tarde, se confirmaba la magnitud del problema. De saberlo antes, hubiéramos puesto nuestros planes de emergencia propios para mitigar la situación.
La tercera, la desconfianza en el plan de contingencia que sobre el papel debía servir para tener cubiertas todas las necesidades de los ciudadanos pero como pudimos comprobar, no fue de utilidad. En el mes de julio, cuando las entidades económicas nos reunimos con la Ministra Ribera en Es Mercadal, la administración no contemplaba ni como hipotética, una situación como la vivida. Visto lo visto, esperemos que nadie dude que falta un plan nuevo.
La cuarta es la falta de sensibilidad por parte de la administración pública local e insular en saber como estaban viviendo los hoteles esta dura jornada, con más de mil turistas alojados sin luz ni agua, en algunos casos. Al fin y al cabo, los empresarios hoteleros somos también personas, ciudadanos a los que nos gustaría también haber notado su aliento por un problema que nos afectaba a todos por igual. Para alguna corporación municipal fue como si no existiéramos, como si en la urbanización en la que estaba el hotel, no pasase nada. De hecho, tampoco llegaron los generadores a las urbanizaciones turísticas.
La quinta, la preocupación por la triste imagen proyectada a consecuencia del apagón, en la que ha quedado tocado uno de nuestros intangibles más preciados, la seguridad en el destino, y en la que es imprescindible llevar a cabo un plan de promoción del que no se ha dicho nada. Por cierto, tampoco hubo ninguna palabra pública para todos aquellos turistas que venían a vivir un sueño y casi se encontraron con una pesadilla, sino llega a ser por la movilización y la buena disposición de nuestros empresarios para hacer frente a la adversidad con una sonrisa.
Es momento, pues de empezar a curar estas heridas abiertas y saber que no nos podemos permitir más situaciones de esta índole, solicitando encarecidamente un ejercicio de responsabilidad de todos los actores implicados, de humildad ante una situación que podía pasar pero que todos negaban a la mayor, de una mejor coordinación de información y acción, y sobretodo, de una mayor empatía para entender que el futuro se construye en el presente.
ASOCIACIÓN HOTELERA DE MENORCA
NOVIEMBRE 2018
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