El turismo español exige actuación inmediata
15 abril, 2020 (03:34:28)Cabe hacer una descripción realista de la situación presente del turismo español basada en datos objetivos:
· La actividad turística está reducida a cero. Las líneas aéreas han dejado en tierra sus aviones. Los cruceros están amarrados en sus puertos y trenes y autobuses apenas tienen movimiento. Los hoteles y restaurantes están cerrados y los operadores y agencias han paralizado sus ventas.
· Las perspectivas para la temporada de verano son muy negativas. La Presidenta de la Comisión Europea ha aconsejado no hacer reservas para las vacaciones veraniegas. La Ministra de Industria, Comercio y Turismo ha advertido, acertadamente, que el sector turístico ha sido el primer afectado y será el último en recuperarse.
· La demanda en nuestros principales mercados emisores se verá afectada por dos factores: la evolución de la pandemia y la disponibilidad financiera de los potenciales viajeros en el marco de una recesión económica sin precedentes desde la Gran Depresión.
· Respecto a la evolución de la pandemia, algunos países europeos empiezan a levantar las restricciones de movimientos, pero este movimiento dependerá de la respuesta en términos de nuevos contagios y será, en todo caso, lento y sometido a todas cautelas. La población tratará de limitar sus viajes, favoreciendo los destinos locales y próximos.
· En cuanto a la reactivación de la demanda de viajes, en España y en Italia se habla del turismo de proximidad, por la razón que se acaba de apuntar. Sin embargo, el FMI prevé una caída del 9% y del 8% del PIB, respectivamente, de ambos países, lo que significará una gran contracción de la demanda de vacaciones. A ello se une la posibilidad en España de que para salvar el año escolar, el período lectivo se reanude en verano.
Los efectos de esta paralización del sector turístico para la economía española van a ser catastróficos. El FMI prevé para este año, como antes se ha indicado, una caída del 8% en el PIB y llegar a más del 20% de desempleo. En el contexto de estos datos es conveniente recordar que el turismo representa el 12,3% del PIB, el 13% del empleo, y realiza una aportación fundamental a la balanza de pagos (70.000 millones € en 2018). Además los efectos indirectos e inducidos de la actividad turística en los otros sectores de la economía duplican su aportación al PIB nacional (97.000 millones € en 2018).
A pesar de que estos datos del turismo español eran conocidos y ampliamente difundidos por las organizaciones turísticas como la Mesa del Turismo y EXCELTUR, no ha existido hasta ahora un reconocimiento general de que el sector turístico es fundamental en la economía y en el bienestar de la sociedad española. Sin embargo, ahora tanto Organismos internacionales como el Banco Central Europeo, la OCDE, como las instituciones españoles como la CEOE, e incluso los medios de comunicación coinciden en expresar su preocupación por la paralización del sector turístico.
Contratando con este consenso y ello es profundamente preocupante, no existe un plan para superar la presente situación del turismo español. Es una situación sin precedentes y, por eso, y a diferencia de anteriores dificultades históricas, que el turismo ha sabido siempre salvar por sus propios medios, es la primera vez que el sector turístico español precisa de un plan de supervivencia.
No se trata de ninguna reconversión estructural, como el que abordaron otros sectores productivos en el pasado con una ingente ayuda pública, sino de supervivencia de la estructura empresarial turística que permita a las empresas sobrevivir temporalmente y volver a operar en cuanto lo permita la evolución de la pandemia. No se trata de realizar cuantiosas inversiones de recursos públicos sino de asegurar la liquidez financiera, de reducir los costes, mediante la reducción de impuestos y contribuciones a la seguridad social, y de conservar a los trabajadores, manteniendo estos apoyos mientras dure el período de inactividad.
Hay que señalar que los países europeos emisores de turismo hacia nuestro país ya están adoptando medidas eficaces para salvar su estructura empresarial turística, mediante apoyos a las líneas aéreas, a los operadores y a las agencias de viaje a través de líneas de crédito y de reducción de las cargas impositivas. Sería paradójico que cuando se reanudara la actividad turística de estos países emisores se encontraran con que su principal destino, España, es incapaz de recibir a sus clientes porque se ha deteriorado su estructura empresarial de acogida.
Es por ello urgente el diseño, la aprobación y la aplicación de un plan de supervivencia del sector turístico, elaborado de forma consensuada entre los poderes públicos y el sector privado. El sector turístico privado es el que mejor conoce sus necesidades y mantiene su espíritu de iniciativa intacta, como lo manifiesta su petición a las autoridades locales, en diferentes destinos que van de Las Palmas a Asturias, de que sean diligentes en la aprobación de los proyectos de reforma de instalaciones turísticas para aprovechar estos tiempos de inactividad y estar mejor preparados para competir cuando la pandemia se disipe.
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