Los hoteles de Benidorm llegan al 90% de ocupación en Julio

Un verano bastante mejor de lo previsto para el turismo de la Costa Blanca pese a haber estado precedido de los peores augurios. Los hoteles de Benidorm han iniciado sus meses más fuertes del año con una previsión de ocupación del 87,5 por ciento para los primeros quince días de julio, lo que significa que los establecimientos tienen ya contratadas casi 9 de cada 10 camas para este periodo. Y la estimación apunta a que la cifra aún mejorará de cara a la segunda quincena. Así se recoge en la estadística publicada ayer por la patronal hotelera Hosbec, según la cual los hoteles de la capital turística de la provincia prácticamente se encuentran en los mismos niveles del pasado 2018, un año espectacular para el sector y en el que se volvieron a reeditar datos que no se registraban desde hacía más de una década.

Además de las previsiones de julio, la estadística de junio también ha servido para llenar de optimismo a los hoteleros. Durante el pasado mes, los establecimientos turísticos de Benidorm alcanzaron una ocupación media del 89,6 por ciento, un dato muy similar a la ocupación registrada en el mismo período de 2018, ya que tan sólo supone una disminución de 0,4 puntos. Con estas cifras, a los empresarios no les ha quedado otra querevisar las previsiones que manejaban hace unos meses y que apuntaban una severa caída de turistas por la recuperación de destinos competidores, como Turquía o Egipto, y en menor medida por el efecto del Brexit.

«Las previsiones que se manejaban indicaban que podríamos estar entre dos y tres puntos por debajo del pasado año», recordó ayer el presidente de los hoteleros, Antonio Mayor, para, a continuación, tildar de «excelente» la forma en la que se está viviendo el arranque de la temporada: «Terminar un mes de junio con sólo cuatro décimas por debajo del pasado año es un buen resultado y si además se consigue con un buen comportamiento de otros mercados internacionales, la valoración no puede ser otra que casi excelente».

Los hoteles de Benidorm han rozado ya el 90% de ocupación en junio, con sólo una caída de 0,4 puntos con respecto a los datos de 2018La recuperación del mercado británico, la fidelidad de los españoles y el empuje de Portugal tienen mucho que ver en estos datos. El fuerte debate que se vive en Reino Unido con el Brexit como telón de fondo y las amenazas que se ciernen sobre la posible salida de este país de la UE siguen sin hacer mella en Benidorm como destino favorito para una buena parte de súbditos de Isabel II. Como ejemplo, basta con comprobar cómo evolucionó este mercado en junio. Los clientes británicos se situaron de nuevo como el principal mercado emisor de turistas hacia la capital turística de la Costa Blanca, representando un 43% de la cuota de mercado en este periodo, por delante del turismo español, que acaparó el 41,9 por ciento de las plazas.

Los nacionales también representaron un nicho muy importante de la demanda y la previsión es que sigan ganando terreno conforme avanza el verano, sobre todo en los meses de agosto y septiembre, en los que el mercado interno vive uno de sus mejores momentos del año en Benidorm.

Los hoteles de 3 estrellas fueron los que más plazas llenaron en junio: un 91,2%, seguidos de los de 4 y los de 2La tercera posición en importancia fue para los turistas procedentes de Portugal. El país vecino aportó un 3,54 por ciento del total de turistas en junio, lo que demuestra que se trata de un mercado que cada vez gana más peso durante los meses estivales gracias, entre otras acciones, a la consolidación de los vuelos directos que operan desde el aeropuerto de El Altet y que han acortado enormemente el trayecto, en algunos casos de más de diez horas en autobús, para los lusos que eligen Benidorm para sus vacaciones. «Desde hace muchos años, queremos consolidar Portugal y poco a poco todo el trabajo promocional que se hace va recogiendo sus frutos», destacó ayer el presidente de Hosbec, quien además de los vuelos directos también destacó la acción promocional llevada a cabo el pasado mayo en Portugal por Turisme Comunitat Valenciana, Visit Benidorm y Costa Blanca: «Son actuaciones muy importantes que deben programarse de forma repetida. No sólo es un importante evento de coordinación institucional y promocional, que se lo juega todo a una carta de tarot como aquí, sino que se traduce inmediatamente en mejora de ventas y en reactivación de la demanda», afirmó Mayor.¿Y SI HAY BREXIT DURO?A pesar de que hasta el momento las posibles consecuencias del Brexit apenas se están dejando notar, los hoteleros quieren evitar que un hipotético descenso de británicos por un supuesto Brexit duro en 2020 pudiera pillarles con el paso cambiado. Por eso, la patronal ya se han fijado deberes para trabajar de cara a lo que resta de 2019. Entre los «objetivos prioritarios» que se ha marcado Hosbec destaca un refuerzo del trabajo de campo para consolidar mercados de proximidad como Portugal, Francia e Italia, además del mercado nacional, casi tan o igual de importante que el británico para Benidorm.

Mientras que los buenos datos registrados en el arranque de la temporada alta van a llevar a los empresarios turísticos de la Costa Blanca a actualizar la previsión inicial para este verano, el sector sigue sin poder augurar qué ocurrirá de cara a los meses de invierno. Principalmente, por la parálisis en la que se encuentra la adjudicación del nuevo contrato del Imserso, el Plan de Vacaciones Sociales para mayores que subvenciona el Gobierno central y que mueve cerca de un millón de paquetes vacacionales en temporada baja, unos 180.000 en la Costa Blanca. «Seguimos a la espera de ver qué ocurre para decidir cuál será el siguiente paso», indicaron ayer fuentes de Hosbec, que están esperando a que el Ministerio mueva ficha desde que el Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales (TACRC) anulara hace dos semanas el recurso presentado por las principales asociaciones turísticas del país contra los pliegos de la nueva adjudicación. Los hoteles insisten en que las tarifas fijadas por el Gobierno les obligan a trabajar en pérdidas y, en el caso de que la empresa adjudicataria no las mejore, algunos se plantean, incluso, no entrar en el programa para no tener que plegarse a sus exigencias.